Recientemente, las plataformas de intercambio ShapeShift y Changelly han implementado protocolos KYC para verificar la identidad de sus usuarios. Las autoridades regulatorias podrían estar detrás de este estos cambios repentinos en las políticas sobre la privacidad y la seguridad de sus usuarios.
El pasado 4 de septiembre, ShapeShift anunció a sus usuarios la activación de un protocolo KYC(siglas en inglés de «conoce a tu cliente»). En el pasado, la plataforma permitía operar de manera relativamente privada. Este protocolo KYC será obligatorio, de implementarse, para obtener una membresía en su programa de lealtad. El programa podría brindar múltiples beneficios a los usuarios según el nivel en el que se encuentren.
No obstante, los usuarios de Shapeshift recibieron de manera negativa el anuncio. Algunos defendieron la posición del CEO de Changelly, compañía que podría implementar también procedimientos KYC de manera obligatoria para sus usuarios, quien indicó que desearía que el protocolo que exige hacer público los datos de los clientes no fuera obligatorio. Otros indicaron que el programa de lealtad podría encubrir los intereses de las autoridades regulatorias, que presionan a las compañías que trabajan con criptomonedas para ganar terreno en los criptomercados.
No parece casualidad que estas medidas hayan comenzado con casas de cambio como Coinbase y Poloniex, quienes asumieron esta política de conoce a tu cliente casi simultáneamente. De hecho, Poloniex asumió este papel luego de que la compañía Circle, que está del lado de los reguladores, adquiriera por medio de una compra el control de la casa de cambio.
Las autoridades como la SEC o la CFTC han puesto la mira en la evasión de impuestos y el lavado de dinero con criptomonedas. Así, han solicitado la información de los usuarios de las casas de cambio en países como Estados Unidos y Chile.
El interés regulatorio es más evidente en el caso de Changelly. Esta plataforma ya había incluido el protocolo KYC en sus términos y condiciones. No queda claro en qué fecha se incluyó el protocolo. No obstante, este es opcional y dirigido hacia “determinados usuarios”. Esta semana salió a la luz que los más propensos a ser evaluados son los interesados en comerciar con Monero. Según voceros de Changelly, las criptomonedas privadas están vinculadas al lavado de dinero. Por esta razón, los fondos de estos usuarios son propensos a ser congelados hasta que brinden cierta información.
Además, la plataforma no ha indicado qué se haría con los fondos si un alguien es incapaz de aprobar el proceso KYC. Ante esto, un usuario acusó a Changelly de estar dispuesta a “robar” los fondos a los usuarios. Esta es una acusación bastante grave. Pero, si Changelly se queda con los fondos, seguiría los pasos de las autoridades que confiscan los bienes provenientes de delitos.
Probablemente, los intereses de ShapeShift y Changelly van más allá de un debate sobre si se debería compartir la información de los usuarios para mejorar la seguridad de las plataformas. Durante los últimos meses, las autoridades regulatorias en países como Estados Unidos han controlado cada vez más a las compañías vinculadas con criptoactivos. Así, la aplicación de protocolos KYC podría estar dirigida a proteger la supervivencia de un sistema amparado por leyes que exigen revelar la información de los usuarios, por ejemplo. Pero que no prescribe la misma condición para quienes administran intercambios en las grandes compañías, los bancos o las bolsas de valores. Al menos esto no es evidente para todos.
Mediante estos protocolos KYC, ShapeShift y Changelly pasan a asemejarse a las casas de cambio, que solicitan información a sus clientes, cuando en un principio habían surgido como una alternativa para hacer pequeños intercambios sin pasar por las plataformas que exigían datos personales.
En este sentido, una solución viable para los usuarios que no quieren compartir su información son los intercambios P2P y los intercambios atómicos entre criptomonedas. O quizá el futuro está en una forma de propiciar los intercambios en entornos que no dependan de decisiones de gerentes o de grupos que puedes ser coaccionados por otros.
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