Hechos clave:
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El paĂs norteamericano tiene 60 dĂas para responder la queja venezolana.
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En caso de no responder, la OMC podrĂa resolver el caso por un grupo de la organizaciĂłn.
Venezuela introdujo una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la que acusa a los Estados Unidos de implementar “medidas discriminatorias coercitivas de restricción comercial, con respecto a transacciones en moneda digital venezolana”, es decir, con el Petro. Desde marzo del 2018, los ciudadanos estadounidenses tienen prohibido comerciar con cualquier criptoactivo emitido o respaldado por el gobierno venezolano.
La denuncia alega textualmente que “las monedas digitales de origen de los Estados Unidos no están sujetas a las mismas prohibiciones”, lo que, segĂşn el paĂs suramericano, le otorga un “trato menos favorable”.
La OMC recibió la “solicitud de consultas”, de la delegación venezolana, el pasado 28 de diciembre, pero no fue sino hasta el martes 8 de enero cuando se hizo pública. La comunicación, dirigida a la delegación de los Estados Unidos, fue notificada también ante el Órgano de Solución de Diferencias.
El documento recoge cinco “medidas discriminatorias” sobre mĂşltiples aspectos comerciales, entre ambos paĂses, e incluye al Petro como cuarto punto a ser considerado por la OMC. En la queja venezolana se puede leer lo siguiente sobre el criptoactivo:
“Medidas discriminatorias coercitivas de restricción comercial con respecto a transacciones en moneda digital venezolana adoptadas de conformidad con las Órdenes Ejecutivas 13808, 13827 y 13835”.
En este apartado se añadiĂł: “Estas medidas coercitivas de restricciĂłn comercial de los Estados Unidos que son objeto de los servicios financieros y proveedores de servicios financieros venezolanos, donde los proveedores reciben un trato menos favorable que los servicios similares y los proveedores de servicios de Estados Miembros de la OMC no sujetos a las medidas coercitivas restrictivas al comercio, en infracciĂłn del artĂculo II.1 del AGCS”.
Trato “menos favorable”
Venezuela también apuntó a los criptoactivos estadounidenses al decir que “dado que las monedas digitales de origen de los Estados Unidos no están sujetas a las mismas prohibiciones que las monedas digitales venezolanas, los Estados Unidos otorgan un trato menos favorable a los servicios financieros y proveedores de servicios venezolanos”.
La página de la OMC indica, sobre este caso, que “el demandante solicita consultas con el demandado, no se estableció un panel de disputas y no se notificó ningún retiro o solución mutuamente acordada”.
Los Estados Unidos tienen ahora 60 dĂas para responder la queja de Venezuela, en caso de no hacerlo, el paĂs suramericano puede solicitar a la organizaciĂłn una decisiĂłn a travĂ©s de un grupo de resoluciĂłn, segĂşn informĂł Reuters.
El Petro y sus altibajos
En diciembre del 2017 el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la creación del petro como criptomoneda del estado venezolano. Desde entonces, los anuncios del gobierno han sido para promocionar el criptoactivo. Sin embargo, y a pesar de todos sus esfuerzos, el Petro aún no ha calado como una propuesta de criptomoneda.
En mayo del año pasado, la India, uno de los socios comerciales de Venezuela, descartĂł usar petro para comerciar PetrĂłleo con el paĂs, eso a pesar de un descuento del 30% si el paĂs asiático compraba crudo usando el criptoactivo. Además, en diciembre del año pasado, Maduro le propuso a la “Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra AmĂ©rica-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP)”, utilizar el Petro como moneda de intercambio. No obstante, el asunto quedĂł solo en la cumbre realizada en Cuba.
Las ya tensas relaciones entre Venezuela y los Estados Unidos subieron de tono en marzo del 2018 cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmĂł una orden ejecutiva en la que se prohibiĂł a los estadounidenses la compra de cualquier criptomoneda emitida o respaldada por el gobierno venezolano. El mandato incluye a personas individuales o entidades jurĂdicas.
Como respuesta, Maduro señalĂł que las sanciones “constituyen una nueva agresiĂłn imperial orientada a intensificar el ataque a nuestro pueblo, pretendiendo por la vĂa del bloqueo comercial, la persecuciĂłn financiera y el boicot econĂłmico, caotizar nuestra economĂa”.
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