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Con ciertos servicios financieros digitales, los ciudadanos renuncian al derecho de la privacidad.
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Gladstein señala que bitcoin podría sustituir al efectivo para proteger la independencia financiera.
Cuando a finales de los años 40 se publicó por primera vez la novela de George Orwell, titulada 1984, el personaje del “Gran Hermano” se convirtió en una pesadilla colectiva. ¿Era posible que un estado lograse un nivel de control tal sobre su población que pudiese vigilar su vida íntima y hasta el más mínimo pensamiento? Para Alex Gladstein, director de estrategia de la Fundación de Derechos Humanos, este terrorífico personaje se ha convertido en una realidad moderna.
“El gran hermano que te vigila” fue el hilo conductor de la presentación que realizó Gladstein en LaBitConf este día lunes. Según su perspectiva como trabajador por los derechos humanos, existe una preocupante tendencia entre corporaciones y gobiernos por querer controlar todo tipo de información. Esto ha conformado un nuevo tipo de autoritarismo, el cual el denomina como “las dictaduras digitales”, donde los datos personales de los ciudadanos son utilizados para controlar a la sociedad. Muy Orwelliano, ¿no?
El experto señaló que en la sociedad moderna hay cada vez menos privacidad puesto que se ha convertido en un valor que se intercambia por servicios y comodidades. Los ciudadanos comparten información sobre su género, identidad, política, religión e incluso decisiones financieras con el objetivo de acceder a un mundo digital con mayores facilidades. Sin embargo, esto genera consecuencias que en un principio la población parece ignorar pero que podrían convertirse en un gran problema para las minorías o los ciudadanos bajo regímenes dictatoriales.
Alex Gladstein señala que en la actualidad existen unos 4 mil millones de personas que viven bajo autoritarismo. Asimismo, en grandes países como China es cada vez más obvio que se planea instalar una ingeniería social basada en la vigilancia y la obtención de información personal, tal y como ha reportado CriptoNoticias con la cobertura del yuan digital. La eliminación del efectivo, uno de los métodos de pago más anónimos que existen el mercado, también incrementa las posibilidades de que los ciudadanos pierdan cualquier posibilidad de llevar una vida privada y sin riesgos de censura, bloqueos o persecuciones.
Ante esta posibilidad, el director de estrategia de la Fundación de Derechos Humanos apunta que los esfuerzos de los ciudadanos deberían estar concentrados en apoyar y desarrollar herramientas que descentralicen la información. En el caso del mundo financiero, es Bitcoin la opción más robusta e independiente que se encuentra al alcance de individuos que están tras la búsqueda de mayor privacidad, señala Gladstein.
Y es que Gladstein considera a la criptomoneda “el dinero de la gente”, agregando que: “Bitcoin no puede ser censurado, monopolizado, devaluado, utilizado para la vigilancia y no puede ser bloqueado en las fronteras”. Asimismo, la criptomoneda tiene la característica de que puede ser utilizado por cualquiera. Es decir, un modelo que, para Gladstein, podría ser ideal para quienes protestan en Hong Kong, quienes viven en Venezuela, quienes buscan mayor privacidad en China o resisten en Cuba
Bitcoin lucha contra el gran hermano en Venezuela y Cuba
En la presentación de Alex Gladstein, que duró casi unos cuarenta minutos, el experto reconoció que Bitcoin puede ser un gran aliado para los latinoamericanos. Frente a la inestabilidad política que está ocurriendo en América Latina desde hace unos años y la conformación de gobiernos con tintes totalitarios, el directivo cree que Bitcoin puede ser una fuerza invisible que mantenga a las personas protegidas.
Para ejemplificar su visión, Gladstein mostró una foto del bloqueo que realizó el gobierno venezolano en los puentes que conectan la frontera de este país con Colombia. Una escena que ocurrió en el 2019, cuando la oposición de Venezuela intentó ingresar productos de ayuda humanitaria al territorio nacional. El experto afirmó que esta es una manera efectiva de centralizar el poder y bloquear los derechos de los ciudadanos. Pero mientras la fuerza física puede ser efectiva, él considera que monedas como Bitcoin pueden traspasar la censura sin que el otro lo note.
“Pueden bloquear puentes para que no lleguen las ayuda, pero lo que no se ve son los bitcoins que van y vienen”, apuntó en su intervención. Debido a las posibilidades que abre Bitcoin a nivel financiero, Gladstein cree que existen aún muchas oportunidades que pueden ser aprovechadas por la sociedad, donde más de 2 mil millones de personas son desbancarizados. “Las grandes empresas pueden comprar mucho bitcoin, pero jamás alterar su protocolo”, agregó también.
El miembro de la Fundación de Derechos Humanos terminó su exposición sugiriendo que Bitcoin no eliminará ni el dinero del Estado, ni los métodos de pago de las grandes corporaciones. No obstante, se mantendrá como una opción y destacará como una alternativa resistente a la nueva era de dictaduras digitales y grandes hermanos que se está formando. Y al igual que en la novela de George Orwell, nunca se sabrá quién se está resistiendo en el silencio.