La Unión Europea afirmó recientemente, por medio de un reporte para el mercado de los activos digitales, que las monedas criptográficas son herramientas financieras con destacados elementos de seguridad y transparencia; características que rebaten la posición de ciertos economistas que las vinculan con la ilegalidad y el fraude.
El reporte titulado Monedas virtuales y políticas monetarias de Bancos Centrales: Retos a Futuro, escrito por Marek Dabrowsky y Lukasz Janikowsky del Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de la Unión Europea, destaca que las monedas virtuales —como las hacen llamar— son «una forma contemporánea de dinero rápido», así como herramientas con altos niveles de liquidez, privacidad y globalización.
El documento, que representa una de las muchas declaraciones favorecedoras de la Unión Europea con respecto a las monedas criptográficas, señala que, aunque el uso de estos activos se encuentra limitado por su baja adopción en métodos de pago y empresas con procesamientos masivos, hay altas expectativas de que dicho mercado siga creciendo y se convierta en una alternativa financiera.
En este sentido, el reporte acotó que sólo hasta el mes de abril del 2018 ya se reportaban un total de 1.500 «monedas virtuales», siendo el mercado más significativo el de bitcoin (BTC), que se ha posicionado como líder de las criptomonedas desde su lanzamiento en el 2009. Asimismo, también afirman que estos últimos meses ha habido un incremento en el número de transacciones y en la capitalización de estos mercados, datos que confirman el crecimiento de dicho ecosistema.
La Unión Europea confirmó que muchos reguladores financieros, firmas de capital de riesgo y economistas no se encuentran agradados por la capacidad de las criptomonedas, ya que estas se encuentran expuestas a riesgos de fraude, especulación y burbujas financieras.
De igual forma, otras personalidades vinculan a estos activos digitales con lavado de dinero, financiamiento de terrorismo, evasión de impuestos y evasión de control de capitales debido a sus características de anonimato y su circulación transfronteriza.
En este punto la Unión Europea fue tajante afirmando que todos aquellos que creían que la tecnología blockchain y las monedas digitales eran inherentes a la ilegalidad, se encontraban equivocados, citando incluso al Premio Nobel, Robert Shiller, que describió a Bitcoin como «una moda pasajera»:
Los economistas que intentan descartar las justificaciones y la importancia de las monedas virtuales, considerándolas como inventos de los «charlatanes y maniáticos» (Skidelsky, 2018), una nueva encarnación de la utopía o manía monetaria (Shiller, 2018), fraude o simplemente como un instrumento conveniente para el lavado de dinero, están equivocados.
Centro de Investigaciones Sociales y Económicas
La entidad regulatoria no descarta que estas afirmaciones «pueden ser legítimas en algunos casos». En ese sentido, consideran que las monedas criptográficas deberían ser tratadas como cualquier otro sistema de pago o transacción financiera y, aunque sus características representan «un desafío para los reguladores financieros», acotó que estas todavía tienen un gran porvenir en los mercados financieros internacionales.
Entre las afirmaciones destacadas en el documento, resalta que las autoridades europeas creen que es «poco probable que los bancos centrales acepten (a las monedas virtuales) como monedas de curso legal en sus jurisdicciones individuales». Sin embargo, no descartan esta posibilidad debido al crecimiento del mercado de los activos digitales y a su hábil capacidad de adaptación.
De esta manera, aconsejan el uso de las criptomonedas como alternativa financiera en comunidades que atraviesan por crisis económicas, hiperinflación, agitaciones políticas o guerras, en donde estos activos tienen especial éxito como mercado de divisas paralelo o herramienta financiera legalizada.
La Unión Europea ha sido una de las entidades financieras más avocadas al desarrollo de la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) y lidera innumerables proyectos legales para frenar los riesgos en las criptomonedas, así como para fomentar la inserción de la DLT a los servicios de la comunidad europea y el desarrollo de sus elementos más novedosos.
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Para todos los que leen estas líneas les invito a la reflexión sesuda sobre las criptomonedas. A ciencia cierta, con precisión matemática, cual predicción hecha por dios mismo, en un futuro (eso sí no se sabe) alguna criptomoneda y su tecnología subyacente se consolidará como la moneda digital global descentralizada de aceptación planetaria. Nos encontramos en los inicios de la idea, sabemos que es factible. Falta que se perfile la tecnología, la regulación gubernamental, el crecimiento de la oferta, más pruebas y cuanto todo se defina, la difusión y uso masivo. Por tanto hablar de resultados concretos ahora de lo que aún sucederá en 10, 20 ó 30 años es terriblemente estúpido.
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