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El grupo busca “abordar los impactos de la digitalización de la economía en el sistema tributario"
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Los países proponen usar los estándares del Grupo de acción financiera contra el blanqueo de capital
La recién culminada Cumbre del G20 en Buenos Aires, Argentina, puso el resaltador sobre los criptoactivos con una declaración final que apunta a la regulación global y a la creación de nuevas políticas tributarias. En el documento, el grupo de naciones industrializadas y emergentes enfatiza que se impulsará una reglamentación para “abordar los impactos de la digitalización de la economía en el sistema tributario”.
En los puntos 25 y 26 de la declaración, como antesala al tema de los criptoactivos, los mandatarios destacan que “un sistema financiero abierto y resistente, basado en estándares internacionales acordados, es crucial para apoyar el crecimiento sostenible”. Al plantear este escenario, también se informó que habrá un monitoreo del sistema financiero para abordar posibles “riesgos y vulnerabilidades emergentes”. Y se añade:
Intensificaremos los esfuerzos para garantizar que los beneficios potenciales de la tecnología en el sector financiero puedan realizarse mientras se mitigan los riesgos. Reglamentaremos los criptoactivos para combatir el lavado de dinero y contrarrestar el financiamiento del terrorismo, de acuerdo con los estándares del FATF y consideraremos otras respuestas según sea necesario.
G20
En cuanto a los impuestos, el documento explica que el grupo tendrá la tarea de encontrar consenso ante los esperados “impactos de la digitalización de la economía en el sistema tributario internacional con una actualización en 2019 y un informe final para el 2020”. Esto se traduce en que los Estados van por una transformación en sus políticas tributarias para involucrar lo relacionado con criptoactivos, esta vez de forma mancomunada y a escala global, al menos en teoría.
Utilizar moldes del pasado
Lo que recoge la declaración final de G20, en relación con los criptoactivos, envía varios mensajes. El primero es que los países tratan de regular una tecnología disruptiva utilizando moldes del pasado, de la economía tradicional y de las monedas nacionales. Los moldes regulatorios actuales no encajan con la geometría de la tecnología de contabilidad distribuida (DLT).
El segundo aspecto a destacar es que, aunque los criptoactivos tienen distintos tratamientos legislativos de acuerdo a cada país, la actitud generalizada del G20 es de aceptarlos, pero siguiendo sus propios lineamientos. Esto no minimiza las claras diferencias que hay en las políticas de China, Rusia, los Estados Unidos, México o Japón, que ven de forma diametralmente distinta la manera de legislar el comercio de criptomonedas, por ejemplo.
El tono de la declaración del G20 va en concordancia con lo anunciado por otros organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha dicho que es cuestión de tiempo para que los criptoactivos sean regulados a escala global. La referencia al FATF tiene que ver con el Grupo de Acción Financiera contra el blanqueo de capitales, otra organización que trabaja desde hace 20 años con el FMI para contrarrestar el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.
Sobre este último punto, en marzo del 2017, expertos del Reino Unido afirmaron que no existe una relación clara entre las criptomonedas y el terrorismo. Incluso Estados Unidos ha anunciado que estudiaría los posibles vínculos entre el terrorismo y las criptomonedas. Además, un exanalista de la CIA estadounidense afirmó que, en todo caso, los terroristas prefieren el efectivo antes que las criptomonedas por su alto nivel de anonimidad.
Mientras estas discusiones se desarrollan en diferentes cumbres o entre los organismos multilaterales, la tecnología de los criptoactivos sigue en desarrollo. Es importante mencionar que el criptomercado continúa moviendo miles de millones de dólares en todo el mundo y se espera que crezca con el paso de los años. Esta podría ser la razón por la que decenas de gobiernos buscan involucrarse con los criptoactivos, para no quedar por fuera a medida que crecen los ingresos que genera el ecosistema.
Imagen destacada por G20 Argentina / Flickr