El ecosistema bitcoiner vive tiempos de expansión y de adopción amplia. Incluso organizaciones financieras tradicionales empiezan a valorar de nueva forma su irrupción definitiva en el mundo actual.
Así, bancos, firmas de inversión e instituciones financieras de alto alcance como el Fondo Monetario Internacional (FMI) comienzan a marcar posición y a inmiscuirse de manera más clara en el tema, abriendo una nueva fase de adopción institucional que podría tener repercusiones significativas en el ecosistema y su desarrollo futuro.
La postura del FMI
La presidenta del FMI, Christine Lagarde ha tenido palabras sobre los criptoactivos en más de una oportunidad. Su más reciente opinión fue que es cuestión de tiempo para que sean regulados a nivel global. Según dijo, los movimientos regulatorios en países como China o Estados Unidos no son casos aislados, sino que se trata de una tendencia que se hará global, especialmente por la influencia que han cobrado los criptoactivos, y la potencial repercusión que pueden tener en el sistema financiero global. “Es claramente un dominio donde necesitamos regulación internacional y supervisión adecuada”, expresó durante una entrevista ofrecida en febrero.
Ya en octubre del año pasado la funcionaria había tenido una deferencia sobre las criptomonedas, subrayando la necesidad de que los bancos centrales y las entidades financieras del mundo supervisen de cerca el entorno de los criptoactivos, enfatizando la urgencia de comprender su naturaleza a fin de aprovechar de la mejor manera su potencial.
Además, a inicios de ese mismo mes, Lagarde aseveró que el FMI debería fijar una posición frente al ecosistema de criptoactivos, aunque subrayando que estos instrumentos criptográficos no son un verdadero peligro para el sistema económico global, especialmente para los Bancos centrales del mundo y las monedas fiat.
Sin embargo, algunos bancos no consideran lo mismo.
J.P. Morgan y Bank of America advierten sobre los riesgos
Tal es el caso de Bank of America y J.P. Morgan, que ya valoran como un verdadero riesgo para su negocio la irrupción de los cripoactivos, alejándose de la postura aparentemente calmada de Lagarde y el FMI. Ambas instituciones avanzan proyectos de blockchain, pero valoran con cautela la influencia de las criptomonedas en su negocio.
El último reporte anual del Bank of America, presentado ante la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) de los Estados Unidos contiene una serie de consideraciones en torno a los principales riesgos de negocio para la entidad, en donde destaca de manera importante la influencia de las criptomonedas.
De acuerdo con el reporte, las criptomonedas podrían limitar su capacidad de rastrear el movimiento de fondos, dificultando el cumplimiento de la regulación en ámbitos sensibles como el lavado de dinero.
El Bank of America también advirtió que algunos clientes podrían apostar por instituciones que empiecen a inmiscuirse en las inversiones criptográficas, lo que podría dejarles fuera del juego, especialmente por la regulación de Estados Unidos, que deben cumplir a cabalidad.
Los clientes pueden optar por hacer negocios con otros participantes del mercado que participan en negocios y ofrecen productos en áreas que consideramos especulativas o riesgosas, como las criptomonedas.
Esta postura es similar a la de J.P. Morgan, que en su reporte anual expresó los “riesgos” que implica la adopción de los criptoactivos para el negocio bancario, informe presentado ante la SEC a finales de febrero.
Según el banco, las criptomonedas son parte de la nueva competencia frente a las instituciones bancarias y la industria de servicios financieros, que es “altamente competitiva” y puede verse seriamente comprometida por estos instrumentos criptográficos. Uno de los mayores temores del banco es que las criptomonedas podrían eliminar la necesidad de la intermediación provista por este tipo de instituciones en el intercambio de fondos entre clientes.
Tanto las instituciones financieras como sus competidores no bancarios enfrentan el riesgo de que el procesamiento de pagos y otros servicios se vean afectados por tecnologías, como las criptomonedas, que no requieren intermediación.
Ambas instituciones señalan que, para mantenerse en la primera línea de esta competencia, podrían requerir mayores inversiones y la aplicación de la tecnología de contabilidad distribuida a su propio negocio, teniendo presente las limitantes en cuanto a la regulación vigente para la tecnología. Son pocos los países con regulaciones para las criptomonedas, lo que les confiere un amplio margen de maniobra para su crecimiento respecto a los bancos, pues las restricciones vigentes no son tan férreas como para las instituciones financieras tradicionales.
Para el J.P. Morgan el destino de los bancos es claro: si no ofrecen servicios atractivos y actuales, perderán clientes y dejarán de ser llamativos en el mercado.
Adopción o caída: la postura de Wllington Management y Goldman Sachs
Así, en medio de la zozobra de algunos bancos, con la promesa de regulación global por parte de instituciones de peso como el FMI, algunos aprovechan para apostar al aumento del protagonismo de los criptoactivos en el mundo.
Tal es el caso de la firma de manejo de inversiones privadas Wellington Management Co., que recientemente publicó un informe de varios de sus analistas en el que se señala la posibilidad de que las criptomonedas y la tecnología blockchain sean incluidas en sus portafolios de inversión, un movimiento importante si consideramos que la firma cuenta con una cartera de clientes valorada en 1 billón de dólares.
La compañía habría actualizado sus sistemas de procesamiento e inversión para permitir el comercio de derivados de Bitcoin y sus analistas están desarrollando estrategias de inversión en áreas relacionadas a las criptomonedas, como el desarrollo de tecnología blockchain y la minería de criptoactivos.
“Varios equipos de Wellington ya están posicionando carteras para aprovechar la minería y las implementaciones de blockchain, por ejemplo, invirtiendo en fabricantes de chips seleccionados que fabrican componentes para equipos de minería”, se lee en el reporte.
Esta estrategia va en serio, y los analistas se mantendrán investigando para ofrecer mayor información en cuanto a las potenciales inversiones que se pueden desarrollar en el criptomundo.
Sin embargo, una decisión verdaderamente llamativa en esta perspectiva de adopción es la de Goldman Sachs. Recordemos que Circle, empresa asociada al importante banco estadounidense, oficializó la compra de la casa de cambio Poloniex, en un negocio que se cerró por 400 millones de dólares, y que si bien no incluye directamente al banco, no deja de tener su influencia. Un pez gordo de Wall Street empieza a nadar en las aguas del criptomundo, ¿vendrán más?.
Recordemos que la filial blockchain de Goldman Sachs, Circle, anunció la adquisición de Poloniex, retomando una actividad ligada a sus orígenes cuando se dedicaba a la compra-venta de bitcoins.
Con esta decisión Goldman Sachs se posiciona en la vanguardia de las instituciones financieras, pues si bien el trato fue sellado por Circle, el banco contará con información de primera mano sobre el desarrollo del negocio, una oportunidad importante para que el banco pueda aprovechar las potencialidades que ofrece el mercado criptográfico para el negocio.
Si bien Goldman no posee directamente Poloniex, lo cierto es que una empresa –Circle– en la que tiene una importante participación (posee cerca del 40% de sus acciones) ahora está al mando de uno de las casas de cambio de mayor envergadura del mundo; que está en posición de competir directamente con Coinbase y que puede seguir creciendo. Lo que quiere decir que, al menos de manera indirecta, la decisión del banco lo posiciona en un lugar privilegiado e introduce las criptomonedas a una etapa temprana de la adopción institucional.
Por otro lado, la participación del banco en el negocio alivia las dudas que habían en torno a Poloniex y deja en suspenso el seguimiento que estaba haciendo la SEC sobre sus actividades, una especie de borrón y cuenta nueva hecho a partir de la oficialización de la venta. Circle habría suscrito un compromiso con la Comisión sobre la solicitud de permisos para las actividades asociadas al comercio de criptomonedas, lo que podría convertir a Poloniex en la primera casa de cambio de criptomonedas regulada en suelo estadounidense.
Just got this slide from a confidential Circle presentation. It does more to explain Circle’s acquisition of Poloniex than anything I have seen today. pic.twitter.com/gRXxDeXvxl
— Nathaniel Popper (@nathanielpopper) 26 de febrero de 2018
La adopción institucional y el ecosistema
Aún es temprano para dar una respuesta definitiva en este sentido. Sin embargo, queda claro que las criptomonedas nacieron para empoderar a los usuarios frente a la dependencia de los bancos y otras entidades financieras, por lo que, en primera instancia, esta adopción podría significar un peligro para su funcionamiento.
Ahora bien, las regulaciones son inevitables, tal y como señaló Lagarde, pues un sistema global que funcione directamente entre los usuarios es un desafío sumamente álgido, especialmente porque demanda un comportamiento sumamente moral por parte de los propios usuarios. Las regulaciones no deberían ser de la misma naturaleza que las vigentes para el sistema financiero tradicional pues son activos de naturaleza distinta; la preeminencia de los intermediarios no debería ser un punto central, pero las reglas de juego deben estar claras, lo que ayudaría a generar mayor confianza.
La adopción institucional de los criptoactivos puede ser importante en tanto que ayuda a robustecer su funcionamiento -a legitimarlo ante la opinión pública y los gobiernos del mundo- siempre y cuando este no se vea condicionado a las exigencias de las finanzas tradicionales.
Así, los bancos participarían en el ecosistema pero ya no como protagonistas, no como entes centrales del funcionamiento de las finanzas, sino como participantes del funcionamiento del sistema global de los criptoactivos.