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Cuando el mundo atraviesa períodos de relativa calma y paz, bitcoin (BTC) tiende a subir.
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En momentos de tensión, la cotización de bitcoin se ve afectada.
A medida que el mercado de bitcoin (BTC) creció a lo largo de los años en capitalización, adopción y visibilidad global, su comportamiento empezó a reflejar más que simples dinámicas de inversionistas. En la actualidad, este activo actúa como un termómetro de la salud geopolítica y económica del mundo.
La cotización de bitcoin muestra una elevada correlación con los eventos financieros, políticos y bélicos más relevantes a escala internacional. Esto se ve reflejado tanto en movimientos al alza como a la baja.
Cuando el mundo atraviesa períodos de relativa estabilidad, el precio de bitcoin tiende a subir. Incluso, en ocasiones, lo hace con mayor velocidad que otras clases de activos tradicionales, como las acciones o los bonos.
Un ejemplo reciente de este comportamiento fue la pausa de 90 días de las tarifas a las importaciones en Estados Unidos que efectuó el presidente Donald Trump hace un mes. La medida generó una reacción inmediata en los mercados, pero especialmente en bitcoin.
Con la medida, bitcoin no solo frenó la caída de precio que tenía ante los temores inflacionarios y de recesión que generaban los aranceles, sino que también continuó repuntando con los avances de las negociaciones arancelarias entre el gobierno de Trump con diversos países.
Desde la pausa arancelaria, bitcoin pasó de cotizar alrededor de USD 76.000 a tocar los USD 98.000, su nivel más alto en dos meses. En contraste, los mercados bursátiles estadounidenses mostraron una reacción mucho más tibia y lenta, como muestra el índice S&P 500 (SPX), índice que sigue las acciones de 500 grandes empresas que cotizan en Estados Unidos.
El SPX subió en el mismo periodo de los USD 4.900 a USD 5.600, su máximo en un mes, experimentando en ocasiones un impacto positivo más tarde que bitcoin con un día de demora, como exhibe el siguiente gráfico.
Con ello, BTC ha vuelto estar un 11% debajo del máximo histórico de USD 109.000 registrado hace tres meses y el SPX a 8% del récord de USD 6.100 que alcanzó hace dos meses.
Este fenómeno podría sugerir que bitcoin no solo reacciona con mayor rapidez a los cambios del contexto geopolítico, sino que también funciona como un indicador adelantado de las percepciones del mercado sobre el futuro inmediato.
Bitcoin, volatilidad y lectura de contexto
Así como bitcoin responde con subidas de precio ante mejoras de expectativas geopolíticas y macroeconómicas, resulta afectado cuando sucede lo contrario. En momentos de tensión global, su cotización suele verse perjudicada de forma más sustancial.
Basta recordar marzo de 2020, cuando la pandemia del covid-19 sacudió a los mercados. Por entonces, bitcoin cayó abruptamente con mayor volatilidad y velocidad que los principales índices bursátiles, reflejando el shock generalizado. Aunque, así también, como se ve a continuación, tocó fondo primero, percibiendo una adelantada recuperación.
Lo mismo ocurrió con otros eventos que generaron preocupaciones o incertidumbre, como el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, y posteriormente con los conflictos en Oriente Medio y los procesos electorales en Estados Unidos, como informó CriptoNoticias.
Así también, más recientemente, la llamada «guerra de aranceles» que desató Trump también dejó huellas visibles en su cotización. Durante el pico de estas tensiones comerciales, bitcoin retrocedió hasta los USD 76.000, su nivel más bajo en cuatro meses, mientras que el S&P 500 a cotizaciones que no se veían en más de un año.
Esta comparación es significativa: pese a su conocida volatilidad, bitcoin cayó menos que los índices tradicionales, como se ve a continuación. Esto sugirió una señal de que los mercados bursátiles respondieron con cierta sobrerreacción o exageración.
Esto puede explicar la recuperación posterior que mostraron ambos activos con los avances de las negociaciones arancelarias, lo que pone en manifiesto nuevamente que bitcoin actúa como un termómetro clave de los mercados.
Si bien no se trata de un indicador perfecto, el comportamiento de bitcoin demuestra que puede capturar con rapidez los cambios en la percepción del riesgo y las expectativas económicas globales.
Un activo global, más allá del nicho
Este tipo de respuestas del mercado refuerzan la idea de que bitcoin ha dejado de ser comerciado por un nicho de entusiastas de la innovación tecnológica. Se trata de un activo con adopción global, que cada vez más inversores incorporan en sus estrategias de cobertura y diversificación.
La moneda digital creada por Satoshi Nakamoto es, de hecho, el séptimo activo financiero más valioso del mundo (¡más valioso que la plata, incluso!).
Bitcoin no solo es una reserva de valor o un refugio a largo plazo en tiempos de crisis, sino también un barómetro que permite interpretar cómo los mercados están procesando los principales eventos geopolíticos y económicos.
En ese sentido, sus movimientos de precio pueden ofrecer pistas sobre el sentimiento colectivo frente a temas de impacto global, como la inflación, las tensiones bélicas, la estabilidad de las potencias globales o la dirección de la política monetaria.
Entender a bitcoin como un termómetro geopolítico no significa asumir que siempre marcará la temperatura con precisión milimétrica. Pero sí implica reconocer que su desempeño puede ofrecer señales valiosas sobre el pulso de un mundo cada vez más interconectado, digitalizado y sensible a los cambios rápidos.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.