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Los mineros de Ethereum actualmente consumen unos 44,49 TWh por año.
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El consumo eléctrico de Ethereum 2.0 se estima en 2,62 megavatios.
Ethereum podría consumir un 99,5% menos de energía eléctrica cuando se implemente la prueba de participación (PoS) en la versión 2.0 de esta blockchain. Así lo asegura Carl Beekhuizen, investigador de la Fundación Ethereum.
Cuando se produzca la fusión (merge) entre la versión actual de la red, que utiliza la prueba de trabajo (PoW) y se pase por completo a Ethereum 2.0, la eficiencia energética se incrementaría alrededor de 2.000 veces según escribió el mencionado desarrollador en el blog de la organización.
Para llegar a esta conclusión, Beekhuizen estima (pues «no hay estadísticas concretas») el consumo de energía eléctrica de los actuales validadores de la beacon chain, nombre que recibe la cadena de bloques de Ethereum 2.0.
El número de validadores al momento del estudio del investigador era de 140.592, correspondientes a 16.405 direcciones únicas. Esta cifra no sería exacta pues «está muy sesgada por los exchanges y los pools de validadores», explica el desarrollador. Tal como informó CriptoNoticias, hay exchanges, entre ellos, Kraken y Binance, que ofrecen a sus usuarios la posibilidad de usarlos como intermediarios para poner sus ETH en staking.
Tras dejar afuera a los pools y exchanges, según el cálculo de Beekhuizen, quedan 87.897 «validadores hogareños». En base a su experiencia personal y a la de sus conocidos que también poseen nodos validadores, supone que cada usuario consume 100W para ejecutar los 5,5 validadores que tiene, según el promedio. Al multiplicar esto por el total de validadores hogareños, da un total aproximado de 1,64 megavatios.
Con respecto a los servicios de custodia, como los pools de validadores, el investigador explica que es difícil calcular la energía que consumen «ya que ejecutan decenas de miles de clientes de validación con copias de seguridad». Aun así, «para hacer la vida más fácil», también calcula que utilizan 100W por 5,5 validadores (aunque aclara que es una sobreestimación porque la respuesta real sería 50 veces menos).
Por lo tanto, tras tener en cuenta estos parámetros, Beekhuizen concluye que la blockchain de Ethereum en prueba de participación consume alrededor de 2,62 megavatios (equivalente, según dice, a una pequeña ciudad estadounidense con 2.100 hogares).
Ethereum 2.0: con mayor eficiencia energética gracias a la prueba de participación
De acuerdo con un estudio de Digiconomist, los actuales mineros de Ethereum consumen 44,49 TWh por año, lo que equivale a 5,13 gigavatios de forma continua. En base a esto, puede calcularse que la prueba de participación, sería unas 2.000 veces más eficiente en materia energética.
«Si bien Ethereum continúa usando PoW por ahora, ese no será el caso por mucho tiempo más. En las últimas semanas, hemos visto la aparición de las primeras redes de prueba para la fusión, nombre que se le da al momento en el que Ethereum cambia de PoW a PoS. Varios equipos de ingenieros están trabajando horas extras para garantizar que la fusión llegue lo antes posible y sin comprometer la seguridad».
Carl Beekhuizen, investigador de la Fundación Ethereum.
Por último, Beekhuizen dice que, con el paso a prueba de participación, «los días de hambre de energía de Ethereum están contados». «Espero que eso también sea cierto para el resto de la industria», concluye.
Sus palabras se dan a pocos días de que el CEO de Tesla, Elon Musk, anunciara que su empresa deja de aceptar bitcoin (BTC) precisamente por el gran gasto energético de esta criptomoneda que, según dijo, proviene de energías no renovables.
Estas declaraciones reabrieron discusiones que parecían zanjadas desde hace años. Tal como comunicó este medio tiempo atrás, diversos estudios muestran que la mayor parte del consumo eléctrico de los mineros se efectúa con energías renovables.
Críticas a la prueba de participación en Ethereum
Entre quienes critican la prueba de participación, los argumentos suelen hacer foco en supuestas falencias de seguridad. También hay quienes esgrimen argumentos ideológicos y consideran que la descentralización se verá afectada. Entre ellos se encuentra Vijay Boyapati, autor del libro «The bullish case for Bitcoin».
«La prueba de participación no reemplaza el actual sistema financiero con motivaciones políticas. Es un sistema financiero con motivaciones políticas, envuelto en una fina capa de criptografía», sostiene el especialista y añade que, en su opinión, «la prueba de trabajo es la única forma de separar dinero y Estado».
Con esto, Boyapati hace referencia a la centralización del poder. La prueba de participación daría privilegios a quienes ingresan primero y, puesto que solo se necesita capital, cualquiera con dinero suficiente tendrá más poder de decisión. Con la PoS, según algunos de sus detractores, debido a que es dinero que produce más dinero, Ethereum se asemejaría al sistema fíat.
Dan Talmon, identificado como analista de Bitcoin, compara a esta situación con el efecto Cantillon, frecuentemente asociado al dinero emitido por los Estados. En síntesis, y aplicado al caso que aquí compete, este concepto refiere a que quienes posean más cantidad de ETH en staking contarían con mayor control sobre la red.
A pesar de algunas críticas, la fusión está decidida, aunque aún no se conoce la fecha para el paso definitivo a Ethereum 2.0. Este medio reportó que algunos desarrolladores consideran que la fusión mínima viable podría darse durante el corriente año, mientras que otros creen que no se logrará antes de 2022.