El ecosistema de las criptomonedas y blockchain en Colombia sigue vivo, el país y sus ciudadanos tienen un interés legítimo en esta tecnología. Foros, eventos con especialistas, investigación; los colombianos disfrutan de una escena fintech muy dinámica. No obstante, los eventos recientes parecieran sugerir que le han dado la espalda a los criptoactivos para abrazarse sólo a la blockchain.
La semana que recién terminó dejó varios hechos relacionados: el lunes, representantes del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), junto a miembros de la Universidad Nacional de Colombia y la Agencia Nacional de Tierras, mostraron el funcionamiento de un piloto para el registro de documentos que trabaja con la blockchain de Ethereum.
Sin embargo, el día jueves, la casa de cambio de criptoactivos Buda.com anunció que cierra sus puertas en el país, dejando a más de 35.000 usuarios sin sus servicios; esto debido a la decisión de Superintendencia Financiera de Colombia y la banca de mantener cerradas las cuentas de la empresa. ¿Blockchain sí, pero bitcoin no?
Recordemos que el presidente electo del país, Iván Duque, incluyó en su plan de gobierno la tecnología blockchain como una solución a los problemas de transparencia en las licitaciones del Estado, y que la comunidad fintech del país ha discutido con asiduidad la Cuarta Revolución Industrial y cómo Colombia puede apropiarse de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y de herramientas como blockchain para apalancar su progreso.
El anuncio de la máxima autoridad, aunado al interés de los propios colombianos, ha hecho que esta tecnología tenga una aceptación casi automática en cualquier discusión. Sin embargo, el tema de las criptomonedas no ha sido igual, esto a pesar de que Bogotá forma parte del top 10 de ciudades con mayor número de comercios trabajando con bitcoin, publicado por Forbes (y basado en CoinMap) y de que el país en general tiene un importante y sostenido comercio de Bitcoin a través de LocalBitcoins desde diciembre de 2017.
No es primera vez que Buda.com ocupa titulares por problemas de este tipo. Pero esta vez no parece haber marcha atrás, y a pesar de que agotaron “todas las vías”, como explicó su Country Manager, Alejandro Beltrán; cierran sus puertas.
Agotamos todas las instancias de diálogo y siempre fuimos transparentes, socializamos nuestro modelo de negocio, nos acogimos a las normas y leyes colombianas, recibimos el apoyo del MinTIC y capacitamos a diferentes entidades del Estado. Sin embargo, las medidas adoptadas por la Superintendecia Financiera atentan contra el emprendimiento y la innovación de forma directa, frenando el desarrollo de las Fintech y dejando al país por fuera de las tecnologías 4.0.
Alejandro Beltrán
Country Manager
Esto es cuando menos llamativo: ¿por qué una comunidad tan activa a nivel tecnológico, con discusiones de nivel en torno a las TIC, le da la espalda a este tipo de sucesos? ¿No son las criptomonedas y blockchain dos aristas de un mismo camino hacia la Cuarta Revolución Industrial tan nombrada en estos días?
Separar Bitcoin y block chain
En primer lugar, cabe señalar que, si bien la idea de una cadena de archivos y su posible relación con la criptografía había existido existido entre los primeros cypherpunks e incluso en medio de los primeros entusiastas del Internet, “block chain” (separado) es una palabra nacida en el Libro Blanco de Bitcoin, firmado con el pseudónimo Satoshi Nakamoto, publicado en 2008 y poco conocido entonces.
La gran revolución tecnológica, el concepto que va a cambiar las finanzas, el tracking de mercancías, la salud, el turismo, incluso el deporte y otras áreas del quehacer humano es parte del documento fundacional de Bitcoin. No al revés. Darle la espalda a la relación que existe entre ambos conceptos es un error.
Otros proyectos criptográficos, como Ethereum, se han erigido como la opción de facto para la utilización de “blockchain”, y si bien esta cadena puede tener sus propias potencialidades, nada de lo que ofrece está más allá de lo escrito por Nakamoto y de lo ya hecho por Bitcoin en estos casi 10 años.
Contratos inteligentes, Ofertas Iniciales de Moneda (ICO), almacenamiento en una cadena de bloques, tokenización, posibilidad de intercambios atómicos y el desarrollo de transacciones inmediatas gracias a Lightning Network, todo esto está disponible en la block chain de Bitcoin. Señalar las bondades de blockchain es también resaltar las potencialidades de Bitcoin.
Blockchain, solución / Bitcoin, problema
Esta narrativa ha insistido en separar bitcoin y block chain, colocando la tecnología blockchain como una solución para todos los problemas de la era digital y de la actividad humana en general, y afirmando que, por el contrario, Bitcoin es una herramienta para la criminalidad, un instrumento para delincuentes, un método de pago sobre el que aún no hay claridad ni leyes y que, por tanto, no debe ser considerado como parte de las «finanzas reales».
Antecedentes como Silk Road y la insistencia en la privacidad por parte de los usuarios de este tipo de instrumentos son tomados como una amenaza. No obstante, varios de estos prejuicios son injustificados o exagerados.
Por ejemplo, el lavado de dinero, uno de los principales crímenes con los que se asocia Bitcoin y las criptomonedas, es más eficiente a través de la banca y el sistema financiero tradicional. Los Panamá Papers y la red de corrupción global dan cuenta de esta idea, de manera que, como en este caso, el descrédito generalmente está injustificado.
1/ another fun legacy finance v crypto finance comparison: money laundering
– in 2017, Deutsche Bank paid $630M in fines for laundering $10B between Russia and the US
– in 2017, the FBI estimated $58.3M of crypto were used in internet crimebut yes, bitcoin is bad pic.twitter.com/ySo2aBUj7C
— Meltem Demirors (@Melt_Dem) 3 de agosto de 2018
En parte, «blockchain» es la forma del sistema financiero y bancario establecido de apropiarse de la tecnología, al menos a nivel conceptual. Así, cadenas de bloques privadas, de corte empresarial, con permisos, con capas de código privado, se volvieron un producto popular y común apalancado por el funcionamiento descentralizado de Bitcoin. Consorcios empresariales y bancarios de alcance global unidos para desarrollar soluciones blockchain, que enarbolan el funcionamiento de Bitcoin pero prescinden de su nombre y la nueva forma de distribuir el valor que plantea.
Hay que insistir y recordar que esta tecnología nace de la conjunción de otras: pruebas de trabajo con incentivos, criptografía y un servidor de marcas de tiempo, también conocido como cadena de bloques o “block chain”. Cada una de estas tecnologías tiene una función dentro de este engranaje. Si alguna de ellas se suprime o se privilegia, Bitcoin y las criptomonedas en general no serían lo que son: redes descentralizadas que permiten la transferencia segura de valor, sin posibilidad de censura.
Colombia, descentralización y criptoactivos
El ecosistema colombiano parece estar padeciendo los estragos de esta treta; de la manipulación publicitaria a través de la que se ha hecho fuerte. Al enaltecer las bondades de blockchain y prescindir de su relación con el valor, al plantear soluciones blockchain en donde el Estado o una autoridad central cualquiera es quien maneja y controla nodos y redes, la propia comunidad se cierra a la posibilidad de empoderamiento tecnológico e incluso plantea una suerte de aporía con respecto a las premisas descentralizadas del ecosistema.
Para que haya soluciones descentralizadas, realizables y escalables para los diversos problemas del país, estas soluciones deben ser autosustentables, sin prescindir de su relación de valor.
Imaginemos el siguiente escenario: el piloto de registro de tierras probado en la ANT termina convirtiéndose en una política de Estado; ¿qué garantiza que esta solución sea verdaderamente descentralizada? No es la implementación de Ethereum per se, es la posibilidad de que la data respaldada esté en varios lugares al mismo tiempo y en Internet, que hayan usuarios y procesadores que garanticen el bienestar de la data, su incorruptibilidad, con la utilización de la blockchain.
Todo eso implica gastos dentro de la propia red, por lo que la única garantía para su funcionamiento parece ser acompañar el registro de tierras de nuestro ejemplo con un esquema de incentivos.
Y es que dentro de estas grandes redes, una de las garantías de la descentralización y el consenso es el incentivo que reciben usuarios y operadores de la red. Cuando se plantean ‘soluciones blockchain’, generalmente se prescinde de este elemento, o, cuando mucho, se crea un token que ‘garantice’ esta recompensa, -como en el caso de algunas ICO. Sin embargo, un esquema de incentivos deficiente puede hacer que la solución ofrecida colapse, al menos, en su descentralización.
Es aquí donde entra nuevamente en juego Buda.com, ya que este incentivo debe ser realmente aprovechable por los usuarios y operadores. Dado que aún no hay una adopción masiva para gastar criptomonedas en cualquier lugar, las casas de cambio seguirán siendo necesarias. No solo por los propios criptoactivos, sino como garantía de la usabilidad y la descentralización de las posibles soluciones de contabilidad distribuida que puedan ofrecerse.
Así, permitir el cierre de casas de cambio hoy es bloquear el advenimiento de la Cuarta Revolución Industrial colombiana y cualquier intento de descentralizar el poder, la política y la economía.
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