-
En este 2018 un cryptokitty llegó a venderse en 140 mil dólares en una subasta de arte digital.
-
Los Ángeles Dodgers repartió entre sus fanáticos criptocoleccionables de sus jugadores más celebres.
Los objetos únicos y exclusivos siempre han convocado el interés y la ambición de las personas. Un vestido de Marilyn Monroe cotizado por más de 1 millón de dólares, un cuadro de Picasso vendido en una subasta neoyorquina por un total de 179 millones de dólares; son algunos de los ejemplos más conocidos de cómo las piezas de colección mueven grandes cantidades de dinero.
Los artículos exclusivos y las obras de arte siguen capitalizando un mercado multimillonario que es muy difícil de desplazar. No obstante, la industria de las colecciones ha sufrido transformaciones en su modelo de negocio con la irrupción de las nuevas tecnologías, permitiendo que novedosas formas de colección se inserten en el mercado y amplíen la posibilidad de inversión de un grupo cada vez más grande de interesados.
Es así como aparecen los criptocoleccionables o también conocidos por su nombre técnico en Ethereum como tokens ERC721. Este tipo de token es un nuevo estándar de contratos inteligentes desarrollado por Dieter Shirley en el 2017, el cual permitió generar fichas únicas e intercambiables.
Los tokens ERC721 se diferencian del token nativo de Ethereum, el ether, pues su función no es servir de instrumento de cambio sino de colección. Asimismo, se diferencian de los tokens ERC20, ya que no realizan una función especifica para una aplicación, característica que hacen a los ERC721 un token no fungible.
Los criptocoleccionables son piezas irrepetibles que tienen características propias que los diferencian unos de otros. En este sentido, los coleccionables criptográficos utilizan a su favor la escasez digital y su perfil exclusivo para posicionarse como artículos de colección, una función que ha desatado su popularidad y elevado su valor por unidad en el mercado este 2018.
Estas piezas de colección digital no son exclusivas de Ethereum, ya que la red de Bitcoin también tiene sus artículos coleccionables con la famosa linea de cartas Rare Pepes. Sin embargo, ha sido Ethereum quien ha explotado el mercado de los criptocoleccionables con el lanzamiento de los CryptoKitties en el 2017 y con una notable proliferación de juegos de este tipo en el 2018.
A continuación haremos un recuento de los sucesos más importantes del mercado de criptocoleccionables este 2018:
Los gatos más caros
Los Cryptokitties, en conjunto con otras propuesta de coleccionables como CryptoPunks y Curio Cards, se empezaron a hacer conocidos en el mercado de criptoactivos en el 2017. Los gatos de Ethereum escalaron en popularidad en un corto período de tiempo, llegando a cotizarse en más de 5 mil dólares por unidad para el mes de noviembre de 2017 y congestionando en varias ocasiones la red de Ethereum debido al enorme tráfico de transacciones que generaban.
Ya para inicios del 2018 la comunidad de criptomonedas vivía una autentica fiebre por los gatitos criptográficos que se volvieron uno de los más populares juegos de Ethereum, desatando una oleada de coleccionables que concentraron su propio mercado en la plataforma Rare Bits, inaugurada en abril de este año.
Cuando se creía que los gatos no llegarían más lejos, en el evento Ethereal Summit se realizó una subasta de un cryptokitty diseñado por Guilherme Twardowski; coleccionable que se cotizó como una obra de arte bajo el nombre de Celestial Cyber Dim y fue vendida en 140 mil dólares a principios del mes de mayo.
Esta venta marcó un antes y un después en la historia de los tokens ERC721, ya que la subasta fue organizada por la iniciativa de arte blockchain, The Codex, y el laboratorio Art Labs Ethereal Auction; dos organizaciones que le dieron un peso institucional a la venta y posicionaron a los criptocoleccionables como artículos con valor artístico.
Coleccionables de grandes ligas
Hace unos cuantos años atrás personas de todas las edades coleccionaban tarjetas y estampillas de jugadores de béisbol. De esta manera, se formaban valiosas colecciones que hoy en día pueden cotizarse de entre los 3 millones de dólares hasta los 99 centavos por unidad, dependiendo de qué tan única y rara fuera la tarjeta de estos legendarios jugadores de grandes ligas.
Debido a esta muy antigua práctica, que empezó a realizarse en los años 60, no es raro que los criptocoleccionables hayan irrumpido en la industria del béisbol con una mayor facilidad que en otros deportes. Es así como la primera plataforma de tokens ERC721 dedicada a la industria deportiva se centró en los jugadores de las Grandes Ligas de Béisbol Profesional estadounidense, plataforma conocida bajo el nombre de MLB Crypto Baseball.
El juego de coleccionables logró captar rápidamente la atención de la comunidad de béisbol. De esta manera, el equipo Los Ángeles Dodgers distribuyó un lote de 40 mil tokens coleccionables entre sus fanáticos como un regalo por el partido contra Los Padres de San Diego, el cual se celebró en el mes de septiembre del 2018.
La novedosa adopción levantó mucho revuelo, ya que se trata de una de los primeros usos de criptocoleccionables a nivel institucional y con alcance a gran escala. Erik Voorhees, CEO de Shapeshift, pronosticó por medio de un tweet el pasado mes de agosto que el 2019 podría ser el año de los videojuegos y los criptoactivos coleccionables, ya que los mismos van ganando cada vez más popularidad en el mercado.
Robots y más
El fenómeno más destacado que han dejado los criptoactivos coleccionables es el muy variopinto mercado de ERC721 que se han formado a partir de la idea y popularidad de los cryptokitties. Los juegos de coleccionables despertaron un marcado furor en Ethereum que abrió la posibilidad para generar nuevas alternativas de entretenimiento y modelos de negocios.
Es así como aparecen los Etherbots y Etheremons, coleccionables que pueden ser intercambiados como artículos únicos en su especie pero que también integran herramientas de interacción. Estos juegos permiten generar robots o monstruos únicos e intercambiables que pueden ser utilizados en plataformas interactivas. En este sentido, los usuarios entrenan y enfrentan en combates a estos personajes para ganar mayor fuerza y venderlos a mayor precio en el mercado; dándole tanto un valor de entretenimiento como económico a los tokens ERC721.
La popularidad de estos tokens también se ve ilustrada con la constitución de un grupo cada vez más robusto de protocolos y plataformas de intercambio de criptomonedas que contempla la compra de tokens no fungibles.
Por ejemplo, a principios del mes de septiembre el navegador web Opera añadió un grupo de nuevas funciones a su cartera de criptomonedas que, entre otras, facilita el intercambio de tokens ERC721 entre sus usuarios. Asimismo, para el mes de noviembre la compañía Summa realizó una subasta cruzada para facilitar el pago de criptocoleccionables de Ethereum con Bitcoin y para diciembre se lanzó una aplicación descentralizada que permite generar criptoactivos coleccionables de una forma mucho más sencilla.
En este 2018 los tokens ERC721 han llegado incluso a América Latina de la mano de la empresa chilena MEGO Games, quienes constituyeron un juego de coleccionables con temática fantástica llamado Darkwinds. De igual manera, el furor por las colecciones se mudó de Ethereum a la blockchain de Litecoin con la iniciativa CryptoMonsters, un grupo de mascotas digitales que tienen la posibilidad de evolucionar y aumentar su precio en el mercado de Litecoin dependiendo de las decisiones de sus propietarios.
Imagen destacada por: Studio KIVI / stock.adobe.com