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Las CBDC no serán anónimas y los movimientos quedarán registrados.
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La plataforma y el sistema contable de estas monedas serán centralizados.
Un informe publicado por siete bancos centrales y el Banco de Pagos Internacionales advierte sobre el riesgo de las criptomonedas y las desventajas del uso de dinero en efectivo. En su reemplazo, plantean cómo deberían diseñarse las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés).
Estas entidades consideran un riesgo que las criptomonedas (específicamente nombran a las stablecoins) sean adoptadas en cantidades significativas por la población de sus países. Esto, según dicen, “podría limitar el impacto de la política monetaria o la capacidad de respaldar la estabilidad financiera” debido a que “el uso de la moneda nacional disminuiría”.
Las monedas digitales de los bancos centrales, en cambio, tendrán las características necesarias “para contribuir a los objetivos de política pública de cada banco central”.
Las entidades que firman el informe son, además del ya mencionado Banco de Pagos Internacionales, los bancos centrales de Europa, Japón, Suiza, Suecia, Inglaterra y la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Principios y características de las monedas digitales bancarias
Según la definición que da el informe, una CBDC es “una forma digital de dinero del banco central que es diferente de los saldos en las cuentas tradicionales de reserva o liquidación”. Agregan que estas monedas son consideradas “instrumentos de pago digital, denominados en la unidad de cuenta nacional, que es responsabilidad directa del banco central”.
Estas monedas digitales deben cumplir con algunos principios como no comprometer la estabilidad monetaria o financiera; coexistir con las formas de dinero existentes y complementarlas; y promover la innovación y la eficiencia.
El informe también señala algunas características que las CBDC deberán tener. Entre ellas se encuentran: la facilidad de uso, el bajo costo de producción, la convertibilidad y la disponibilidad continua.
CBDC: Un “PayPal” estatal
Por supuesto, ni la privacidad ni la resistencia a la censura propias de Bitcoin y otras criptomonedas serán características de estas monedas digitales bancarias. Señala el informe, como si de algo negativo se tratara, que “una característica clave del dinero en efectivo es que no existen registros centralizados de tenencias o transacciones”.
En cambio, con las monedas digitales de los bancos centrales “el anonimato total no será plausible”. “Para una CBDC y su sistema existirán datos de pago y una cuestión clave de la política nacional será decidir quién puede acceder a qué partes y en qué circunstancias”, agregan.
Por si fuera necesario, el informe aclara que la contabilidad de estas monedas tampoco será descentralizada: “Si bien los sistemas basados en tecnología de contabilidad distribuida pueden ofrecer beneficios de resiliencia al replicar datos en muchas más computadoras, también podría hacerlo un libro mayor centralizado con una pequeña cantidad de centros de datos”.
Agregan que “existe una gran variedad de técnicas criptográficas maduras lo suficientemente flexibles para ser usadas en libros contables centralizados”. Por lo tanto, según se explica, “es probable que el funcionamiento de las CBDC deba ser similar a los sistemas de pago actuales y opere un servicio 24/7/365”.
Un artículo publicado en mayo de este año por CriptoNoticias indicaba que “dependiendo cómo se diseñe [una CBDC], podría tanto mantener el anonimato del efectivo y suprimir la necesidad de intermediarios financieros, como aumentar la supervisión y vigilancia monetaria de los particulares, manteniendo la presencia de los bancos privados”. Al parecer, ya se decidió por la segunda opción.
“Un medio de pago seguro para vidas cada vez más digitalizadas”
La motivación de los bancos centrales para avanzar con esta idea es, según dicen, proporcionar un medio de pago seguro en sintonía con vidas cada vez más digitalizadas. Señalan en el informe que el uso de efectivo ha disminuido al tiempo que los pagos digitales crecen “enormemente”.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, es también la coordinadora del grupo de gobernadores de bancos centrales responsable del informe. Ella está convencida de que la cooperación entre los bancos es fundamental para lograr esta tarea.
“Si bien la tecnología está cambiando la forma en que pagamos, los bancos centrales tienen el deber de salvaguardar la confianza de las personas en nuestro dinero. Los bancos centrales deben complementar sus esfuerzos nacionales con una estrecha cooperación para guiar la exploración de las monedas digitales, con el fin de identificar principios confiables y fomentar la innovación. El presente informe es una prueba convincente de esta cooperación internacional.”
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.
Lagarde, según esta declaración, parece ignorar uno de los motivos por los que muchos pierden la confianza en el dinero emitido por el Estado: las políticas monetarias de emisión inorgánica e inflacionaria.
Ella misma aprueba este tipo de políticas y, tal como informó CriptoNoticias, buscará aumentar la emisión de euros para paliar la crisis económica en Europa.
Las monedas digitales de los bancos centrales en nada cambiarán estas prácticas e incluso las facilitarán. Números en una base de datos pueden reemplazar a la impresora de billetes, pero los resultados serán los mismos.
Las empresas financieras se preparan para no quedarse afuera
Antes de que los bancos centrales siquiera piensen en comenzar a aplicar estas recomendaciones, empresas como MasterCard ya los están esperando. CriptoNoticias informó que, desde hace un mes, esta compañía tiene disponible un ambiente virtual de pruebas que les permitirá a los bancos centrales evaluar casos de uso de las CBDC.
La principal característica de esta plataforma es que permite simular la emisión de monedas digitales, su distribución e intercambio con bancos y consumidores. También se define la forma en la que las CBDC interactuarán con las redes e infraestructuras de pago ya existentes como, por ejemplo, la de MasterCard.