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La nacionalización de la minería y la censura de las transacciones preocupa a los bitcoiners.
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Stratum V2, de Braiins, es visto como la solución para reforzar la minería descentralizada.
¿La nacionalización de la minería acabará con Bitcoin? ¿Puede China censurar los pools? ¿El Estado será capaz de intervenir en las transacciones de Bitcoin? Estas son algunas de las inquietudes que han angustiado a la comunidad bitcoiner en los últimos años, al considerar que la minería de Bitcoin es vulnerable a ataques gubernamentales.
Jameson Lopp, co-fundador de la empresa de seguridad CASA, Jimmy Song, escritor de Programming Bitcoin y Giacomo Zucco, educador y consultor de Bcademy, discutieron sobre este tema en la séptima edición de LaBifConf. El panel, titulado Mineros y la lista negra, exploró las posibilidades de que un Estado realmente pueda censurar las transacciones de Bitcoin y romper la descentralización de los mineros.
La opinión fue coincidente: No es tan fácil censurar a Bitcoin, Jimmy Song, por ejemplo, cree que “la censura es muy impráctica en Bitcoin”. Song explicó que no solo existen mineros distribuidos en todo el mundo, sino que también los usuarios utilizan herramientas para aumentar la privacidad de sus transacciones, como es el caso de los servicios como Coinjoin o los mixers.
En este sentido, por más que un Estado desee imponer medidas KYC para los mineros o las transacciones que estos procesan, la realidad es que resulta cada vez más difícil saber la titularidad de las transacciones. Por si fuera poco, Jimmy Song también considera que los mineros no van a dejar de reportar ciertas transacciones porque no cumplen con los requerimientos que impone el Estado, puesto que esta práctica iría en detrimento de sus ganancias y podría ralentizar la red.
“El gobierno puede intentar regular, pero los mineros siempre pueden darle la vuelta”, acotó Song. El investigador de Programming Bitcoin sugirió que “como en Bitcoin cada quien es maestro de propio nodo”, siempre habrá la posibilidad de que las personas se resistan a las regulaciones que no se acoplen al funcionamiento de la red. De igual manera, apunta que siempre existe la posibilidad de que los mineros migren a territorios con marcos regulatorios más flexibles y menos invasivos.
La nacionalización de la minería preocupa, pero no tanto
Una de las formas más eficaces que tiene un gobierno para controlar la minería es nacionalizando. Jameson Lopp señaló esta posibilidad en su intervención, refiriendo como ejemplo a Venezuela, donde el Estado ha conformado un pool nacional de mineros, donde también está incluido el ejército del país. Los ciudadanos interesados en minar criptomonedas deben registrarse ante la autoridad regulatoria, quien les concede una licencia para trabajar única y exclusivamente en dicho pool, tal y como ha reportado CriptoNoticias.
Aunque esto suena preocupante y podría ser una manera efectiva de censurar transacciones a conveniencia, Lopp cree que aún existen formas de burlar este control. El desarrollador apunta que si el 100% de los gobiernos tomasen la decisión de nacionalizar la minería de Bitcoin, eso no significa que todos vayan a tener las mismas políticas con sus pools de minería. “Muchas de estas naciones no se llevan, sería extraño si todas se pusieran de acuerdo sobre cómo minar los bloques”.
Jameson también comentó sobre la situación en China, territorio que tiene el monopolio de manufacturación de ASIC y más del 50% del hashrate de Bitcoin. Según su visión, sería muy difícil para el Estado controlar todos los pools que hacen vida en el territorio, ya que son muchos. Asimismo, aclara que los mineros siempre pueden decidir cambiar de pool si estos terminan tomando decisiones que no les agradan. “Los mineros quieren quedarse descentralizados”, añadió.
Pero parece ser que una de las soluciones más determinantes para disminuir la angustia sobre el control de China en la minería de Bitcoin, es Stratum V2. El protocolo, desarrollado por Braiins y presentado el año pasado, ofrece implementar un nuevo esquema de minería colectiva (en pools) donde los mineros individuales tengan más poder sobre sus transacciones. Stratum V2 tiene la opción de que cada minero puede escoger cuales transacciones quiere confirmar en un bloque, una actividad que anteriormente era responsabilidad única del operador del pool.
Aunque es una función opcional, la idea es que el modelo de Stratum V2 vaya sustituyendo poco a poco la actual infraestructura de los pools. “Yo no creo que (la censura) sea posible, porque ahora tenemos a Stratum V2, y espero que se vuelve una parte cada vez más grande del ecosistema”.
Como otras innovaciones que se han incorporado a Bitcoin, Stratum V2 tiene que ser adoptado por los mineros para que ocurra realmente un cambio de paradigma. Song motivó a los mineros a pensar en la posibilidad de utilizar a Stratum V2 para una mayor descentralización, augurando que esta práctica “les hará ganar más dinero”. El bitcoiner señala que en un futuro próximo las comisiones van a ser una parte significativa de las ganancias de los mineros, por lo cual será de interés para ellos confirmar las transacciones con mejores comisiones.
Los panelistas concluyeron que mientras más innovación tecnológica y compromiso haya en la comunidad de mineros de Bitcoin, más difícil va a ser para los Estados imponer una regulación. Mientras se discuten estas posibilidades, la realidad es que la minería ha sido uno de los sectores menos regulados de las criptomonedas alrededor del mundo. Y aunque algunos países como China, Irán, Venezuela y Rusia han mostrado sus propios esquemas de control, pareciera que otras naciones aún no ven a la minería como una amenaza directa a su status quo.