Hechos clave:
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El 18% de la población china ya es usuario del yuan digital.
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La criptomoneda estatal todavía se encuentra en fase de pruebas.
Según las autoridades chinas, la criptomoneda emitida por el Banco Central de ese país, el yuan digital (o e-yuan), estaría plenamente operativa cuando se iniciaran los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022. Ese día ha llegado hoy, 4 de febrero. Horas atrás se efectuó la ceremonia inaugural de la contienda deportiva internacional. ¿Pero, qué pasó con el yuan digital?
La moneda digital del Banco Central (o CBDC, por sus siglas en inglés) todavía se encuentra en fase de pruebas. Sigue incrementando sus usuarios, de forma lenta pero constante, impulsada por el Gobierno chino. De todos modos, la divisa no se encuentra plenamente operativa como se esperaba para estas fechas.
Voceros del Gobierno indicaban que, para estos Juegos Olímpicos, podrían pagarse hoteles, restaurantes y transportes con el yuan digital, tanto por ciudadanos chinos como por los extranjeros que se asentaran temporalmente en la nación asiática. Esto no llegó a implementarse con la masividad que se esperaba.
Un informe periodístico de Fortune muestra que el e-yuan tiene unos 260 millones de usuarios. Esta cifra representa el 18% de la población de China, que es de 1.402 millones de personas. Indica el mencionado medio de comunicación: «su participación en el mercado de pagos digitales de China aún es pequeña, y alcanza alrededor de USD 8 mil millones en transacciones en los últimos seis meses».
Para quienes residen en países menos poblados, los números anteriores pueden parecer superlativos. Pero quedan chicos si se los compara con Alipay, la mayor plataforma de pagos de China. Esta, según registros recientes, es utilizada por más de 1.200 millones de personas. Es decir, por más del 85% de la población del gigante asiático.
Criptomonedas estatales: una herramienta de control de los gobiernos
La no disponibilidad masiva del yuan digital puede representar un alivio para el Gobierno de los Estados Unidos. Tal como CriptoNoticias reportó en julio del año pasado, senadores estadounidenses habían solicitado a los atletas de ese país que se abstengan de utilizar la moneda digital china durante los Juegos Olímpicos de Invierno.
El motivo argumentado por los congresistas para tal solicitud era que esa moneda «puede ser rastreada por el Banco Central» y los atletas se verían sometidos a una vigilancia «sin precedentes».
Y la preocupación tenía sentido. Este medio ha detallado el funcionamiento de estas criptomonedas estatales y se observa, en todos los casos, que cada movimiento queda registrado en una base de datos que se encuentra en poder del Estado.
El propio director de investigaciones del Banco Central de China explicaba, en marzo de 2021, que la privacidad total no sería posible con el yuan digital:
«El yuan digital adopta un diseño centrado en una pequeña cantidad anónima y una gran cantidad rastreable, y se espera que las personas se sientan cómodas. Si ocurre un fraude utilizando la moneda digital, podemos ayudar a las personas a recuperar su dinero y proteger su seguridad del fraude».
Mu Changchun, director del Instituto de Investigación de Monedas Digitales del Banco Popular de China.
Como se observa, las CBDC (que no son más que dinero fíat digitalizado en una base de datos) son opuestas en su esencia a las criptomonedas descentralizadas, con Bitcoin como mejor ejemplo.
En Bitcoin la posibilidad de dar marcha atrás con una transacción no está disponible. Cada usuario es responsable de su propia seguridad. Además, se trata de una red pseudoanónima en la que las direcciones y monederos no están necesariamente asociados a una determinada identidad humana (a menos que el usuario deje huellas, como el uso de servicios que requieran brindar información personal, y permitan rastrearlo).
Conociendo esto, no resulta extraño, que el Gobierno de China haya prohibido cualquier transacción con bitcoin (BTC) y criptomonedas descentralizadas meses atrás. Queda en evidencia que el monopolio sobre la emisión monetaria y el control de los movimientos financieros de los ciudadanos es algo que el Estado no quiere perder.
China no está sola en la carrera de las monedas digitales de Banco Central. Bahamas ya cuenta con su criptomoneda estatal: el dólar de arena. También la Unión Europea y los Estados Unidos están en fase de exploración, con la posibilidad de lanzar un euro y un dólar digital, respectivamente, en los próximos años. Por ahora, nada indica que su funcionamiento vaya a ser diferente al de la moneda digital de China: centralizado, censurable y controlado por el Estado.