-
Autoridades ligadas al proyecto aseguran que el sistema protege el anonimato.
-
Expertos creen que no hay indicios para pensar que ofrecerá ventajas similares a las del efectivo
Más de 50.000 residentes de la ciudad Shenzhen de China están participando en el plan piloto del yuan digital puesto en marcha por el gobierno local para probar la tecnología en desarrollo. Sin embargo, a medida que avanzan los planes para emitir una moneda digital del banco central (CBDC), también, entre la ciudadanía, aumentan las inquietudes por conocer cómo es el funcionamiento del sistema y qué permisos requiere para acceder a la información personal de sus usuarios.
En medio del hermetismo que el gobierno de China ha mantenido con respecto al desarrollo del yuan digital, varios medios de comunicación de ese país han revelado que algunos ciudadanos tienen preocupaciones sobre la privacidad del sistema. «Uso dinero en efectivo para comprar cosas en la tienda y nadie más sabrá quién lo compró. Pero el renminbi [yuan] digital debe estar vinculado al número de teléfono móvil, para que pueda ser identificado por medios técnicos», confesó un ciudadano a un periodista.
La semana pasada cuando el gobierno anunció un sorteo para regalar 10 millones de yuanes digitales (1,5 millones de dólares) entre 50.000 ganadores, casi 2 millones de ciudadanos se registraron en la plataforma. Para completar el registro, la plataforma exigía un número telefónico y los datos del documento de identificación. Fue entonces cuando surgieron nuevas preocupaciones sobre la política de privacidad del sistema.
Con todo, las autoridades ligadas al proyecto han señalado que la privacidad y el anonimato no deben ser temas que generen preocupaciones entre los ciudadanos que usen el yuan digital. En ese sentido, Mu Changchun, director del Instituto de Investigación de Monedas Digitales del Banco Central de China, habló en una conferencia el mes pasado sobre las diferencias entre la aplicación RMB digital, Alipay y WeChat Pay.
Desde la perspectiva de Mu Changchun el yuan digital se diferencia de otros sistemas de pago populares de China porque no requiere conexión a internet y por ello satisface la necesidad de anonimato y puede reemplazar los pagos en efectivo. Al mismo tiempo, el uso del yuan digital no cobra tarifas de transacción, por lo que se cree que desplazará a otros métodos de pago.
Para Changchun, el yuan digital sí puede mantener los atributos y las principales características de valor del efectivo y podría proteger el anonimato. «Siempre que no cometa delitos y quiera consumir algo que no quiere que otros sepan, el renminbi digital también puede proteger la privacidad», dijo el funcionario, tal como reseñan medios digitales de China.
Otras publicaciones exponen que, en comparación con otros softwares de pago, como WeChat, en efecto el yuan digital tiene una función que permitirá los pagos sin necesidad de conexión a internet o señal telefónica, pero esta característica aún no ha sido activada. «Siempre que el teléfono móvil tenga electricidad, dos teléfonos móviles pueden tocarse entre sí para realizar transferencias con el yuan digital», explica la nota, añadiendo que esta característica de realizar un pago sin necesidad de internet solo se encuentra en el pago en efectivo. Luego aclara que detrás del yuan digital está la voluntad del Estado, que es diferente de la naturaleza opcional de otros métodos existentes.
Yuan digital vs pagos en efectivo ¿qué es más privado?
Mientras avanza el plan piloto del yuan digital, surgen indicios que demuestran cómo será su funcionamiento. De hecho, el gobierno de Shenzhen ya dejó claro algunas reglas durante la activación del plan de pruebas. Al respecto, señaló que los ciudadanos tienen hasta el 18 de octubre para utilizar los 200 yuanes asignados para probar la plataforma, o de lo contrario el monto será recolectado nuevamente por el sistema digital RMB.
Por otro lado, Fan Yifei, vicegobernador del banco central, escribió un artículo a mediados de septiembre en el que señala que el yuan digital es una alternativa a la moneda de curso legal y por lo tanto ninguna institución o individuo podrá negarse a aceptarlo siempre que se cumplan las condiciones.
Entonces, el yuan digital no solo será obligatorio, sino que el banco central estaría limitando su uso a los ciudadanos según algunas consideraciones ligadas a los datos privados. En ese sentido, se estarían estableciendo algunos niveles de clasificación según los cuales los monederos registrados con números telefónicos solo tendrán acceso a los micropagos. «Las carteras registradas con documentos de identidad y tarjeta bancaria, tendrán acceso a un nivel superior. Si el ciudadano acude al banco a firmar, es posible que no tenga límite para los pagos», reseñan los medios de China, aunque no queda claro cómo funcionarían estos supuestos niveles de clasificación.
Los expertos de la industria consultados por los medios de publicación del país, señalan que, aunque el banco central enfatiza que el yuan digital puede satisfacer las necesidades de pago anónimo, no todo está claro al respecto. A juzgar por las diversas informaciones que se divulgan actualmente, el uso de la moneda digital al menos debe depender de información personal como números telefónicos. Tampoco cuenta con un sistema antirrastreo, por lo cual no existen razones para pensar que se convertirá en una alternativa que ofrecerá beneficios similares a los que hoy ofrecen los pagos en efectivo cuando se trata de proteger la privacidad y los datos personales.
Como informó CriptoNoticias, esta semana el Banco Central de China pidió que se acelere la implementación del Yuan digital. La solicitud fue realizada días después de que un grupo de bancos centrales –del que China no forma parte– elaborara un documento en el que especifican cómo deben diseñarse las monedas digitales nacionales.
En todo caso, el plan en el que se centra el país asiático es vencer a Estados Unidos en la guerra tecnológica que ha enfrentado a ambas naciones desde hace un tiempo. Para ello, China se plantea el objetivo de convertirse en el primer país en emitir su moneda digital como parte de su esfuerzo para internacionalizar el yuan y reducir la dependencia global del sistema económico basado en el dólar.