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El Museo de Minería abre sus puertas al público de lunes a viernes en Caracas, Venezuela.
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El nuevo espacio muestra al público los más viejos equipos para la minería de Bitcoin.
El primer Museo de Minería de Bitcoin, instalado en Venezuela, abrió sus puertas al público esta semana. La iniciativa la lleva adelante un equipo de mineros venezolanos agrupados en la empresa denominada Cripto Avila.
A través de un lote de mineros en exhibición, el Museo hace un registro del desarrollo de la minería y brinda, a expertos y amateurs, un recorrido por la historia de la minería de Bitcoin.
La idea es introducir en el mundo de las criptomonedas a quienes apenas tienen un primer contacto con el ecosistema y la tecnología blockchain.
Se trata de un proyecto que se viene gestando desde hace aproximadamente un año, según comentan a CriptoNoticias los fundadores de la empresa: Joan Telo, David Monasterios, David Romero, Gilber Monasterios y Daniel Contreras.
Este grupo de mineros venezolanos viene trabajando en la minería de Bitcoin, cada uno de forma independiente, desde hace aproximadamente 9 años. Luego de pasar todo este tiempo compartiendo entre sí sus experiencias, deciden agruparse y arrancar con esta iniciativa.
La inauguración de la sede del Museo de Minería, enclavada en la Torre Xerox de Chacao, zona este de Caracas, se llevó a cabo el pasado 17 de julio, tal como informó CriptoNoticias. La atención al público inició oficialmente el día 19 de julio, estando abiertas las oficinas de lunes a viernes en esta primera etapa.
El equipo hace su trabajo de mercadeo directo a través de redes sociales, principalmente mediante el grupo que han creado en Telegram, donde comparten con las personas interesadas en la minería de Venezuela.
La idea de crear el Museo de Minería surgió del interés de sus fundadores por dejar un registro del desarrollo minero, desde sus inicios hasta el momento.
«Decidimos dar este paso porque, hasta ahora, no existe ningún punto donde las personas puedan observar el cambio tecnológico en el área», dijo Joan Telo, considerado el por el equipo como el principal ideólogo del Museo.
Telo, quien es ingeniero en sistemas y especialista en seguridad, aseguró que «detrás de cada equipo, cada marca y modelo que se exponen en el Museo hay una historia».
Según contó el minero, en declaraciones previas a este medio, la selección de la muestra tomó en cuenta la trascendencia y los obstáculos que muchos de esos modelos han representado en la historia de la principal criptomoneda del mercado. Hay incluso anécdotas de estafas con algunos de esos equipos.
Veamos a continuación un poco de ese recorrido.
Los equipos del Museo y la historia de la minería de Bitcoin
Un grupo de guías especializados se encarga de apoyar a los visitantes en su recorrido por el Museo. El itinerario inicia por la Sala de Exhibición de equipos antiguos, donde se observa una variedad de modelos de equipos usados para la minería de criptomonedas.
La historia comienza con las tarjetas madre CPU. Son unidades centrales de procesamiento que utilizaban muchos mineros solitarios en los inicios de Bitcoin.
Estos procesadores hacían posible minar mayor cantidad de criptomonedas, pero exigían un alto gasto energético y las ganancias eran menores que en la actualidad puesto que el precio de 1 BTC era mucho muy bajo (no llegaba a la decena de dólares).
Era una época en la que no se minaba con equipos especializados, sino que se utilizaba un tipo de hardware que cualquier persona podía tener en su casa.
El recorrido pasa luego por las tarjetas de video (GPU) o unidades de procesamiento gráfico, chips de silicio diseñados para realizar los cálculos matemáticos complejos. Son tarjetas para videojuegos que usaron en los primeros tiempos de Bitcoin para la minería en la red.
Entre los modelos más antiguos que forman parte del muestrario se halla el GPU modelo ATI 5850. Es un equipo que se hizo muy popular hace unos 10 años, permitiendo minar bitcoin y litecoin. Telo recuerda particularmente que el lanzamiento de estos equipos y el aumento de su uso en el ecosistema generó una falla del stock de GPU a nivel mundial.
Poco después, alrededor del año 2013, entraron al mercado los field-programmable gate array (FPGA o matriz de puertas lógicas programable en campo), un chip de hardware programable destinado específicamente al minado. El Museo también presenta muestras de estos equipos.
Para el año 2013 la minería de criptomonedas comenzó a contar con equipos más especializados. Surgieron los circuitos Integrados para aplicaciones específicas (o ASIC, por sus siglas en inglés).
Son equipos con una capacidad de procesamiento más eficientes diseñados para procesar específicamente el algoritmo de Bitcoin, o de otras criptomonedas.
Con los ASIC llegan al mercado los famosos AntMiner, cuyos modelos han ido avanzando desde el lanzamiento del primer modelo S1, seguido del S2, S3, y así sucesivamente. Una serie que ha seguido avanzando los años siguientes.
En la exhibición del Museo se muestran varios de los viejos equipos mineros de esta serie, llegando hasta algunos más recientes, como el S17 (lanzado en 2019), cada uno con su historia y sus especificaciones técnicas.
Telo ha contado en otras oportunidades cómo experimentó el paso de las GPU a los ASIC. Las tarjetas de video podían consumir, por ejemplo, 800 Watts de corriente, generando 20 a 30 dólares al mes, mientras un equipo S1 de Bitmain consumía mucho menos que eso y generaba el doble o el triple.
Aunque se pensó que, con el surgimiento de los ASIC, las GPU pasarían a la historia, estas tarjetas revivieron con el nacimiento de Ethereum a mitad de la década pasada.
A medida que la tecnología vaya avanzando y los modelos de equipos queden rezagados se irán incorporando al Museo, apuntan los creadores de Cripto Avila. De esta forma se hará seguimiento a la evolución del ecosistema minero y se mostrará ese proceso a los visitantes.
Más allá del museo: una mina modelo y equipos en venta
Al momento de conversar con Gilber Monasterios, el gerente de la tienda Cripto Avila, destaca que el interés del equipo era hacer algo diferente.
«Queríamos innovar», expresa. Reitera que hasta ahora no tienen conocimiento de un proyecto semejante en otra parte del mundo. «Sitios para la venta de equipos hay variedad en muchas partes, pero museos que guarden el registro histórico de la actividad no», acota.
Monasterios se refiere a que la iniciativa que llevan adelante no solo abarca el Museo, sino que contempla la oferta de una serie de servicios adicionales para los mineros que decidan acudir a la empresa.
Tenemos una demostración de equipos mineros para la venta en la tienda, con algunas ofertas por la inauguración. Muchos son usados. También estamos ofreciendo al público asesorías y servicio técnico para que los mineros puedan reparar sus máquinas. Más adelante posiblemente abordemos la parte educativa.
Los equipos en venta también están en muestra en un área cercana al Museo, tal como muestra la siguiente imagen:
El recorrido por las instalaciones lleva finalmente a un área donde se instaló una mina modelo.
Allí se pone en funcionamiento un grupo de mineros ASIC de Bitcoin solo con fines demostrativos. No se mina la criptomoneda al no contar la empresa con la autorización requerida para la minería.
La mina modelo sirve para enseñar a los asistentes al Museo cómo funcionan, cómo se instalan y cómo se mantienen los equipos. El recorrido cierra con un área de esparcimiento llamada CriptoBar.
Trámites ante la Sunacrip: mucho papeleo, pero es posible
Crear el Museo y poner en marcha la venta de equipos requirió realizar una serie de trámites ante las autoridades venezolanas.
De acuerdo a los señalamientos de David Monasterios, otro de los fundadores de Cripto Avila, fueron muchos los requisitos que exigió la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) –ente regulador del sector en el país suramericano- para otorgar el permiso de operación a la Tienda-Museo.
Monasterios se ocupó personalmente de los trámites. Cuenta que el proceso exigió mucho papeleo y completar todos los requisitos les tomó varios meses. «Pero al final nos otorgaron una licencia para operar los servicios que ofrecemos en este espacio», acota.
La licencia que obtuvieron les permite vender en la tienda, dar asesorías y brindar al público un hosting legalizado, pero no contempla la minería de criptomonedas.
De ahí que la granja modelo que está en el Museo no mine bitcoin. «Si transgredimos esta exigencia podemos ser multados y ese no es el objetivo. Estamos dispuestos a cumplir las normas para seguir funcionando de forma legal».
Monasterios cuenta que los requisitos que pide la Sunacrip, varían dependiendo de la solicitud que se esté realizando. Al parecer el proceso no está del todo estandarizado y por ello sus asesorías al público no incluyen estos trámites legales.
Lo mejor es que cada persona acuda directa y personalmente al ente regulador para que evalúen su caso. Con base en mi experiencia, puedo decir que todo fluye una vez se cumplen con los requisitos.
En este punto de la conversación, Daniel Contreras, otro de los fundadores de Cripto Avila, resalta la importancia de que el país cuente con un ente que vele por los intereses de los mineros.
La historia de los mineros venezolanos ha estado plagada de desagradables episodios vividos por algunos operadores, a quienes les han incautado sus máquinas. Muchos hasta han sido detenidos. Esto, a pesar de que la minería de Bitcoin es una actividad legalizada. Los problemas surgen principalmente cuando no se cuenta con los permisos necesarios.
A la espera de los mineros de China
En medio del proceso de migración de mineros de Bitcoin que se ha desatado en China a raíz de las restricciones que impone el gobierno, las más recientes investigaciones indican que Venezuela es uno de los países latinoamericanos que se ve como posible destino.
El equipo de Cripto Avila concuerda con que muchos mineros de China vendrán a Venezuela y por ello se están preparando para recibirlos y ofrecerles apoyo, de ser necesario. Los están esperando con las puertas abiertas, afirman.
«Estamos conformando un equipo bilingüe para atender a los posibles migrantes y poder orientarlos si así lo requieren», indicó David Monasterios. «Ese éxodo es algo que veíamos venir y estamos conscientes de las ventajas que ofrece Venezuela en materia de minería de criptomonedas».
Monasterios y Contreras destacan las bajas tarifas de electricidad que se pagan en Venezuela y que hacen que la actividad sea una de las más rentables, a pesar de la crisis que enfrentan los venezolanos. Por ello, califican al país caribeño como una potencia minera.
Justamente, al hablar del costo de la electricidad se hace la pregunta de rigor sobre los ajustes que la compañía eléctrica pública venezolana, Corpoelec, anunció en febrero pasado. David Monasterios asegura no tener conocimiento sobre las tarifas que se aplicarán al sector en Venezuela. «Estamos esperando la factura».