Hechos clave:
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Antes de Bitcoin, la inflaciĆ³n parecĆa algo que simplemente "tenĆa que vivir".
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Bitcoin es un dinero distinto y, a mi juicio, mejor que el de los bancos centrales.
El papĆ” de uno de mis grandes amigos siempre nos decĆa, cuando estĆ”bamos mĆ”s jĆ³venes, que la Ćŗnica Ā«bondadĀ» de una economĆa tan inflacionaria era endeudarse caro y pagar barato. Al menos, en Venezuela, hasta unos aƱos antes de la hiperinflaciĆ³n (que ocurriĆ³ a partir de 2017) el crĆ©dito daba esa ventaja ante la certidumbre de que el poder adquisitivo se iba reduciendo sostenidamente en el tiempo.
Visto en retrospectiva, los signos de la inflaciĆ³n eterna en Venezuela los puedo rastrear hasta mi niƱez. Mi madre comprando ropa de segunda mano, los recortes presupuestarios constantes y la subida de precios de cualquier producto, de forma recurrente. Cuando uno crece asĆ, se acostumbra a vivir asĆ. No creo que los europeos y los estadounidenses, ahora golpeados fuertemente por la crisis, puedan decir lo mismo.Ā
Unos pocos datos para ilustrar: en 2021, cuando apenas empezaba esta ola inflacionaria en los paĆses desarrollados, al menos 7 paĆses latinoamericanos y del Caribe superaron el 7% en sus Ćndices de inflaciĆ³n. Venezuela claramente dominĆ³ ese apartado con mĆ”s de 1.500%, aunque tambiĆ©n destacan Surinam, con casi 60%; Argentina con 48% y HaitĆ, cuya inflaciĆ³n fue de mĆ”s de 15%.Ā
La realidad de Europa y Estados Unidos es otra. En los Ćŗltimos meses, ambas zonas han estado experimentando sus mayores Ćndices de inflaciĆ³n en dĆ©cadas. En esas zonas, personas de 40 aƱos no habĆan vivido nunca la pĆ©rdida de poder adquisitivo a los niveles actuales. Y apenas hablamos, cuando mucho, de dos dĆgitos. Un 10% resulta catastrĆ³fico para quienes desconocen la inflaciĆ³n en su vida cotidiana, pero quienes ya la conocemos hemos sobrevivido a cosas peores. Ellos se encuentran Ć”vidos de alternativas, como lo demuestra, por ejemplo, un reporte sobre el incremento del consumo de bienes de segunda mano en Estados Unidos.Ā
Esto se veĆa venir
El dinero de los bancos centrales no hace sino empobrecernos a todos, menos a quienes estĆ”n en esos gobiernos y sus apadrinados. Porque ellos controlan cuĆ”nto dinero circula y son los primeros en utilizarlo. Un banco va a la quiebra, el gobierno imprime dinero y salva al banco, pero devalĆŗa la moneda. Y no hablamos de cientos, si no miles, de millones de dĆ³lares. El Efecto Cantillon ilustrado.
Pero si tu pequeƱo negocio se desmorona en medio de una crisis, la respuesta breve es: Ā«tu problemaĀ». Aunque pueda salvarse con unos pocos miles de dĆ³lares. Lo peor no es esa disparidad, sino que la emisiĆ³n necesaria para salvar grandes empresas impacta directamente sobre el poder adquisitivo de todos: la inflaciĆ³n es un fenĆ³meno monetario atado a la emisiĆ³n y circulaciĆ³n de unidades de la moneda en las calles.Ā
Nadie se salva de la ley de oferta y demanda. Si el gobierno inyecta mĆ”s liquidez, acrecentando la oferta de dinero, cada monedita en tu bolsillo vale menos en el mercado. Para muestra, veamos la pandemia y cĆ³mo los niveles de emisiĆ³n que aumentaron en estos dos aƱos llevaron al mundo a la situaciĆ³n inflacionaria actual.
La Fed, el ente central del dinero en Estados Unidos, imprimiĆ³ dinero a ritmos sin precedentes y el dĆ³lar estĆ” viviendo las consecuencias. Al ser una moneda usada globalmente, esto afecta a mĆŗltiples economĆas. No solo a la estadounidense. A diferencia de los fenĆ³menos inflacionarios en LatinoamĆ©rica, cuyos paĆses solo se afectan a sĆ mismos por la impresiĆ³n de sus respectivas monedas.Ā
Luego de los niveles de impresiĆ³n y endeudamiento de Estados Unidos y Europa a raĆz de la pandemia (rescates y auxilios econĆ³micos en crisis, segĆŗn los gobiernos), ambas zonas viven este 2022 con niveles inflacionarios prĆ”cticamente sin precedentes. Como hemos dicho, sus nuevas generaciones se han comenzado a enfrentar con una realidad que hasta ahora les era ajena, completamente desconocida. A diferencia de los habitantes de paĆses latinos.
Por quƩ bitcoin
La prĆ”ctica hace al maestro. Y sin ahondar en detalles, digamos solamente que incluso antes de la hiperinflaciĆ³n (2017-2021), en Venezuela esta realidad fue Ā«materia vistaĀ». Como decĆan en el colegio cuando algo se consideraba aprendido y sin derecho a revisitar para aclarar dudas. Pero, aun asĆ, no fue suficiente conocerla para entenderla de verdad. Esa comprensiĆ³n llegarĆa, para mĆ, gracias a Bitcoin. Ā
Con Bitcoin conocĆ el contraste entre un dinero independiente de gobiernos y bancos centrales y uno que depende completamente de estos. En bitcoin, hay emisiĆ³n fija y limitada y sin control absoluto de ninguna persona o entidad, con miles de personas conectadas a la red en todo el mundo. El otro dinero, las monedas nacionales como el dĆ³lar, el euro o el bolĆvar, depende enteramente de cada gobierno. La emisiĆ³n en manos de unos pocos privilegiados.Ā
La primera criptomoneda del mundo tiene una serie de reglas y mecanismos que la hacen muy distinta al dinero de los bancos centrales, y, sin embargo, cumple las mismas funciones que estos. Ā
En Bitcoin nadie puede emitir monedas de mĆ”s, y aunque su precio varĆa continuamente en el mercado no lo hace por una decisiĆ³n individual sino por la acciĆ³n de los participantes del mercado. ĀæPrefieres un dinero controlado por unos pocos privilegiados o uno con reglas fijas?Ā
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artĆculo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.