Hechos clave:
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El deseo de ser parte de una ciudadela Bitcoin se ha vuelto tendencia a nivel global.
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El paso de la adopción comercial de bitcoin a la economía circular aún está en construcción.
Aunque no se tiene una fecha específica que determine la historia de las economías circulares, se trata de un tema que cobró impulso a finales de los años 70 como vía para impulsar el desarrollo sustentable.
Las premisas del modelo buscan reducir el uso de materias primas, reparar o reutilizar los componentes, y reciclar los desechos. El objetivo es aprovechar al máximo la utilidad y el valor de los productos, elementos y recursos en general, inspirándose en el movimiento cíclico de la naturaleza.
A partir de esta idea, han surgido distintas filosofías, muchas de las cuales se han trasladado a los sectores económicos, principalmente al monetario. Algunas de estas últimas han devenido en propuestas revolucionarias para crear monedas paralelas a las oficiales, no controladas por los bancos centrales.
Hasta ahora, la mayoría de esas iniciativas no han tenido éxito. Basadas en conceptos que imitan las monedas fíat, el fracaso ha sido una constante.
Un caso emblemático es el de Liberty Dollar (ALD) en Estados Unidos. Respaldada por oro y plata, el banquero Bernard von NotHouse se encargó de acuñar y distribuir la moneda en 1998, como una alternativa antinflacionaria a los dólares de la Reserva Federal.
La moneda tuvo una adopción significativa, con una circulación de USD 7 millones de dólares en 8 años. Según se lee en su sitio oficial, fue aceptada por miles de personas y comercios como alternativa al dólar, realizando transacciones fuera del control gubernamental. Se aplicó un plan educativo para entrenar en su uso. No era la época de las redes sociales, pero se dio a conocer entre la gente.
Tras el auge, en 2006 se prohibió su circulación. Cinco años después su creador fue demandado, enjuiciado y declarado culpable por crear una moneda para competir con el sistema monetario oficial. «Estamos resueltos a parar estas iniciativas mediante infiltración, asalto y cierre de cualquier organización que amenace la democracia», dijo el gobierno estadounidense en ese momento.
Señaló a ALD como «un claro peligro para la estabilidad económica». Curiosamente el mismo argumento que usan ahora los gobiernos y organismos internacionales para cuestionar a las criptomonedas.
El intento de NotHouse siguió algunos de los principios que dieron nacimiento a Bitcoin (BTC) en 2009, con premisas en contra de los Estados y su manejo del dinero. Su uso entre personas y comercios, como resultado de una estrategia promocional de boca en boca, dio pie a la creación de una comunidad que podría calificarse como una incipiente economía circular.
No obstante, al tener soporte en conceptos centralizadas propios del dinero fíat, ALD fue derrumbada por el Estado y falló en el intento de crear una economía circular fuerte. Algo que solo ha sido posible años después, a través de las llamadas ciudadelas de Bitcoin, principalmente debido a las características que diferencian a la criptomoneda del fíat, esencialmente por su descentralización.
Es así como el concepto de economía circular finalmente se concreta, al ser trasladado al ecosistema bitcoiner gracias a las actividades de estas comunidades.
Se conciben entonces a las ciudadelas como sistemas socioeconómicos con finanzas alternativas donde hay un intercambio directo entre pares, sin intermediarios, ni regulaciones externas.
Entendidas como sitios donde las personas eligen hacer vida fuera del sistema monetario tradicional, las ciudadelas se erigen como los mejores ejemplos de adopción de bitcoin al ser lugares donde criptomoneda es el eje principal de la economía, tal como se muestra en la siguiente infografía:
Un modelo basado en BTC que ya es realidad
Si se sigue la ruta que plantea la gráfica, se llega al punto en que todas las compras, las ventas y la actividad son respaldadas con BTC. De hecho, ya hay mucha gente viviendo bajo este modelo en ciudadelas de Latinoamérica y de todo el mundo.
En Bitcoin Beach (El Salvador) vas a la playa y lo que consumes lo pagas con BTC . En Bitcoin Lake (Guatemala) navegas por el lago y pagas con BTC. En Valle de Galt (Brasil) disfrutas de la naturaleza y pagas alojamiento y comida con BTC. Lo mismo pasa en la Isla Roatán en Honduras o en una ciudad como Lugano, en Suiza. Destacan también las experiencias en la ciudadela de Guatemala, donde la comunidad busca limpiar un lago apelando a energías renovables innovadoras, como el aceite de cocina usado para minar Bitcoin.
Asimismo, se ofrecen servicios de salud y educación que se pagan con BTC en poblados de África. Allí, niños, jóvenes y mujeres, en su mayoría marginados y desbancarizados, aprenden a manejar una nueva forma de dinero.
El fenómeno se ha vuelto viral
El fenómeno de las ciudadelas se está replicando en todo el mundo. Lo que fue un intento fallido en el Valle del Zug, en Suiza, se materializó más tarde como algo aislado, cuando en 2019 el pueblo pesquero de El Zonte, en El Salvador, inició un proyecto para incentivar el uso de bitcoin.
Actualmente, la creación de ciudadelas es tendencia, y sus procesos se han viralizado. Ya son miles los negocios que aceptan BTC y miles las personas que lo utilizan y lo reciclan.
Al cierre de 2022 se contabilizaron más de 25 nuevas ciudadelas a nivel global, desde pueblos y ciudades en América y Europa, hasta sitios remotos en África, Asia y Oceanía. Las réplicas han seguido a lo largo de este 2023 y lo más probable es que sigan en ascenso en los años venideros.
Este vertiginoso crecimiento de ciudadelas pone de manifiesto el deseo de la gente de ser partícipe de una economía distinta, sin controles gubernamentales.
Al mismo tiempo desmonta las críticas de aquellos que ven a estas comunidades como «pequeñas burbujas aisladas». Una idea rebatible al observar el mapa de ciudadelas, y notar cómo siguen apareciendo más economías circulares. Un hecho que hace fácil prever el agrandamiento y la unión de esas burbujas.
Son estas comunidades las que demuestran que Bitcoin no solo sirve para especular, sino que también funciona como moneda y medio de intercambio, una de las principales características del dinero.
Todo ello independientemente de la volatilidad, pues bitcoin no es solo un activo con precio variable: la criptomoneda nació rebelándose contra el sistema establecido. Una filosofía vigente, a pesar del alcance masivo que ha tenido y que lleva a muchos a querer invertir solo para ganar dinero.
La aspiración con Bitcoin es construir una economía diferente, y por eso las ciudadelas son ejemplos en pequeña escala que evidencian que esa economía circular alternativa es posible.
Bitcoin es la moneda perfecta para un mercado libre, y he aquí la diferencia con proyectos como Liberty Dollar. La criptomoneda proporciona una red de igual a igual segura, accesible mundialmente para enviar, recibir, ganar, gastar y ahorrar dinero, sin permiso, sin terceros, sin KYC, censura, tarifas altas o largos tiempos de espera.
Visto así, Bitcoin no solo separa el dinero y el Estado, también separa los mercados y los Estados. Nacen nuevos mercados libres y meritocráticos, donde importan más las habilidades, ideas, carácter y esfuerzo de los participantes que el permiso gubernamental. Bajo este esquema es posible para muchos construir una economía circular con los recursos a mano.
Un proceso en construcción
Sin embargo, esa economía aún está en construcción. Lo dijo uno de los principales referentes del ecosistema, Samson Mow, cuando comentó que, si las ciudadelas solo se tratan de que los comercios acepten pagos con BTC para luego cambiar a dólares o holdear (ahorrar), «entonces no es realmente una economía circular».
Mow explicó que actualmente en muchas ciudadelas existe una fusión entre la adopción comercial de bitcoin (a nivel de negocios) y una economía circular basada en BTC. Son dos niveles distintos de adopción porque una economía circular implica que todos los procesos económicos y sociales incluyan a bitcoin.
El reto para pasar de un nivel a otro es entender que sí es posible usar bitcoin como principal medio de pago, sustituyendo al fíat. Luego es necesario profundizar en su uso para lograr la transición desde la adopción comercial a la economía circular.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.