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Las memecoins son una payasada, dice Hamlin.
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Crece la popularidad de los agentes de inteligencia artificial (IA).
El escándalo que desató el lanzamiento de LIBRA, un token de la red Solana que despierta sospechas de ser una estafa estafa, reavivó el debate sobre el futuro y la sostenibilidad de las memecoins.
Como reportó CriptoNoticias, el activo ganó visibilidad tras una publicación en X de Javier Milei, presidente de Argentina, quien lo promocionó como un proyecto para incentivar el crecimiento de las empresas del país, pero fue catalogado como una criptomoneda meme porque su utilidad es nula.
En este contexto, Nick Carter, inversionista y bitcoiner, fue tajante y resalta que el tiempo de las memecoins ha terminado. “El comercio de memecoins estaba completamente basado en una afirmación que resultó ser una mentira: que el casino era al menos justo”, afirma.
Respaldando esta idea, Jason Hamlin, especialista en finanzas, refuerza la crítica al señalar que las memecoins son “una payasada” y que “su era está muriendo”.
“Aunque han traído nuevos usuarios y entusiasmo a las criptomonedas, su auge conlleva graves desventajas que amenazan la credibilidad, la estabilidad y el crecimiento a largo plazo de la industria”, agrega.
Antes de continuar con este artículo, y responder la pregunta planteada en el título, vale aclarar que las criptomonedas meme son activos digitales que rinden homenaje a mascotas, personajes políticos o virales de Internet. La mayoría de ellas no resuelve ningún problema y solo son utilizadas para la especulación financiera. Por esa razón son comparadas con un casino.
Según Hamlin, las memecoin “distorsionan los mercados, invitan a las estafas, socavan la promesa de la tecnología e interfieren con los ciclos del mercado al desviar y diluir la liquidez, que de otro modo, se destinaría a proyectos prometedores con utilidad real”.
Asimismo, señala que “el mercado de las memecoins siempre ha sido una montaña rusa de innovación, especulación y volatilidad”. Para ilustrar su argumento, pone como ejemplo dogecoin (DOGE), Shiba Inu (SHIB) y la reciente aparición de Official Trump (TRUMP), la criptomoneda meme oficial del presidente de Estados Unidos.
“Estas monedas han cobrado protagonismo, impulsadas por el revuelo en las redes sociales, el apoyo de celebridades y el fervor de los inversionistas minoristas, las memecoins se han disparado hasta convertirse en un segmento de mercado de más de 100.000 millones de dólares a finales de 2024”, explica Hamlin.
En el caso particular de DOGE, su precio suele aumentar cada vez que Elon Musk, el CEO de Tesla, habla de ella, tal como lo ha reportado CriptoNoticias. “Las memecoins prosperan gracias a la publicidad, no a su utilidad”, añade el especialista.
Sobre este punto, advierte a los inversionistas que tengan cuidado cada vez que una personalidad promueve una memecoin y posteriormente muestra sus ganancias. Al respecto, dice:
“La mayoría de los aumentos repentinos de las memecoin requieren que los inversionistas entren en la primera hora y salgan en una o dos horas más para obtener ganancias. En su mayoría, son los insiders quienes saben con antelación cuándo una moneda saldrá al mercado, lo que les permite obtener grandes ganancias. En los mercados de valores, esto se considera tráfico de información privilegiada, es ilegal y se castiga con penas de cárcel”.
Jason Hamlin, especialista en finanzas.
El analista sostiene que la aparición de herramientas como pump.fun, una plataforma de creación de memecoins que opera en la red Solana, generó un doble efecto en el mercado de las criptomonedas.
Por ejemplo, durante 2024, en pump.fun se generaron más de 4,7 millones de tokens, lo que democratizó de alguna manera el ingreso de más usuarios al mercado. Sin embargo, el exceso de memecoins y la facilidad para crearlas provocaron un aumento en las estafas, especialmente bajo la modalidad de rug pulls.
“En estos casos, los creadores inflan artificialmente el valor de una moneda con promoción y expectativa, pero luego retiran todo el fondo de liquidez y desaparecen con el dinero de los inversionistas”, detalla.
En medio del debate, también existen opiniones a favor de estos activos como la de Murad Mahmudov, conocido como “el rey de las memecoins”.
Para él, muchas altcoins que salen al mercado ya tienen precios inflados, algo que «deja poco margen para que los minoristas se beneficien». Además, opina:
“El mercado de las criptomonedas siempre ha girado en torno a la especulación. Las memecoins llevan esto a un nivel más puro, eliminando la falsa narrativa de ‘tecnología innovadora’ que justifica valuaciones excesivas en altcoins. [En cambio, las memecoins] crean comunidades apasionadas que actúan como evangelistas no remunerados. Su atractivo es claro: ofrecen diversión, esperanza, pertenencia y, a veces, la posibilidad de hacerse rico rápidamente”.
Murad Mahmudov, inversionista.
¿Qué reemplazará a las memecoins?
Siguiendo con la tesis de Hamlin, vale preguntarse cuál será la próxima narrativa que dominará el mercado si, efectivamente, la era de las memecoins está llegando a su fin.
Hamlin anticipa que los agentes de inteligencia artificial (IA) marcarán la próxima tendencia porque “pueden ofrecer el mismo valor artístico y cómico de una memecoin, pero con una utilidad real”.
Para aquellos que no están familiarizados con este concepto, las criptomonedas basadas en IA son “programas de software autónomos impulsados por inteligencia artificial que operan dentro de ecosistemas de criptomonedas para realizar tareas específicas con poca o ninguna intervención humana”.
Hamlin menciona a Bittensor como ejemplo, un protocolo de inteligencia artificial de código abierto que permite generar imágenes, crear música y extraer datos web de forma automatizada en pocas horas.
Actualmente, su token TAO es el segundo proyecto de IA con mayor capitalización de mercado, con un valor que supera los 3.000 millones de dólares, según datos de CoinGecko.
“La visión de Bittensor es la de una empresa de IA descentralizada que ha cautivado a una gran cantidad de personas en los ámbitos de la inteligencia artificial y la informática. Han anhelado una alternativa al mundo de arriba hacia abajo que están creando nuestros gigantes tecnológicos actuales”, asegura.
A modo de conclusión, Hamlin destaca la utilidad de los modelos de IA, que permiten a las personas «tener más tiempo libre para perseguir sus verdaderas pasiones durante nuestro corto viaje en este planeta», y añade: «Hay un lado positivo para la humanidad en su desarrollo, algo que no se puede decir sobre la locura actual de las memecoins».