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La adopción por parte de los Estados podría tener ventajas y desventajas significativas.
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Existen preocupaciones sobre cómo la regulación podría afectar a los usuarios de bitcoin.
Que los Estados estén en contra de bitcoin (BTC) no es algo que sorprende, suele ser lo más esperable por muchos miembros de la comunidad que gira en torno al ecosistema. Sin embargo, que suceda lo contrario, causa asombro y festejos, pero ¿realmente es eso lo mejor para los usuarios de la moneda digital?
En la búsqueda de una respuesta para la pregunta anterior, se entiende que debemos pensar en cómo será el futuro de la economía del mundo. ¿Realmente el sistema monetario evolucionará a tal nivel que llegará la hiperbitcoinización?
Sobre esto comenta Samson Mow, el CEO de la startup JAN3, quien se ha propuesto educar a los gobiernos sobre Bitcoin y está convencido de que la hiperbitcoinización llegará en unos pocos años.
Mow cree que Bitcoin se convertirá en el sistema monetario dominante y que este proceso comenzará por América Latina y África, donde los ciudadanos son más receptivos al efectivo electrónico debido a los problemas socioeconómicos que les afecta, y a la hiperinflación.
Por ello, se ha dado a la tarea de reunirse con políticos y representantes de gobierno para analizar las posibilidades de que los Estados le abran la puerta a bitcoin.
Las visitas de Mow a diversos territorios han demostrado que muchas instituciones gubernamentales no están cerradas a la adopción de bitcoin y varios políticos han estado dispuestos a explorar los métodos bajo los cuales los gobiernos pueden manifestar mayor aceptación hacia la invención de Satoshi Nakamoto.
Bitcoin en manos de los Estados ¿y la libertad en manos de quién?
Samson Mow desempeñó un rol importante en la adopción de bitcoin como moneda de curso legal por parte de El Salvador. Así que ese nivel de influencia le permite acercarse a otros países que tienen interés en la adopción de la primera de las criptomonedas.
Tal es el caso del presidente de Colombia Gustavo Petro, quien recientemente sostuvo una reunión con el equipo de JAN3 para analizar cómo bitcoin puede ayudar a solucionar problemas que aquejan a los colombianos.
También, Mow y su equipo se reunieron con el presidente de Surinam, Chan Santokhi, quien está considerando convertir el 1% de sus reservas en bitcoin.
Por lo tanto, Santokhi pidió a la empresa que les entregue una propuesta y los próximos pasos para avanzar en la implementación de una estrategia bitcoiner en esa nación.
De igual manera, el CEO de Jan3 visitó México para conversar con los legisladores sobre la importancia de adoptar a bitcoin y de cómo esta moneda digital puede ayudar a que el país salte al escenario financiero mundial.
El ejecutivo, conocido como el arquitecto de los bonos bitcoin de El Salvador, ha señalado que Centroamérica ya está madura para la adopción de la moneda digital porque tiene el ejemplo de la nación salvadoreña que desafió al sistema financiero tradicional. Esto tras integrar a bitcoin en su economía al darle el mismo peso legal que tiene el dólar.
Y ahora, con más Estados abiertos a la idea de acercarse a bitcoin, quedan en el aire varias dudas, sobre todo cuando se profundiza en el análisis acerca de los peligros que conlleva el control del Estado sobre los ciudadanos.
Por los principios de la descentralización, transparencia y resistencia a la censura que promueve, bitcoin se ha convertido en un símbolo de resistencia contra las autoridades centralizadas y un catalizador para reinventar el futuro del dinero.
Pero con la moneda digital en manos de los Estados cualquiera podría preguntarse: ¿se erosionarán las propiedades que muchos consideran valiosas? ¿Dónde quedaría la libertad financiera, la liberación de la supervisión gubernamental o la soberanía monetaria?
Bitcoin en manos de los gobiernos, un clima de alta volatilidad
Para que bitcoin cumpla con su propósito de ser dinero independiente, de igual a igual para todos, libre de censura o control autoritario, será necesario que se mantenga fuera del alcance de los gobiernos.
Por el contrario, el hecho de que el Estado adopte bitcoin implica que el gobierno reconozca e integre a la moneda digital en su estructura financiera existente, potencialmente instituyendo regulaciones y manteniendo cierto grado de control sobre las libertades individuales, como ya sucede ahora, con la llamada Regla de Viaje.
Bitcoin fue creado en 2009 como una respuesta a la crisis financiera mundial y la falta de confianza en los sistemas monetarios y bancarios tradicionales.
Su diseño permitió eliminar intermediarios y ofreció un sistema de pagos transparente y seguro para que las poblaciones pudiesen escapar de los colapsos financieros surgidos de la mala implementación de las políticas monetarias por parte de los gobiernos.
De hecho, a lo largo de los años, bitcoin ha ganado reconocimiento y popularidad a nivel global, siendo utilizado como una reserva de valor en algunos países con economías inestables.
Sin embargo, con bitcoin en manos de los Estados podrían surgir preocupaciones sobre cómo la regulación estatal puede afectar la percepción que tienen los ciudadanos acerca de la primera de las criptomonedas.
Ya sucedió en El Salvador, donde la aplicación creada por el gobierno de Bukele para facilitar la adopción de bitcoin entre los salvadoreños, presentó fallas, afectando a millones de personas.
De tal manera que se lo haya propuesto o no, con la wallet gubernamental Chivo, el gobierno desincentivó el uso de bitcoin e influyó en la percepción de las personas sobre la moneda digital generando escepticismo y frustración.
La mayoría no entiende que bitcoin es una moneda descentralizada, que no puede ser controlada por los gobiernos, ni por ningún ente centralizado.
Lo bueno y lo malo de la adopción de bitcoin por parte de los Estados
Lo ocurrido en El Salvador con la Chivo Wallet es una señal de que los Estados pueden intervenir perjudicando la adopción de bitcoin. Al adoptar y regular la criptomoneda, los Estados podrían tomar parte como terceros de confianza e imponerse con una herramienta de control y vigilancia financiera, socavando los principios fundamentales que llevaron a la creación de Bitcoin.
También existe la posibilidad de que los Estados intenten manipular su valor al tener acceso a grandes cantidades de bitcoin tratando de afectar su naturaleza descentralizada y volatilidad característica.
No obstante, también es de tener en cuenta que la adquisición de bitcoin por parte de los Estados es algo que nadie puede impedir debido a la descentralización de la red que, dicho sea de paso, está al servicio de todas las personas del mundo.
Un beneficio clave de la descentralización de bitcoin es que no tiene un único punto de falla. Esto no significa que sea indestructible. Sin embargo, significa que es muy difícil de atacar.
Para manipular el precio de bitcoin, los Estados tendrían que hacer un esfuerzo superior. Por un lado, sería cuesta arriba que acumulen un alto porcentaje del suministro de la moneda digital.
En sus intentos de influir en el precio de bitcoin los Estados podrían intentar la acumulación masiva, ya que una entidad con recursos financieros significativos podría comprar grandes cantidades de bitcoin en el mercado, lo que aumentaría la demanda y, por lo tanto, el precio. Esto podría realizarse a través de una estrategia de compra gradual o a través de una compra masiva repentina.
En todo caso dando una mirada a los datos de Bitcoin Treasuries.tenemos que destaca la empresa de gestión de inversiones Grayscale, la que más bitcoin posee en el mundo, con más de 620.000 BTC. Esto le convierte en dueña de menos del 3% de todas las monedas digitales que podrán existir (21 millones) y ni, aun así, alcanzaría a manipular su precio.
¿Qué pasa si los Estados intentan manipular el precio de bitcoin?
Los Estados ya tienen pocas posibilidades de manipular el precio de bitcoin, dado a que el pasado 1 de noviembre se alcanzó la cifra de haber minado el 93% de todos los bitcoins que existirán en circulación en el mercado. Solo resta el 7% por minar, y con ello, poca capacidad de acumulación para cualquier actor del planeta, a menos que encuentren una gran cantidad de BTC disponible en el mercado y que cuenten con fondos suficientes para poder comprarlos.
Por otro lado, también existe la posibilidad de que los Estados decidieran adoptar y regular a bitcoin legitimando su uso y facilitando su adopción generalizada mediante la creación de nuevas leyes. Sin embargo, existe el riesgo de que estas regulaciones afecten a los usuarios y a su privacidad financiera.
La falta de privacidad de Bitcoin es un defecto importante en muchos sentidos, pero en la lucha contra la corrupción gubernamental, Bitcoin puede ofrecer otra ventaja ayudando a remediarla.
Los esquemas corruptos a menudo se ocultan detrás de complejos sistemas financieros, dificultando su detección. Sin embargo, la transparencia que ofrece la red de Bitcoin es una solución única a este problema.
En Bitcoin, cada transacción es pública y puede ser rastreada por cualquier persona. Por lo tanto, si los Estados y gobiernos adoptaran al efectivo electrónico como moneda oficial, todas las transacciones gubernamentales serían registradas en su red y estarían disponibles para su escrutinio público.
De esta manera se permitiría una mayor supervisión ciudadana y dificultaría la ocultación de actividades corruptas. Algo que está a disposición de los habitantes de El Salvador, entre otros beneficios,
Sin embargo, es de tener en cuenta que precisamente la nación centroamericana es criticada por falta de transparencia sobre el manejo de sus reservas en bitcoin, generando riesgos de malversación de fondos.
Queda por verse si los Estados se inclinarán hacia una regulación más abierta y equilibrada que permita el crecimiento y la innovación de Bitcoin, o si predominará un enfoque restrictivo y controlador que limite su potencial.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.