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El petro no termina de calar en la población venezolana debido la confrontación política de fondo.
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Algunos ciudadanos relacionan al petro particularmente con el chavismo.
El gobierno venezolano sigue en plena campaña para promocionar a su criptomoneda nacional, petro (PTR). El pasado 18 de diciembre se realizó la primera asignación de los bonos navideños —aguinaldos— en petro para funcionarios públicos y pensionados. Un movimiento que busca promover el uso del criptoactivo en la sociedad venezolana, asegurando su adopción. No obstante, en las redes sociales se hacen cada vez más visibles las dificultades a las que se enfrenta el petro, siendo una de ellas la confrontación política en Venezuela.
En materia de adopción, los representantes del gobierno venezolano parecen tener una estrategia definida. Formalizando alianzas con empresas de pagos nacionales, las autoridades tratan de asegurar la circulación del petro como moneda digital. Asimismo, distribuyendo PTR de forma obligatoria entre sus funcionarios públicos y pensionados, trata de fomentar el uso del petro entre los ciudadanos en estas navidades.
De esta manera, el éxito del petro no dependería de la iniciativa propia de los inversionistas, sino de un decreto presidencial. La Venezuela de los bolívares parece estar siendo sometida a una transformación forzosa para convertirse en la «Venezuela de los petros». En medio de este traumático parto, los comerciantes se ven obligados a llevar un registro contable en petros. Pareciera estar en entredicho que las empresas venezolanas tienen que abrirse a este nuevo sistema de pago, mientras que un grupo importante de la población muestra un fuerte rechazo ante el uso del petro.
No se trata únicamente de que los venezolanos no entienden el funcionamiento del petro, debido a un cambio de paradigma ideológico y tecnológico. Tampoco se trata de desinterés ante la desbordante oferta de mecanismos de pago y ahorro predilectos por los ciudadanos, tales como el dólar, el euro e incluso bitcoin. El petro no termina de calar en la población venezolana debido la confrontación política de fondo. La criptomoneda es vista como un arma del gobierno, por lo cual aquellos ciudadanos que se oponen al mandato de Nicolás Maduro no desean relacionarse con esta criptomoneda.
Un país radicalizado
La política venezolana ha cobrado empleos, amistades, hogares enteros e incluso vidas. Este artículo no tiene el objetivo de señalar a culpables o promotores de violencia e intolerancia, pero es importante mencionar esta realidad para entender el contexto del petro en la sociedad venezolana. La situación política no es solo tema de conversación diario en Venezuela, sino un elemento que afecta la opinión y percepción de particulares.
Por ejemplo, el famoso director de orquesta venezolano, Gustavo Dudamel, ha recibido en las redes sociales comentarios de rechazo provenientes de ciudadanos opositores al gobierno. ¿Su falta? Haber tocado en varias oportunidades para el gobierno nacional, incluso en períodos de fuertes protestas callejeras.
Por otro lado, el fallecido expresidente Hugo Chávez Frías comentó en transmisión en vivo que «freiría en aceite» la cabeza de sus competidores políticos. Descalificaciones, insultos y deshumanización han sido parte del discurso oficial y popular en Venezuela desde hace más de 20 años. Debido a ello, no resulta extraño que las posturas políticas radicales también afecten a la economía venezolana.
La semana pasada quedó claro que el petro es también objeto del rechazo político, puesto que los ciudadanos lo relacionan directamente con Nicolás Maduro. El club de fútbol venezolano, Estudiantes de Mérida F.C, publicó hace unos días atrás una foto del nuevo uniforme que usarán para el 2020. La publicación, de Instagram, recibió un torrente de comentarios negativos luego de que se revelara que promocionaría al petro.
https://www.instagram.com/p/B54C1fMp8nR/
Una gran mayoría de los fanáticos de este club señalaron a la directiva como «aliados» o «enchufados» por su supuesta colaboración con el gobierno. Asimismo, otros usuarios tildaron la acción como una «vergüenza» debido a que «publicitaba una dictadura». Entre los comentarios más destacados resaltaron los de aquellos fanáticos que pedían eliminar la propaganda de la camiseta, puesto que no querían verse relacionados con el gobierno.
En anteriores ocasiones, los ciudadanos han expresado no querer utilizar el petro en su día a día puesto que no confían en las instituciones nacionales o en la criptomoneda misma. No obstante, luego de esta última polémica, se puede asegurar que la animadversión también tiene un componente anímico. Un grupo de ciudadanos no ven al petro como una criptomoneda creada por el gobierno venezolano, sino como una herramienta ideada por un grupo de personas que ellos repudian.
El enfrentamiento político y el discurso radical, que por años se vienen alimentando en Venezuela, pueden dificultar la adopción del petro considerablemente. No sería la primera vez que una parte de la población venezolana ha decidido dejar de utilizar un servicio debido a que está relacionado directamente con el gobierno. Un ejemplo de ello es el llamado «carnet de la patria», que forma parte del sistema de identificación y de entrega de subsidios en el cual un grueso de la población decidió no participar por razones políticas.
Además de lo anteriormente expuesto, su adopción también se ve afectada por razones técnicas. El petro ha sido cuestionado por bitcoiners y entusiastas del ecosistema, quienes consideran que la misma no puede ser calificada como una criptomoneda debido a su diseño. Paralelamente, sigue existiendo incertidumbre en la población respecto al uso del petro debido a la falta de información y su complejidad tecnológica.
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