Recientemente, fue dado a conocer el cierre de las cuentas bancarias de tres casas de cambio por parte de algunos bancos chilenos. Al parecer, esto fue realizado sin fundamento alguno, ya que sus representantes aseguran que no violan ninguna ley del país. ¿Podría ser esto tan solo un síntoma de un descontento más grande que sienten los entes regulatorios hacia el comercio de los criptoactivos?
La semana pasada, la comunidad bitcoiner recibió el anuncio de que las casas de cambio CryptoMKT y Buda (que antes era conocida como SurBTC) sufrieron el cierre de algunas de sus cuentas bancarias por parte de algunos entes financieros. Posteriormente, la principal entidad bancaria comercial del país, BancoEstado, tomó la decisión de no trabajar “momentáneamente” con ninguna compañía que se dedique al comercio con criptomonedas, incluida la plataforma de intercambio Orionx, hasta que el panorama jurídico al respecto sea transparente.
Lo más destacable de este caso es que no se trató solo de un banco que tomó la medida, sino de una serie de entidades financieras atacando a más de una casa de cambio. Esto podría apuntar a una orden gubernamental que todavía no ha salido a la luz y que pretende afectar el intercambio de criptomonedas en el país suramericano.
Algunos miembros del ecosistema, como la Asociación Fintech de Chile, han tenido la opinión de que la medida tomada por estos bancos podría deberse a un desconocimiento sobre el funcionamiento de las criptomonedas por parte de los entes regulatorios. Sin embargo, este país ha sido pionero de la adopción blockchain a lo largo de los años y, con la visibilización que han tenido los criptoactivos desde el año 2017, convirtiéndose en uno de los términos más buscados en Google, es muy poco probable que algún ente regulatorio latinoamericano no haya oído hablar del funcionamiento de las criptomonedas.
De hecho, en agosto del año pasado, Mario Marcel, presidente del Banco Central de Chile, destacó cómo las aplicaciones de la tecnología de contabilidad distribuida y las criptomonedas serían una solución para mejorar el mercado latinoamericano. Esto lo expresó en una conferencia dictada en el Centro de Finanzas Alternativas de la Universidad de Cambridge.
Si este fuera un caso de desconocimiento de la seguridad y transparencia de las criptomonedas, quizás podría reproducir lo ocurrido con la casa de cambio israelí Bits of Gold, a la cual uno de los bancos más importantes de Israel, llamado Leumi, dejó de prestarle servicios alegando que las operaciones con criptomonedas no permitían ejecutar sus protocolos contra lavado de dinero y blanqueo de capitales. La corte, en esa oportunidad, falló a favor del banco. Posteriormente, gracias a una apelación presentada por la casa de cambio, la corte determinó que el banco no debía negar sus servicios a la casa de cambio, ya que estos temores no se habían materializado en más de cinco años.
Para el gerente comercial de CryptoMKT, por su parte, la decisión tomada por los bancos chilenos podría ser la respuesta ante los temores y reservas que estas instituciones pueden estar experimentando respecto al crecimiento que han mostrado las criptomonedas en todo el mundo. Estos temores podrían estar fundamentados en el hecho de que el papel que ha jugado tradicionalmente la banca como mediador de las transacciones financieras puede verse afectado gracias a las criptomonedas y su sistema descentralizado, basado en la confianza entre los usuarios y los algoritmos criptográficos que respaldan cada transacción para que sea segura e inmutable.
El bloqueo que han sufrido estas casas de cambio disminuye las posibilidades de los chilenos para intercambiar de manera segura y cómoda el dinero fíat a criptomonedas y viceversa, lo que podría ser una manera de presión impuesta por los reguladores de la economía local para intentar disminuir la circulación de criptomonedas en el país.
Tal vez lo más destacable del caso chileno es que no se trató solo de un banco que tomó la medida, sino de una serie de entidades financieras atacando a más de una casa de cambio. Esto podría apuntar a una orden gubernamental que todavía no ha salido a la luz y que pretende regular el intercambio de criptomonedas en el país suramericano. Solo es de esperar que estas regulaciones no tengan el impacto negativo que han tenido en un país como Japón, las cuales han provocado el cierre de varias compañías dedicadas a esta actividad por no cumplir con las normas de la Agencia de Servicios Financieros en materia de seguridad.
De hecho, una de las casas de cambio más importantes del país, Binance, ha sido objeto de una persecución por parte de la FSA de Japón, lo que la ha impulsado a mudarse a Malta con el objetivo de buscar un territorio que acoja favorablemente a las criptomonedas.
Por esta razón, tanto las casas de cambio como los usuarios deben esperar a que el gobierno se pronuncie en materia jurídica para actuar en consecuencia. Mientras esto ocurre, la comunidad debería unirse para encontrar, en conjunto, soluciones que permitan el comercio seguro de criptoactivos. Y entre ellas se encuentran, sin duda, los intercambios descentralizados LocalBitcoins y Localethereum.