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Bukele se ha reunido con empresarios como Michael Saylor y delegados de varios gobiernos.
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El Salvador se mantiene firme comprando 1 BTC al día.
Hace exactamente cuatro años, el 9 de junio de 2021, ocurrió un hecho que marcó un antes y un después en la historia de bitcoin (BTC): El Salvador, un pequeño país centroamericano, le otorgó a este activo el estatus de moneda de curso legal, pese a múltiples críticas tanto desde la política como por parte de organismos multilaterales.
Este hito se concretó con la aprobación de la Ley Bitcoin, que obligó a todos los agentes económicos a aceptar BTC como medio de pago junto al dólar estadounidense. Además, implicó el desarrollo de la billetera digital estatal Chivo para facilitar las transacciones, y se eximieron de impuestos sobre ganancias de capital las operaciones con la moneda digital.
Con el tiempo, el caso salvadoreño se ha convertido en un referente clave para los entusiastas de los criptoactivos. A lo largo de los años, han surgido opiniones divididas: algunos consideran que se trata de un experimento fallido, señalando los bajos niveles de adopción dentro del país, mientras que otros creen que su verdadero impacto solo podrá medirse en el largo plazo, como reportó CriptoNoticias.
La decisión de El Salvador colocó a la creación de Satoshi Nakamoto en el centro del debate institucional. No es que BTC estuviera condenado al estancamiento, pero lo que Bukele y su equipo impulsaron rompió una barrera cargada de prejuicios.
A partir de entonces, varios gobiernos y empresas comenzaron a tomarse en serio a BTC, que solía ser evaluado desde posturas extremas: o bien como una tecnología de nicho, o como un activo puramente especulativo vinculado a actividades ilícitas.
Esto motivó a otras naciones a considerar medidas similares, intensificando el debate sobre la adopción de criptomonedas. Países de Latinoamérica como Paraguay, Brasil, Argentina, Guatemala y Colombia empezaron a discutir proyectos de ley vinculados al sector, en muchos casos tomando a El Salvador como referencia.
La estrategia del país centroamericano atrajo la atención de figuras influyentes del mundo de los criptoactivos, como Jack Mallers y Max Keiser —este último se convirtió en un asesor recurrente en temas relacionados con BTC—, quienes se reunieron con Bukele y apoyaron su visión. Esto ha elevado el perfil de bitcoin, motivando a instituciones financieras a considerar su adopción.
En medio de ello, empresas como Strategy, liderada por Michael Saylor, intensificaron su plan de acumulación de bitcoin, acumulando más de 580.000 BTC hoy en día. De forma paralela, Fidelity Investments lanzó productos de inversión en bitcoin dirigidos a clientes institucionales en 2022, mientras que BlackRock introdujo un ETF de bitcoin al contado en enero de 2024.
El enfoque de Bukele dio un nuevo paso a finales de 2022, cuando El Salvador anunció que comenzaría a comprar 1 bitcoin por día para fortalecer su reserva estratégica. Para el momento de redactar esta nota, la nación centroamericana posee 6.202 BTC y cuenta con casi un 120% de ganancias no realizadas, según el explorador DropsTab.
Esta medida impulsó el debate sobre la inclusión de criptomonedas en las reservas nacionales, un tema que ganó aún más relevancia en 2024 con la campaña presidencial de Donald Trump, quien no solo regresó a la Casa Blanca en 2025, sino que firmó una orden ejecutiva para crear una tesorería estratégica con cerca de 200.000 BTC incautados en operaciones criminales.
La estrategia de El Salvador sobre bitcoin ha ido cambiando
Aunque en diciembre pasado se puso fin al estatus obligatorio de bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, ante un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para estabilizar las finanzas de la nación, funcionarios como Stacy Herbert reafirmaron su compromiso a largo plazo con el activo.
Además, si bien se confirmó que la billetera Chivo será descontinuada como parte del acuerdo, las autoridades del país aseguraron que la estrategia de comprar 1 BTC diario continuará y que las iniciativas educativas relacionadas con la moneda digital seguirán activas. Ambas cosas se han mantenido hasta ahora, con alguna que otra excepción para las compras.
Uno de los pilares menos visibles pero igualmente relevantes de la apuesta salvadoreña por bitcoin ha sido la incursión en la minería de BTC utilizando energía geotérmica proveniente de volcanes. Esta iniciativa ha captado el interés de mineros internacionales, algunos de los cuales trasladaron sus operaciones al país para aprovechar la electricidad renovable a bajo costo.
De esta forma, la llamada «energía volcánica» se convirtió en una narrativa potente para promocionar a El Salvador como un destino con infraestructura energética en expansión destinada a sostener operaciones mineras y futuros desarrollos tecnológicos vinculados a Bitcoin City, un proyecto de ciudad inteligente.
No obstante, no todas las apuestas han tenido un desenlace inmediato. Un ejemplo es el caso de los «bonos volcán», anunciados con gran expectativa en 2021 para financiar parte de la Bitcoin City. Aunque su emisión se ha postergado repetidamente, en su lugar surgió en 2024 un instrumento similar: el token de deuda HILSV, un criptoactivo que ofrece una vía alternativa de microcrédito para impulsar la expansión del mercado inmobiliario en el país. A diferencia de los bonos volcán, el HILSV se negocia en dólares y USDT en la red Liquid.
El Salvador: un foro global para el debate sobre bitcoin
A lo largo de los años, El Salvador se ha convertido en un punto de encuentro para discutir la adopción de BTC a nivel global. Un ejemplo destacado fue la reunión de la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI), celebrada en mayo de 2022, donde representantes de 44 economías emergentes analizaron el potencial de bitcoin para promover la inclusión financiera.
En diciembre de 2024, representantes de la Comisión Nacional de Valores (CNV) de Argentina sostuvieron un encuentro con la Comisión Nacional de Activos Digitales (CNAD) de El Salvador, y firmaron un acuerdo para compartir experiencias y promover iniciativas relacionadas con bitcoin.
Tras la firma de este acuerdo, Juan Carlos Reyes, titular de la CNAD, destacó que El Salvador y Argentina buscan sentar las bases para una mayor cooperación regional, que promueva un escenario amigable para el desarrollo de la industria de los criptoactivos.
Más tarde, en febrero de 2025, Nayib Bukele se reunió en El Salvador con Michael Saylor, CEO de Strategy y uno de los mayores defensores corporativos de bitcoin, en un encuentro que también incluyó a Stacy Herbert y a Max Keiser. En aquella reunión tocaron temas sobre los próximos pasos para fortalecer la adopción de bitcoin a nivel global.
Y esto es algo que continúa activamente. Sin ir más lejos, la semana pasada, Nayib Bukele se reunió con Bo Hines, director ejecutivo del Comité Asesor de Activos Digitales de la Casa Blanca, para explorar posibles colaboraciones entre Estados Unidos y El Salvador en el ámbito de bitcoin y otros activos digitales.
A casi cuatro años de haber dado el primer paso, El Salvador sigue consolidándose como un centro de operaciones de adopción estatal de bitcoin. Pese a los desafíos y críticas, el país ha mantenido una visión firme y a largo plazo que sigue captando la atención de gobiernos, reguladores e instituciones financieras de todo el mundo.
En un contexto cada vez más abierto al uso de bitcoin, la experiencia salvadoreña supone un punto de referencia clave para entender los posibles caminos de una integración real entre las finanzas descentralizadas y el sistema bancario tradicional.