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Ethereum: ¿Qué es y cómo funciona esta criptomoneda?

Puede sonar como una cosa futurista y tecnológica complicada, pero Ethereum no es más que otra cadena de bloques con su propia criptomoneda. Vale, si no sabes qué es una cadena de bloques ni qué es una criptomoneda, pásate por aquí primero. ¡No sé qué haces aquí sino! ¡Vamos por niveles!

Logo de Ethereum. Fuente: Ethereum Project

Pues bien, que Ethereum es una blockchain de las tantas que hay… claro que es la segunda más usada y conocida a nivel global, después de Bitcoin. ¿Y por qué? Pues porque si Bitcoin es ampliamente reconocido como un método de pago y reserva de valor universal, Ethereum es ampliamente conocido como una “computadora blockchain”… universal.

¿Y eso qué significa? Pues significa que esta es una plataforma que ofrece herramientas para construir otras cosas: tokens digitales, contratos inteligentes, aplicaciones descentralizadas de todo tipo, puentes de pago centralizados, organizaciones autónomas descentralizadas (DAO), sospechosas ofertas de crowdfunding (ICO) y bueno, si eres programador, seguro que la imaginación es el límite. Han hecho hasta gatos y punks coleccionables, vamos.

Si quieres, podemos ver la definición oficial de su sitio web:

“Ethereum es una plataforma global de código abierto para aplicaciones descentralizadas. En Ethereum, puedes escribir código que controle el valor digital, se ejecute exactamente como se programó y sea accesible desde cualquier parte del mundo”.

Y supongo que estás entornando los ojos porque no te quedó muy claro. Pero no te preocupes, vamos por partes con “Ethereum es”:

  • Plataforma global: se refiere a que es un sistema o “lugar de Internet” que sólo existe en el mundo virtual, es decir, tras una pantalla. Es global porque está disponible para cualquier país o territorio que pueda acceder a Internet (o sea, casi todos).
  • Código abierto: con “código” no están hablando de una especie de contraseña, sino de código computacional. Este es el conjunto de instrucciones con el que están construidos los sistemas informáticos. Dicho de otra forma, son los números detrás del Internet o de tus aplicaciones favoritas que hacen funcionar todo como se supone que debe funcionar. Ahora, cuando alguien dice que el código de un software es “abierto”, se refiere a que cualquier programador puede meterle mano, así de simple. Ese “permiso público” sobre un software se otorga con el objetivo de crear un grupo mundial de profesionales para mejorarlo.
  • Aplicaciones descentralizadas: sabes lo que es una aplicación informática tradicional, ¿no? Es un determinado software que te sirve para… algo, lo que sea. El WhatsApp de tu teléfono es una aplicación (o app, para resumir) y el reproductor de música de tu PC también es una app. Detrás de cada una de esas apps probablemente hay una empresa o cierto grupo de desarrolladores que la controlan, hacen que funcione bien o te censuran/clausuran la cuenta cuando no les gusta algo. Pues cuando se afirma que una app es “descentralizada” (una dApp) se implica que tal cosa no existe: no hay ninguna empresa ni autoridad detrás controlándolo todo, y además el sistema (físico y digital) está distribuido entre muchas partes.
  • Valor digital: un término ambiguo pero que, si confiamos en el contexto, se refiere a valor “monetario” digital. O sea, monedas digitales. Ethereum tiene su propia criptomoneda, el ether (ETH), que sirve para “pagar” internamente por los servicios, y además se puede crear cualquier otro token basado en su plataforma.
  • “Exactamente como se programó”: no parece que haya mucho que explicar por aquí, pero tenemos que decir que se hace referencia sutil a los contratos inteligentes con esta frase. Estos son algoritmos electrónicos que se configuran (o, mejor dicho, que cierto desarrollador configura) sobre una cadena de bloques para cumplir con un acuerdo previamente establecido entre dos o más partes. Una vez que las condiciones se cumplen, se ejecuta una tarea digital o transacción automática. Si hay un error en ellos, la verdad es que la culpa es del desarrollador.

Vale la pena mencionar que “Ethereum”, nombre que lleva esta cadena de bloques, evoca al concepto de etéreo y ether, un misterioso medio invisible que se escurre en nuestro universo y permite viajar a la luz.

¿Cómo funciona Ethereum?

Esta blockchain funciona (por los momentos) con la popular prueba de trabajo, o Proof of Work (PoW) y un algoritmo de minería llamado “ethash”, en lugar del SHA-256 de Bitcoin. Aquí los validadores de bloques (es decir, los mineros de Ethereum), también compiten para solucionar un problema matemático, y el ganador recibe una recompensa de alrededor de 3.5 ETH.

En cuanto a su minería, se puede decir que a sus mineros y desarrolladores les disgustan las máquinas ASIC porque, según ellos, pueden provocar cierta centralización. Por ello, el algoritmo ethash fue diseñado específicamente para repeler este tipo de máquinas; o, mejor dicho, hacerlas un poco inservibles en su minería. A esto se debe que, a diferencia de Bitcoin, la mayoría de los ETH se han minado con tarjetas de vídeo (GPU).

Línea de GPUs. Imagen de stockcentral/elements.envato.com

Ahora bien, en un futuro, se espera que Ethereum abandone la Prueba de Trabajo (PoW) y adopte la Prueba de Participación (PoS) por completo. Con este sistema ya no existirían mineros, sino delegados o validadores de transacciones que “comprarían” su derecho con una cierta cantidad de ETH en sus carteras. Así, quienes más monedas posean, mayores probabilidades tendrán de ser escogidos por el sistema para validar transacciones sin ningún otro gasto de energía o equipos.

¿Qué es el ether (ETH)?

Empecemos aclarando que, de ninguna manera, el ether (ETH) es lo mismo que Ethereum. En realidad, Ethereum es la plataforma en conjunto, mientras que el ETH es la criptomoneda y el “combustible” de Ethereum. Podemos pensarlo así: Ethereum es el país (como Estados Unidos) y el ETH es su moneda (como el dólar). Con Bitcoin podemos confundirnos un poco más porque la plataforma y la moneda son homónimas, pero aquí (y en muchas otras blockchains) la cosa cambia.

Ahora, sobre lo que hace único al ETH sobre otras criptomonedas, podemos citar a sus propios desarrolladores:

“ETH es el alma de Ethereum. Cuando envías ETH o usas una aplicación en Ethereum, pagarás una pequeña tarifa en ETH para usar la red Ethereum. Esta tarifa es un incentivo para que un minero procese y verifique lo que está tratando de hacer (…) Debido a que Ethereum es programable, los desarrolladores pueden configurar el ETH de innumerables maneras”.

El ether es una criptomoneda, y además es indispensable para cualquiera que quiera usar Ethereum o alguna de sus aplicaciones internas. Claro que también puedes, simplemente, usarlo como método de pago, o apostar a una posterior subida de precio y comprar mientras más barato esté.

Cabe mencionar que cada ETH es divisible hasta por 18 decimales (0.000000000000000001 ETH), y así como existe el céntimo en las monedas fíat, este también ha nombrado a sus fracciones más pequeñas. De menor a mayor: wei, Kwei (babbage), Mwei (lovelace), Gwei (shannon), microether (szabo), milliether (finney) y ether.

Aquí tenemos que mencionar que el Gwei es la unidad más común para denominar cantidades pequeñas, así como lo es el satoshi en Bitcoin. Así, en lugar de afirmar que tu coste de gas es de 0.000000001 ether, puedes decir que cuesta 1 gwei. Y ya vamos para el “gas”.

¿Qué es el “gas” y para qué sirve?

Si has utilizado al menos Bitcoin alguna vez, sabrás que cada una de las transacciones incluye un pequeño costo adicional, una comisión destinada a los mineros que mantienen la red. Pues bien, el equivalente dentro de Ethereum es el llamado “gas”.

¿Recuerdas cuando comentaban aquí arriba que se paga una pequeña tarifa en ETH para usar la red? Pues esa tarifa es el gas. No es que se trata de otra moneda, sino que es más bien una medida de lo que tienes que pagar por lo que estás haciendo: una transferencia, un contrato inteligente, una DAO, un juego, un token o, básicamente, cualquier cosa que esté construida sobre esta cadena de bloques.

Dapps eth Dapps
Imagen por wit / stock.adobe.com

A pesar de que una Dapp o token personalizado parezca independiente de Ethereum a simple vista, lo cierto es que tienes que tener “gas” en forma de ETH para poder utilizarlos, pues cada transacción con ellos incluirá este pequeño coste en ethers.

Antes de pasar a los posibles costos del gas, tenemos que mencionar que existen dos “tipos” para los usuarios: el límite de gas y el precio del gas. El límite se refiere a qué tantas unidades de “gas” estás dispuesto a gastar en esa transacción en particular y no suele variar; mientras que el precio es la cantidad de ETH que se paga por cada unidad de “gas”. Así, el costo total se calcula multiplicando el límite por el precio.

Y como sabemos que quieres tener aunque sea un pequeño precio de referencia porque estás pensando que tal vez usar Ethereum resulte muy caro, podemos decirte que, a la fecha de redacción, el precio estándar del gas se ubica en 50 Gweis, es decir, unos 0,0000195 USD.

¿Qué es Solidity?

Este es el lenguaje de programación con el que se construye todo el código en Ethereum. Fue propuesto inicialmente en 2014 por Gavin Wood, y posteriormente construido por varios desarrolladores liderados por Christian Reitwiessner. Es importante destacar que Solidity se diseñó específicamente para crear aplicaciones en Ethereum, aunque, a la fecha, otras cadenas de bloques también lo usan. Está fuertemente basado en los lenguajes C++, Python y JavaScript.

Y para todos esos programadores que entienden lo que esto significa:

“Solidity es un lenguaje de alto nivel orientado a objetos para implementar contratos inteligentes. Los contratos inteligentes son programas que gobiernan el comportamiento de las cuentas dentro del estado Ethereum (…) Solidity está estáticamente tipificado, admite herencias, bibliotecas y tipos complejos definidos por el usuario, entre otras características”.

Por su novedad y complejidad, Solidity ha sido criticado por personas como el científico computacional Emin Gun Sirer, también fundador de su propia plataforma blockchain, Ava Labs. El argumento principal en contra es que Solidity puede permitir graves debilidades en el código, dependiendo de la capacidad de los programadores.

¿Qué es la “Máquina Virtual” de Ethereum (EVM)?

Podemos decir que la EVM (Ethereum Virtual Machine) es algo así como el CPU de Ethereum. Y es justo como suena: una máquina digital que, en teoría, es capaz de resolver casi cualquier problema matemático y, por tanto, correr casi cualquier instrucción o programa. A esto se le llama un sistema “Turing completo”, y hace alusión a la capacidad de los ordenadores que todos conocemos. Y por eso Ethereum también es conocido como una “computadora universal”.

Sobre la EVM se construyen toda clase de programas informáticos en los lenguajes Solidity y Vyper. Son estos programas los que conocemos como “contratos inteligentes”, así que, como te podrás imaginar ya, la EVM es el corazón de Ethereum, donde la magia nace. Claro que, para poder activarla, como ya mencionamos, es necesario alimentarla con gas.

Además, la EVM tiene su propio lenguaje: el ‘EVM bytecode’. Una vez escritos los contratos en Solidity, Vyper u otro, estos se “traducen” a Bytecode para que la EVM pueda leerlos y ejecutarlos de forma apropiada.

Aunque no se puede decir que la EVM ha sido inútil, la verdad es que planea reemplazarse a futuro por una nueva máquina virtual más eficiente, la Ethereum WebAssembly (eWasm). Esta sería la versión de Ethereum de la máquina WebAssembly, desarrollada en 2017 por el World Wide Web Consortium (W3C).

Adopción de Ethereum

Ejemplos de aplicaciones descentralizadas en Ethereum

Ya habiendo descrito de manera muy general las principales funciones que puede cumplir la blockchain de Ethereum, podemos mencionar algunos desarrollos específicos y populares dentro del sector.

Ethereum ha logrado inmiscuirse en una amplia gama de servicios e industrias no necesariamente ligadas al sector de las finanzas descentralizadas: mercados de predicción, redes sociales, registro de información, juegos, entre muchas otras.

Augur mercado acepta DAI
Bola de cristal con el logo de Augur. Composición por CriptoNoticias Changzhou Dawson I. A. E. Co., Ltd / es.made-in-china.com Augur / medium.com

Tenemos como ejemplo a Gnosis, un mercado predictivo descentralizado que permite que los usuarios puedan votar sobre prácticamente cualquier cosa; y de manera similar Augur, que premia las predicciones que dan en el clavo.

Otra Dapp notable es EtherTweet, la cual, como su nombre lo indica, hace las veces de Twitter pero sin ningún tipo de censura. Etheria, a su vez, es una aplicación similar al popular juego Minecraft; y Alice es una plataforma dirigida a proveer transparencia a la caridad aplicada a través de la tecnología blockchain.

En su sitio web oficial, también se menciona a Gitcoin, una red diseñada para desarrolladores de software libre; Cent, una red social en la que ganas dinero por lo que publicas; el ya mencionado juego de los Cryptokitties, y DAI, una stablecoin o moneda anclada al dólar estadounidense de forma relativamente descentralizada.

Carteras y casas de cambio

Las wallets o carteras, como es de esperar, permiten el almacenamiento y las transacciones con ethers (ETH) de manera bastante segura y sencilla, pero además facilitan la interacción contras aplicaciones de Ethereum.

Entre ellas, podemos mencionar MetaMask, una de las más

Logo de MetaMask. Fuente: página oficial.

populares y que funciona también como puente para otras Dapps. Está disponible para los sistemas operativos para móviles iOS y Android. Tenemos además otras como MyCrypto, TrustWallet, MyEtherWallet, Argent (que ha sido optimizada para el uso de DeFi) y Gnosis Safe, con sistema de seguridad multifirma.

Por otra parte, en el apartado de Ethereum en CoinMarketCap, podremos encontrar más de 300 casas de cambio en todo el globo que permiten comerciar con ETH. La cifra es bastante elevada, lo sabemos, pero nos limitaremos a mencionar las más reconocidas hasta ahora: Binance, Huobi Global, OKex, Kraken, Coinbase Pro, entre muchas otras.

Uso institucional: Enterprise Ethereum Alliance

Ethereum tiene muchos puntos que resolver aún, pero esto no ha logrado frenar su adopción a nivel empresarial como una alternativa blockchain versátil. Precisamente por ello es que existe la Enterprise Ethereum Alliance (EEA), una organización que surgió en marzo de 2017 para el desarrollo de aplicaciones basadas en su cadena de bloques.

El objetivo principal de EEA es crear software de calidad empresarial que ofrezca soluciones al ritmo acelerado que caracteriza los negocios. Y, como indican en su sitio web, que estas «impulsen la armonización e interoperabilidad para empresas y consumidores en todo el mundo».

EnterpriseEthereumAlliance
Empresas fundadoras de la EEA. Fuente: página oficial.

Al momento de su creación, la alianza anunciada en un muy citado artículo de Fortune, contaba con 30 miembros fundadores. Para el mes de mayo de 2017, la organización sin fines de lucro ya contaba con 116 miembros empresariales, y para julio del mismo año ya había 150 organizaciones involucradas.

Dicho esto, no debería extrañarnos que esté conformada por una gran variedad de organizaciones, muchas bien establecidas y otras aún de carácter emergente. Entre ellas, compañías de renombre como JPMorgan Chase & Co. (JPM), Microsoft Corp. (MSFT) y British Petroleum (BP).

Actualmente, EEA cuenta con más de 200 compañías, entre las cuales citan en su sitio web a ConsenSys, CME Group, el grupo de investigación de la Universidad de Cornell, Toyota Research Institute, Accenture, Banco Santander, Intel, National Bank of Canada, así como otras.

¿Puedo pagar con ethers en alguna parte?

¿Posees ETH y necesitas saber qué hacer con ellos? ¿Es posible comprar algo o pagar un servicio con esta criptomoneda?

Pues aunque suene poco creíble para muchos, más de 1.700 compañías diferentes aceptan ETH como forma de pago en todo el mundo, según los datos suministrados por Cryptwerk. Esto incluye supermercados, empresas de turismo, el sector de los videojuegos, servicios de Internet, y cómo no, servicios relacionados con las criptomonedas, entre otros.

Al revisar las estadísticas del sitio, se observa un incremento paulatino pero importante en la adopción de la criptomoneda de parte de los comerciantes desde 2018 hasta 2020. Y no podemos dejar de mencionar que Estados Unidos está en primer lugar entre los países con mayor cantidad de negocios aceptando ethers como medio de pago, seguido por Reino Unido e India en proporciones mucho menores.

Claro que, si estás en Latinoamérica, también es posible comprar y utilizar ETH dentro de tu país. Pasa por aquí para saber más.

Ethereum y el entorno regulatorio

Ya sabemos que las criptomonedas no son las favoritas de los gobiernos y bancos centrales del mundo debido a su ideología base: la autonomía y la descentralización. En algunos países del mundo se han prohibido en su totalidad, mientras que en otros estas han supuesto un alivio para lidiar con las crisis financieras. ¡Y vaya que lo han logrado! Otros más, justo en medio de la balanza, han decidido regular ciertas actividades.

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Martillo de madera en frente de libros de leyes sobre mesa de madera. Fuente: ktsimage / https://elements.envato.com

En 2018, la plataforma fue vigilada por reguladores estadounidenses como la Comisión de Valores y Bolsa (SEC), y la Comisión de Intercambios de Futuros sobre Mercancías (CFEC); a causa de la preventa de su token en 2014.

Aunque la historia ya era vieja entonces, les empezó a preocupar que la preventa que recaudó 31,000 BTC (equivalentes a unos 18,3 millones de dólares en aquel momento) entrara en la clasificación de venta de valores según la Ley de Valores de 1933. De ser así, los desarrolladores debían haber registrado la criptomoneda como un valor antes de la venta.

Sin embargo, Lubin dijo que todo el tiempo que habían invertido asesorándose con abogados en los Estados Unidos y otros países antes de la venta de tokens no había sido en vano. Los ethers resultaron no clasificar como un valor financiero según el test de Howey, por lo que este señalamiento de parte de las autoridades no aplica, y por el momento las cosas se mantienen así en vísperas de la introducción de PoS.

Otras ICOs no han tenido tanta suerte

Podemos comenzar con China: el cuatro de septiembre de 2017, el Banco Popular de China, rector de la moneda en el país, prohibió la emisión de tokens para venta en la estructura de ICO, provocando con ello una caída en la cotización de Ethereum.

Durante el mismo año, la SEC estadounidense se pronunció también, específicamente sobre el fallido proyecto DAO de Slock.it, el cual no pudo salir ileso.

En julio de 2017, la agencia publicó una investigación en la que asegura que los tokens emitidos para esta DAO, que recaudaron unos 150 millones de dólares, podían considerarse valores financieros (securities), y esto, en función de la ley de valores, implica que deberían ser regulados como tales. Por extensión, esto aplica asimismo para casi todos los tokens que se emiten en las ICO, incluso cuando la empresa detrás de ellos no es de Estados Unidos.

La Ley Estadounidense del Mercado de Valores define un valor financiero como «la inversión de dinero en una empresa común con una razonable expectativa de ganancias a ser derivadas del esfuerzo empresarial o administrativo de otros”. De este modo, los tokens que se emitan en la plataforma de Ethereum (reconocida como dinero según dicha ley), u otra plataforma similar que permita realizar ICOs, pueden considerarse valores.

Las consecuencias se vieron posteriormente, cuando empresas de intercambio muy reconocidas empezaron a ser mucho más cuidadosas a la hora de sumar criptomonedas y tokens. Tal es el caso de Coinbase, que señaló en octubre de 2018 que “los tokens respaldados por fíat u otros activos se clasifican como valores de los EE.UU. no se considerarán en este momento”.

La compañía había expresado previamente su interés por enlistar tokens ERC-20, pero con la regulación esto termina siendo bastante difícil. Antes de ello, deberá llenarse un formulario, y tras una evaluación profunda se determinará si entrará o no.

La historia de Ethereum

Ya que te explicamos parte por parte qué es Ethereum, seguro te estarás preguntando a quién se le ocurriría una idea como esta, sobre todo en un mundo en el que estamos acostumbrados a que el poder lo tenga un ente central que rige a los demás. Paseemos por los comienzos.

El nombre del creador de Ethereum es Vitalik Buterin y es un chico ruso-canadiense de menos de 30 años. Posteriormente, se unieron otras personalidades que ayudaron al joven a pulir el primer Libro Blanco: el desarrollador británico Gavin Wood, Jeffrey Wilcke, desarrollador principal del cliente Go, y Charles Hoskinson, un matemático americano fundador de un proyecto educativo sobre blockchain.

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Vitalik Buterin hablando a los medios. Fuente: TechCrunch/flickr.com

Muchos de ellos ni siquiera se conocían en persona, pero esto no fue impedimento para alquilar una casa en Miami para trabajar juntos en este gran proyecto que se presentaría oficialmente durante la Conferencia de Bitcoin de Norteamérica, a finales de enero de 2014.

Pese a que constan varios fundadores de la plataforma, Vitalik Buterin seguía siendo la imagen, el líder y primer creador del proyecto. En principio hubo ciertos desacuerdos sobre si el concepto de Ethereum debería continuar como una compañía privada o una organización sin fines de lucro. Al final, de manera consensuada y bajo una fuerte influencia por parte de Vitalik, se optó por la segunda y varios miembros del equipo tomaron sus propios caminos.

ICO de Ethereum

A los pocos meses de la presentación, el equipo decidió hacer una venta de ethers (ETH), el que sería el token nativo de su cadena de bloques, a fin de recaudar fondos en BTC para su desarrollo. Para ello siguieron el por entonces novedoso esquema de una Oferta Inicial de Moneda (ICO).

Esta venta pública de tokens resultó en otro éxito para el equipo, que logró vender más de 60 millones de ethers por más de 31,000 BTC provenientes de la comunidad. Para aquel entonces, equivalían a unos 18 millones de dólares. Sin lugar a dudas, una cifra robusta para un proyecto en pañales, y que se transformaría en una inversión bastante jugosa para quienes compraron ETH en su etapa más temprana a cambio de apenas 0,31 USD la unidad.

Claro que, para la época, la historia era demasiado buena para ser verdad y la volatilidad del mercado les jugó una mala pasada. En aquel momento, cada BTC se cotizaba en alrededor de 650 dólares, pero poco después su precio desplomó al punto de reducir de manera significativa sus fondos.

Lo bueno es que esto no fue limitante para continuar con el proyecto. El dinero recolectado les permitió crear la Fundación Ethereum, una organización no lucrativa encargada de supervisar el desarrollo del software de código abierto de Ethereum, y que continúa existiendo este 2020.

El incidente DAO y el nacimiento de Ethereum Classic

Ethereum, a pesar de ser novedoso y perseguir buenos intereses, no deja de ser vulnerable de cuando en cuando. La prueba más devastadora de ello llegó con el incidente de la plataforma The DAO de Slock.it. Este fue el primer gran hackeo con robo de fondos que experimentó Ethereum.

¿Qué? ¿Ethereum no era una idea sólida, después de todo? ¿Qué pasa con la cadena de bloques y su inmutabilidad? Pues vayamos por partes. The DAO era un proyecto desarrollado por el equipo detrás de una startup llamada Slock.it, la cual buscaba crear una firma de capital de riesgo que permitiera a sus inversores tomar decisiones a través de los contratos inteligentes. Como siempre, el fin era solucionar vacíos en ciertos sectores, hacernos la vida más fácil.

La Oferta Inicial de Moneda (ICO) de The DAO logró recaudar cerca de 150 millones de dólares en mayo de 2016 por parte de miles de personas diferentes que se animaron a invertir en ella, lo cual en su momento fue una cifra récord. Pero la historia de felicidad duró poco, pues en junio de ese mismo año fue hackeada, perdiendo alrededor de 60 millones de dólares en aquel momento.

Las personas que metieron su dinero en The DAO, en parte lo hicieron teniendo un elevado nivel de confianza en su código, sin siquiera imaginar que este tendría un error que sería detectado por el menos indicado. Por si fuera poco, la falla técnica era de The DAO, pero la solución salió del equipo de Ethereum, en parte porque este suceso había socavado la confianza de los miembros de la comunidad y los inversores.

Tras el hackeo, Vitalik Buterin propuso llevar a cabo un hard fork, o bifurcación fuerte para recuperar los fondos robados. Esto, dicho de forma más sencilla, significaba borrar la historia del robo del registro de la blockchain y empezar una nueva “historia virtual” de las transacciones. ¿Así, tan fácil como lo hicieron los hackers? De nuevo, ¿qué pasa con la inmutabilidad de la cadena de bloques? ¿Y la descentralización?

Ciertamente, la propuesta generó gran polémica porque parecía ir en contra de los ideales sobre los que se construyó esta plataforma: modificar lo que en teoría no puede modificarse. Pero como en la escuela, todo se arregló con los votos, y esta opción ganó con un 97% de aceptación.

Logo de Ethereum Classic por AlekseyIvanov/stock.adobe.com

Y fue así como la cadena se dividió en dos, con sus respectivas criptomonedas: la nueva Ethereum (ETH) y Ethereum Classic (ETC), la blockchain original en la que había ocurrido el terrible robo y que sigue adherida de manera estricta a los principios de descentralización. La primera sigue siendo mantenida por Vitalik y las personas que conforman la Fundación Ethereum; la segunda, mantenida por otros varios grupos.

¿Quién se encarga del desarrollo de Ethereum?

La blockchain Ethereum es mantenida por la Fundación Ethereum (Ethereum Foundation), una organización sin fines de lucro para nada tradicional. Dado que se trata de un proyecto descentralizado, esta no se encarga de controlar o mandar en Ethereum, sino que se limita al financiamiento de los desarrollos relacionados con esta blockchain y de promover su crecimiento y expansión.

En su sitio web oficial, la Ethereum Foundation no tiene una sección en la que se enlisten los desarrolladores. En respuesta a una pregunta sobre este tema en Reddit, Vitalik explicó que evitan la distinción de miembros «dentro» y «fuera» de la organización tanto como sea posible, pues prefieren mantener distribuidos todos sus procesos.

Ethereum ha recibido críticas debido a la hermeticidad respecto a su equipo, aunque el portal Crunchbase menciona a otros miembros como Mihai Alisie, Vlad Zamfir, Aditya Asgaonkar, Zach Lebeau, Ayako Miyaguchi y Jeffrey Wylcke.

Buterin mencionó en aquel momento que había un equipo de investigación de aproximadamente 12 personas trabajando en Casper, una implementación que transformará a Ethereum 1.0 en Ethereum 2.0.

Vitalik destacó también la existencia de personal no técnico y personas que realizan tareas especializadas, así como los destinatarios de subvenciones, a los que denominan “beneficiarios”, los cuales se capacitan para colaborar con la red.

También existe un Programa de Apoyo al Ecosistema que, tal como indica su sitio web, proporciona «apoyo financiero y no financiero a proyectos y entidades dentro de la gran comunidad de Ethereum, a fin de acelerar el crecimiento del ecosistema».

En la misma línea, no podemos dejar de mencionar la conferencia Devcon, un evento anual organizado por la Fundación Ethereum que reúne a todos los desarrolladores, investigadores, pensadores y creadores de este ecosistema para compartir sus ideas y encontrar críticas, apoyo o aliados.

En total, unas 90 personas trabajan en la Fundación Ethereum. Además, en su sección de GitHub podemos ver que en el código de la plataforma trabajan al menos 62 programadores de varias partes del mundo.

 

Artículo por Isabel Pérez