En más de una ocasión hemos visto cómo un hipnotizador es capaz de controlar la voluntad de alguien con el uso de un péndulo y una suave voz. Así de simple, el hipnotizado hará lo que sea que le ordenen mecánicamente, como imitar conductas de un animal o realizar actos que normalmente no haría bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, de acuerdo con la perspectiva profesional de la hipnosis, esta es una herramienta usada con fines terapéuticos en la que la persona nunca pierde por completo su voluntad, lo que significa que puede tomar decisiones por sí misma en medio de este estado.
De una forma similar, podemos ver como la sociedad a veces parece reaccionar antes ciertos hechos como si estuviera hipnotizada, es decir que, aunque tiene el poder de decidir lo que es más conveniente o más sabio, se deja llevar por lo que el hipnotizador le dice y cede voluntariamente su albedrío.
La comunidad de inversionistas y usuarios de criptomonedas también ha sido testigo y partícipe de este fenómeno. Especialmente en momentos en los que se han hecho públicos anuncios sobre medidas regulatorias, que pueden ir desde la intención de medir y controlar el uso de estas herramientas tecnológico-financieras hasta la prohibición total de las operaciones hechas con ellas.
Dichos anuncios suelen afectar considerablemente la confianza de los tenedores de criptomonedas, a un punto en el que la demanda o la oferta pueden ser tan altas que los precios y el mercado son impactados de forma drástica, al alza o a la baja respectivamente. Especialmente si hablamos de bitcoin (BTC), una criptomoneda que por mucho tiempo concentró más del 50% del valor del mercado global de criptoactivos y que actualmente muestra una dominancia cercana al 40%.
Entre los casos donde esta reacción de los criptoinversionistas fue evidente se encuentra lo ocurrido el 8 de septiembre del 2017 cuando, luego de la suspensión de operaciones en casas de cambio de criptomonedas locales por parte del gobierno chino, el precio del BTC el y valor del mercado entero cayó 10% en tan solo una hora. Cabe destacar que las plataformas de intercambio chinas eran las que contaban con el mayor volumen de transacciones de criptomonedas a nivel mundial en ese entonces.
Un efecto más dramático y relacionado con el hecho recién mencionado se experimentó a principios de febrero de este año, después de que el gobierno de China anunciara la prohibición de las operaciones de casas de cambio de criptomonedas, tanto locales como extranjeras, en su territorio. A esto se sumó la negación por parte de bancos internacionales a permitir la compra de criptoactivos con sus tarjetas de crédito y una fuerte corrección que venía experimentando el mercado, luego de haber alcanzado precios récord a mediados de diciembre anterior.
En esa oportunidad, la caída fue cercana al 40% en cuestión de un par de días para el mercado de criptoactivos y, para bitcoin en particular, de un 30%.
Como se sabe, los anuncios de medidas regulatorias o prohibitorias son dados comúnmente por entes gubernamentales como bancos centrales, ministerios, agencias y comisiones financieras, así como también pueden venir de parte de instituciones privadas, como bancos y empresas de servicios relacionados con la tecnología y las finanzas.
En vista de lo fácil de predecir que puede ser la respuesta de los inversionistas ante posibles regulaciones, no es descabellado pensar en la posibilidad de que el mercado esté siendo manipulado mediante esta clase de anuncios. No obstante, sería una manipulación que estarían permitiendo los mismos inversionistas y usuarios de criptomonedas; ya que solo basta con dejar de mirar el péndulo regulatorio por un momento para redescubrir las bondades de los avances de la tecnología blockchain y la naturaleza descentralizada de las criptomonedas y su mercado.
Esta es la principal motivación de cada bitcoiner para seguir apoyando el uso, desarrollo y expansión de esta tecnología. Innovaciones como SegWit y Lightning Network (LN) deberían ser las principales propulsoras del incremento en el valor de bitcoin. En lo que va de 2018 ha sido evidente la gran mejoría que trajo el desarrollo de herramientas como LN a Bitcoin; la cual, de la mano con SegWit, ha logrado aumentar la eficiencia del funcionamiento de la blockchain disminuyendo el costo promedio de las comisiones por transacción. Aunque sigue en proceso de perfeccionamiento, LN ya se encuentra operativa y una cantidad de aplicaciones Lightning (LApps) están siendo construidas en compatibilidad con esta red.
Bajo esta perspectiva, si los desarrolladores, mineros, inversionistas y usuarios de una criptomoneda (impulsados por los ideales de descentralización y libertad financiera) son los principales responsables de su crecimiento a nivel tecnológico y de adopción (factores que deben incidir directamente en su valor en el mercado) entonces no hay razón para poner en manos de banqueros y gobiernos el poder de influenciar el precio de un criptoactivo descentralizado.
Reenfocando la mirada
Las regulaciones son indudablemente necesarias, especialmente cuando buscan proteger al usuario y al inversionista de aquellos que buscan beneficiarse del engaño y la trampa. Pero esa es la única incidencia que deben tener estas medidas en el ecosistema blockchain. No tiene sentido que una regulación tenga el poder de hundir el valor de un instrumento que nació con el objetivo de liberar a sus usuarios del yugo impuesto por las instituciones que dictan dichas normas.
Bitcoiners en países como Rusia y China, que han experimentado regulaciones estrictas ante el uso de criptoactivos y casas de cambio, han logrado mantener en marcha al mercado de monedas criptográficas de las formas más creativas y astutas posibles. Algo que ha permitido el continuo crecimiento de la criptocomunidad en estas regiones y demuestra que la relevancia de las criptomonedas actualmente no puede ser escondida detrás de una serie de leyes, creadas con un obvio nivel de desconocimiento o ignorancia del concepto que define a esta tecnología y los ideales que defiende.
Los avances en la tecnología blockchain y su adopción son los que deberían marcar el valor real de una criptomoneda, y no las intenciones de regulación de un ente, que muy probablemente terminen siendo erróneas, ya que insisten en encajar a las criptomonedas en un marco que no está hecho a su medida, como ha ocurrido con la SEC, al tratar de clasificar ciertos criptoactivos como valores financieros o bienes.
Por lo tanto, es momento de quitar la mirada de ese péndulo que mantiene hipnotizada a la comunidad con temores ante regulaciones y enfocarse en apoyar y promover el desarrollo de las criptomonedas, así como los principios bajo los cuales la primera de ellas, bitcoin (BTC), fue creada.
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