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El principal interés de los bancos es evitar involucrarse con fondos de origen ilegal o desconocido.
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Pese a que las pruebas no fueron del todo eficientes, falta poco para llegar a un marco regulatorio.
En Latinoamérica, Colombia es uno de los países que más ha trabajado y progresado en la regulación de bitcoin (BTC) y las criptomonedas. Desde hace más de un año, el país tiene un sandbox regulatorio en el que exchanges y bancos interactúan y comparten operaciones para «aprender» a trabajar en conjunto.
No obstante, el país ha tenido sus turbulencias también. Por ejemplo, en 2018 CriptoNoticias reportó el cierre de cuentas bancarias vinculadas a Buda, una casa de cambio de criptomonedas del país, una situación que para 2021 ya se encontraba mejor encaminada y con las cuentas ya operativas nuevamente.
En los últimos años, la Superintendencia Financiera se ha enfocado en el tema y, junto con las entidades que regula y empresas del mundo de las criptomonedas, han iniciado diversos programas de prueba con fines no solo regulatorios, sino también destinados a entender mejor el funcionamiento de estos nuevos servicios.
Sobre este tema dialogó Juan Pablo Ramírez, director de blockchain y criptomonedas de Bancolombia, con CriptoNoticias. Por un lado, el especialista destacó que «la gente está muy interesada en que las entidades financieras le pueden abrir cuentas a los negocios de criptomonedas». A su vez, remarcó que se ha progresado mucho en este sentido y auguró nuevas regulaciones para finales de 2022, «en un escenario optimista».
No obstante, Ramírez también señala que existen obstáculos que todavía han de superarse para que las operaciones sean convenientes y seguras. Conocer las actividades del cliente y de dónde provienen los fondos que administra es primordial en este sentido, explica.
Bitcoin en Colombia: la regulación actual y sus riesgos
En el marco de la Blockchain Summit Latam 2022 en Ciudad de Panamá, evento en el que Juan Pablo Ramírez participó como orador, el representante de Bancolombia contó que en su país «hay libertad» para que particulares usen sus cuentas y tarjetas para operar con exchanges de criptomonedas.
La única limitación es que, si el volumen de las transacciones se vuelve muy alto, hace falta «estudiar cada caso» para disminuir los riesgos para el banco. Este entendimiento de las actividades del usuario «va muy de la mano con la transparencia y la honestidad», dice Ramírez. «Deben decirnos realmente lo que hacen, por ejemplo, si hacen intermediación, para poder estar tranquilos», añade.
“Buscamos entender la profundidad del negocio a través de las áreas de riesgo y ciberseguridad para saber cómo nos exponemos como banco si aceptamos operaciones vinculadas a criptomonedas”.
Juan Pablo Ramírez, director de blockchain y criptomonedas de Bancolombia
Así, comenta, los bancos son capaces de responder por las operaciones que habilitan tanto ante la Superintendencia Financiera de Colombia como ante los bancos corresponsales de Estados Unidos, explica.
En este sentido, las entidades financieras en Colombia sí tienen una limitación, y es que no pueden «invertir, custodiar, intermediar u operar con monedas virtuales». El asunto es que, para un abogado, intermediar pueden ser son muchas cosas, explica Ramírez. Por eso, hace falta establecer claramente el rol de los participantes en el mercado no solo con respecto a las criptomonedas o stablecoins, sino también con monedas digitales de banco central (CBDC) o tokens en general.
El sandbox regulatorio en el país
En este periódico se ha reportado en diversas oportunidades el desarrollo de un sandbox («caja de arena») en el que empresas del sector financiero tradicional y fintechs operan de manera conjunta, controlada y supervisada. En el caso de Bancolombia, la entidad asociada en el programa es el exchange Gemini.
«El sandbox plantea varios retos y oportunidades», dijo Ramírez a CriptoNoticias. En primer lugar, la cantidad limitada de clientes y el poco interés por las criptomonedas escogidas por el ente regulador han sido grandes obstáculos en los 6 meses de ejecución práctica del programa.
«No podemos tener una apertura masiva al público y eso ha llevado a que no podamos alcanzar el tope máximo de usuarios en el tiempo que nosotros estimamos. Bancolombia lleva 6 meses en operación en el sandbox y nos ha costado mucho», expresó el especialista.
En este marco regulatorio especial, los usuarios que participen pueden transaccionar con bitcoin (BTC), ether (ETH), litecoin (LTC) y bitcoin cash (BCH). «Las personas no tienen suficiente interés en las cuatro criptomonedas que definió la Superfinanciera para operar», afirma el entrevistado.
¿Más regulaciones para bitcoin en Colombia en el corto plazo?
Despegándose de su posición de representante de una entidad financiera, Juan Pablo Ramírez brindó su punto de vista sobre el enfoque que considera correcto para regular a bitcoin en Colombia. Lo primero, afirma, es educar tanto a la población como a empresas y reguladores.
«Las criptomonedas no son únicamente especulativas. Hay otros casos de uso que se pueden desarrollar para que las entidades financieras tengan una posición propia en criptomonedas», expresó.
Además, él piensa que en el marco regulatorio se deben brindar «las mismas posibilidades» a los participantes, tanto bancos como fintechs. «Si una entidad financiera tiene experiencia en custodia, ciberseguridad y cumplimiento, ¿por qué no participar de la misma forma que empresas extranjeras y startups?», cuestionó.
Finalmente, es esencial «establecer muy claramente el rol de cada participante», y que no sea el banco el único responsable, como ocurre en el sandbox actual, por ser el ente regulado.
Así las cosas, Juan Pablo Ramírez, interesado en criptomonedas desde hace años y quien asiste a eventos del ecosistema regularmente, es optimista. «Yo creo que hemos avanzado mucho. En este momento, estamos en un cambio político en el país. Hay un nuevo presidente y eso implica que posiblemente haya un nuevo superintendente».
La regulación en el campo está «muy madura», cree, aunque falta «conciliar en algunos puntos» con los entes reguladores del país. «Si se dan ciertos cambios, a final de año podríamos tener algo, en un escenario muy optimista. El escenario pesimista sería que no pasara nada y quede para el año que viene», vaticinó.