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Bitcoin (BTC) ha demostrado ser una buena inversión para quienes no tienen apuro por vender.
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En el corto plazo, la volatilidad puede ser elevada y bitcoin tener correcciones importantes.
La expresión “se les pasó el tren” se usa para indicar que una persona perdió una oportunidad importante, por diversos motivos como haber esperado demasiado o no actuar a tiempo con decisión.
Esta metáfora relacionada con el transporte ferroviario suele utilizarse para describir una situación amorosa, laboral, personal o financiera.
Y, si lo llevamos al terreno financiero, podríamos estar hablando perfectamente de inversiones… y por qué no, de bitcoin (BTC).
¿Cuántas veces, en el último tiempo, se ha escuchado decir que “se les pasó el tren” a los que quieren comprar BTC? En realidad, todo depende del marco temporal de cada inversionista.
Desde su aparición, en 2009, en muchas ocasiones hubo quienes pensaron que habían perdido la oportunidad de adquirir BTC a precios bajos. Sin embargo, el tiempo no les dio la razón y la moneda creada por Satoshi Nakamoto volvió a marcar una y otra vez nuevos máximos de precio.
Bitcoin no es un tren que ya se fue, sino uno que sigue pasando. Lo importante aquí es quién se anima a subirse y quién tiene el tiempo para esperar lo que haga falta.
Con su cotización nuevamente cerca de la barrera psicológica de 100.000 dólares, vale indagar en algunas cuestiones clave para entender por qué BTC sigue siendo considerado por muchos inversionistas como una apuesta sólida a largo plazo.
Una de las razones clave es que el dólar estadounidense (que es la unidad de cuenta internacional más utilizada) está perdiendo poco a poco su condición de moneda de reserva indiscutida. El aumento de la deuda pública de Estados Unidos, la emisión monetaria sin freno y las tensiones geopolíticas han llevado a muchos inversionistas a explorar alternativas que no dependan de las decisiones políticas de un gobierno o bancos centrales.
Como ha reportado CriptoNoticias, un informe reciente de Goldman Sachs señala que los bancos centrales a nivel mundial están explorando opciones más allá del dólar estadounidense. En este contexto, el won surcoreano y el yuan chino (también conocido como renminbi) han ido ganando relevancia como alternativas en la actualidad.
A nivel individual es frecuente que personas que viven en un país con alta inflación decidan comprar dólares para protegerse de la devaluación de su moneda local. Sin embargo, a largo plazo, también terminan perdiendo poder de compra, ya que el propio dólar se está devaluando.
La siguiente infografía es un buen ejemplo para ver cómo el dólar ha perdido su poder adquisitivo con el paso del tiempo:
Hagamos un alto aquí. Es cierto que el dólar sigue siendo la moneda fíat más resistente del mundo, como se puede ver a continuación:
Pero, ¿qué pasa cuando se compara el dólar con un activo fuerte como BTC? La diferencia está a la vista: entre 2013 y 2023 la moneda digital acumula un rendimiento superior al 21.000% en dólares, lo que deja en evidencia su desempeño excepcional a largo plazo.
Larry Fink, CEO de BlackRock, manifestó en su carta anual a los accionistas: «Estados Unidos se ha beneficiado del dólar como moneda de reserva por décadas, pero eso no garantiza que dure para siempre. Si no controla su deuda y los déficits crecen, podría perder esa posición frente a activos digitales como bitcoin».
Pero, estimado lector, si todavía no está convencido de que BTC sea una apuesta sólida a largo plazo, vale la pena detenerse en las características que lo diferencian del dinero fíat.
Una de las principales es su resistencia a la censura: bitcoin es una moneda descentralizada que no está controlada por ningún gobierno, institución financiera ni entidad central.
Además, su suministro está limitado a 21 millones de unidades y su emisión se ajusta cada cuatro años mediante el halving. Este es un factor que influye en su precio a mediano y largo plazo.
Por estas propiedades, muchos inversionistas lo consideran una forma de “oro digital”, ya que, al igual que el metal precioso, bitcoin no se devalúa constantemente por emisión monetaria ni está sujeto a decisiones arbitrarias de bancos centrales.
Su escasez inherente es lo que genera interés entre grandes y pequeños inversionistas. Esto hace que el precio de BTC tienda a subir por simple ley de oferta y demanda.
En el siguiente gráfico de TradingView, se observa que el precio de BTC ha evolucionado positivamente en los últimos años:
A propósito, BlackRock, la gestora de activos financieros más grande del mundo, considera que bitcoin es un “activo diversificador único”. Sus características lo convierten en una cobertura contra los riesgos que los activos tradicionales no pueden abordar en tiempos de incertidumbre económica y tensiones geopolíticas.
El informe del gigante financiero también señala que la diferencia entre BTC y el oro es que el metal precioso no experimenta grandes fluctuaciones en su cotización en el corto plazo.
Es decir, la moneda digital puede experimentar movimientos bruscos al alza o a la baja debido a que BTC todavía es sensible a factores externos como la especulación, las noticias regulatorias o el sentimiento del mercado.
Aunque las caídas bruscas de precio son frecuentes, la tendencia de BTC a largo plazo ha sido positiva. Para muchos, su volatilidad implica riesgo, pero para otros inversionistas representa una oportunidad para comprar a precios más bajos.
Cada vez más empresas y naciones quieren bitcoin
En los últimos años, fue perdiendo fuerza la percepción de que BTC era terreno exclusivo para pequeños inversionistas o entusiastas tecnológicos. Actualmente, gobiernos y grandes empresas están acumulando la moneda digital en sus tesorerías como activo de reserva.
Y si los actores con poder económico y visión a largo plazo lo están adoptando, ¿por qué sería demasiado tarde para un pequeño inversionista?
El caso más emblemático es el de Strategy (antes MicroStrategy), la empresa que dirige Michael Saylor y que es conocida por su estrategia de compras de BTC.
Como ha reportado CriptoNoticias, la firma recientemente decidió duplicar su plan de recaudación de capital, elevándolo a 84.000 millones de dólares, con el objetivo de fortalecer su estrategia de compra de bitcoin.
El pasado jueves 1 de mayo, anunció la emisión de acciones ordinarias por 21.000 millones de dólares, luego de agotar un programa previo de igual magnitud aprobado en octubre. Al mismo tiempo, amplió su plan de endeudamiento, aumentando su capacidad de emisión de deuda de 21.000 millones a 42.000 millones de dólares.
Esta iniciativa forma parte del plan de la firma para financiar la compra de BTC a través de instrumentos financieros.
Cabe señalar que Strategy es la empresa de cotización pública con más bitcoin en el mundo en sus tesorerías. Según datos del explorador BitcoinTreasuries, actualmente posee 555.450 BTC.
Un escalón por debajo aparece la minera de Bitcoin MARA Holdings, con 48.237 BTC, y la empresa dedicada a la inversión en BTC Twenty One (XXI), con 31.500 BTC.
El interés institucional por BTC no solo proviene de empresas, sino también de gobiernos. El Salvador ya lo adoptó como reserva estratégica, mientras que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó una orden ejecutiva para seguir esos pasos.
A su vez, países como Chile, Brasil, Alemania, República Checa, Polonia y Suiza exploran formas de integrar BTC en sus economías o reservas.
Esta creciente adopción, tanto estatal como corporativa, no solo valida el rol de BTC como activo de reserva, sino que también impulsa su demanda, lo que contribuye directamente a la presión alcista sobre su precio.
Michael Saylor, quien se define como un maximalista bitcoiner, señala que esta adopción masiva llevará al precio del activo a 10 millones de dólares por bitcoin.
A esta ola de adopción institucional se suma otro factor clave que ha encendido aún más el entusiasmo del mercado: la aprobación de los fondos cotizados en bolsa (ETF) de bitcoin al contado en Estados Unidos.
Esta medida ha abierto las puertas para que el capital tradicional acceda al activo de forma regulada, facilitando su integración en portafolios institucionales y fondos de inversión.
Al respecto, Cathie Wood, la fundadora y directora ejecutiva de la empresa de gestión de activos ARK Invest, había proyectado que el precio de BTC alcanzaría 1 millón de dólares para 2030. Sin embargo, ahora estima que podría llegar a esa cifra antes de lo previsto, impulsado por la aprobación de los ETF.
Por lo tanto, la acumulación de BTC por parte de empresas, gobiernos e inversionistas institucionales podría desatar una demanda aún mayor del activo y llevar su precio a niveles que antes parecían impensados.
Contrario a lo que muchos piensan, que el “tren ya pasó”, BTC sigue demostrando que tiene un potencial enorme a largo plazo.
Los primeros en subirse han tenido grandes beneficios pero, aunque parezca tarde, el viaje aún no ha terminado.
Todavía hay mucho camino por recorrer y quienes se atrevan a subirse tendrán su recompensa. Las oportunidades están ahí, lo único que falta es que el inversionista tenga la visión a largo plazo y la convicción necesaria para ser paciente y esperar los resultados.
Aunque, y tal como lo plantea el título de este artículo, todo depende del marco temporal.
Esto es porque, si bien para este cronista el tren sigue pasando, no se puede ignorar que sí pasó para aquellos que buscan retornos extraordinarios en el corto plazo.
Aquellos que compraron BTC hace una década a precios bajos vieron un rendimiento espectacular. Hoy, la situación es diferente, y el marco temporal para obtener ganancias rápidas puede haber pasado, lo que convierte a BTC en una opción ideal para quienes tienen un horizonte de inversión más largo y tienen la paciencia necesaria para sostener la inversión.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.