Bitcoin es un instrumento financiero, así como también lo es el dinero en efectivo, el oro y los bonos. Todo aquel que alguna vez haya intercambiado una divisa, practicado trading o realizado una inversión, ha estado en contacto con uno de estos instrumentos. Debido a ello, resulta imprescindible que aquel que desea conocer a profundidad el mercado de criptomonedas posea cierta familiaridad con el término y logre identificar qué clase de producto financiero tiene bajo su administración.
En pocas palabras, un instrumento financiero es un activo comercializable. Es decir, un bien que puede ser intercambiado por valor; tal y como ocurre con el efectivo, los documentos de propiedad, los metales preciosos y los activos criptográficos. Además, estos instrumentos financieros funcionan en el mercado como contratos monetarios entre dos partes, los cuales pueden ser liquidados u operados para generar ganancias.
Dichos instrumentos, también conocidos como productos financieros, pueden ser clasificados con base al activo que se utiliza para operar. Por ejemplo, puede ser una materia prima, como el oro, la plata o el petróleo. En el caso de las criptomonedas, son considerados instrumentos financieros digitales ya que no tiene representación física y se transfieren en medios digitales.
Los productos financieros también pueden ser clasificados por su nivel de complejidad. En este sentido, existen aquellos activos no complejos como las divisas o las acciones, que son simplemente un tipo de activo. Sin embargo, hay otros instrumentos que poseen un funcionamiento más complejo, como es el caso de los derivados que poseen una serie de características que aumentan sus posibilidades de generar ganancias y, también, los riesgos de pérdidas.
CriptoNoticias hablará en esta oportunidad sobre los derivados de criptomonedas, un mercado que está en pleno apogeo gracias al crecimiento del interés institucional sobre bitcoin.
¿Qué es un derivado de criptomonedas?
Se le conoce como derivado a todo aquel instrumento financiero cuyo valor se encuentra anclado a otro activo o cesta de activos, el cual es denominado «activo subyacente». De esta manera, el producto monitorea de cerca los cambios de precio del activo subyacente con el objetivo de permitir que los comerciantes especulen y ganen exposición indirecta.
Al igual que otros productos negociados en el mercado financiero, los derivados funcionan como contratos monetarios de múltiples partes que pueden ser utilizados para operar, intercambiar o liquidar. La idea principal es que, por medio de este contrato, los compradores puedan generar ingresos futuros con las variaciones del precio del activo subyacente y los vendedores reciban pasivos por su comercialización.
Un punto importante a saber es que se pueden crear derivados con cualquier tipo de activos, ya sean bonos, dinero en efectivo, metales preciosos e incluso otros derivados. En este sentido, el mercado de criptomonedas no se ha quedado atrás y se han ido creando cada vez más productos financieros que permiten exposición indirecta al precio de bitcoin o ether. La proliferación de fondos cotizados en bolsa, futuros y contratos de opciones para bitcoin es cada vez más notable en el mercado institucional.
Los derivados basados en criptomonedas no se diferencian en funcionamiento de otros derivados del mercado, más allá de que el valor subyacente que replican es un activo criptográfico. El producto utiliza el precio de bitcoin, por poner un ejemplo, como punto de referencia o benchmark y lo emula en su propio mercado para que los comerciantes puedan beneficiarse de la volatilidad del activo.
No obstante, los derivados pueden tener precios ligeramente distintos al mercado internacional de la criptomoneda, a pesar de que emulan su comportamiento. Esto se debe a que el derivado es un producto financiero en sí y los comerciantes hacen una serie de ofertas y demandas en el mercado de este producto, afectando su precio. En este sentido, cada derivado tiene sus propios mecanismos para mantener cierta paridad con el activo subyacente.
En este apartado hablaremos de los distintos tipos de derivados que pueden conseguirse en el mercado para hacer trading con BTC y otras monedas como ETH, DOGE y LTC. Desde productos cotizados en bolsa, pasando por contratos y los leveraged tokens que se cotizan en redes blockchain, se trata de un diverso repertorio de opciones para hacer trading con criptomonedas.
¿Qué es un ETP de bitcoin?
También conocidos como productos cotizados en bolsa, los ETP son un tipo de derivado que se negocia en bolsas de valores de manera similar a las acciones. En este sentido, su precio suele fluctuar en el transcurso de un día de negociación, a pesar de que, como otros derivados, estos productos rastrean el valor de un activo subyacente, índice u otros instrumentos financieros.
Una característica que los diferencia de otros derivados es que los ETP sirven como vehículo para invertir en cestas de activos. O sea, al adquirir un ETP los comerciantes no solo están invirtiendo en oro, bitcoins o petróleo, puesto que estos productos poseen respaldo en otros activos para diversificar su inversión. En este sentido, brindan mayor seguridad a los traders a la hora de operar al disminuir los riesgos de pérdidas.
Los ETP necesitan la aprobación de las autoridades regulatorias para su lanzamiento en los mercados bursátiles, siendo regulados y supervisados por el Estado. Asimismo, son descritos como una alternativa para los fondos mutuos, tales como el Bitcoin Trust Fund (GBTC) de Grayscale que permite invertir en bitcoin a nivel institucional.
Debido a estas características, en los últimos años han sido muchas las instituciones y empresas que han planeado el lanzamiento de ETP basados en criptomonedas. La idea de estos productos es permitir la cotización de activos como bitcoin y ether en los mercados bursátiles, una meta que se ha logrado en países como Canadá, Alemania y Suiza.
Dentro del mercado de los productos cotizados en bolsa, existen dos instrumentos particulares que se han popularizado en el mercado de activos criptográficos. Estos son los fondos cotizados en bolsa (ETF) y los certificados cotizados en bolsa (ETN).
ETF de criptomonedas
Los fondos cotizados en bolsa, tal y como dice su nombre, son fondos creados a partir de un activo o canasta de activos que se puede comprar y vender como si se tratase de una acción. Los ETF pueden funcionar con base en un solo activo, como bitcoin, o diversificar la inversión al permitir exposición a bonos, acciones de empresas y otros activos criptográficos.
Los ETF son similares en su funcionamiento a un fondo mutuo, ya que permiten que un comerciante pueda invertir en un activo criptográfico sin tener que comprarlo y administrarlo directamente. Los usuarios no adquieren bitcoins, sino participaciones en un fondo que posee y custodia bitcoins.
Debido a esta característica, muchos inversionistas institucionales están interesados en comercializar con este tipo de activos, ya que pueden beneficiarse de las variaciones del precio de la criptomoneda sin tener que lidiar con su funcionamiento técnico y la tributación está más definida.
Al igual que otros derivados, los ETF funcionan rastreando el precio de bitcoin o monedas como ethers, para luego replicarlos en su propio mercado. Asimismo, se trata de un producto regulado por las autoridades financieras, al tratarse de un instrumento que se comercializa en mercados tradicionales.
Ya anteriormente CriptoNoticias ha hablado a profundidad sobre las implicaciones de un ETF de bitcoin en el mercado de criptomonedas, siendo un vehículo de inversión altamente cotizado entre los comerciantes de Estados Unidos, Canadá y Europa.
ETN de criptomonedas:
Los ETN, también conocidos como certificados cotizados en bolsa, son deudas o bonos de un activo subyacente emitidas por una firma financiera y que se negocian en una bolsa de valores. Este producto tiene la capacidad de proporcionar ganancias al inversor, puesto que le permite tener exposición indirecta al activo subyacente al rastrear su precio. Asimismo, al igual que otros derivados, monitorean el mercado de criptomonedas para replicar el precio en su propio mercado.
A diferencia de los ETF de bitcoin, los certificados cotizados en bolsa no son una acción ni tampoco un fondo. Debido a que están respaldados por deudas adquiridas por el emisor, estos productos tienen una fecha de vencimiento que es cuando se liquidan en la bolsa. Esta fecha no se puede extender y los comerciantes sólo tienen derecho a operar con los ETN dentro de ese periodo.
Los ETN son los productos cotizados en bolsa con las tarifas de comercio más baratas. Debido a ello, se tratan de una alternativa de los fondos cotizados en bolsa que muchos comerciantes utilizan para generar rendimiento con criptomonedas de forma indirecta.
No obstante, hay que tomar en cuenta, que los ETN son deudas que no tienen la máxima prioridad para las empresas financieras. Esto significa que, si la institución que lo emite se declara en bancarrota, los inversionistas tienen la posibilidad de perder todo su dinero, lo que los hace un vehículo de inversión altamente riesgoso.
¿Qué es un contrato en trading?
Tal y como hemos mencionado antes, todo instrumento financiero comercializado en un mercado funciona como un contrato entre dos partes. Es decir, cuando compramos bitcoin en un exchange, se está pactando un acuerdo legal entre el vendedor que es la empresa y el comprador que es el individuo.
Cuando se trata de instrumentos financieros más complejos, como los derivados, el contrato pactado por cada una de las partes puede muy específico en cuanto a los detalles de cómo se va a comercializar dicho activo. Por ejemplo, un comerciante puede determinar que solo quiere percibir como ganancias la diferencia entre el precio del activo entre un día de la semana y otro. Asimismo, también es posible detallar que se quiere comprar un activo a un precio previamente acordado en una fecha futura.
Es decir, existen acuerdos de compra y venta que son mucho más sofisticados. Los contratos futuros, los contratos de diferencia (CFD), los contratos de opciones y los swaps son algunos de estos productos ampliamente utilizados por comerciantes que practican trading.
CFD de bitcoin
Los contratos por diferencia, mejor conocidos por sus siglas CFD, son un acuerdo legal entre dos partes para intercambiar la diferencia entre el precio de compra y precio de venta de un activo financiero. O sea, estos funcionan bajo el esquema de que un comerciante adquiere un contrato anclado a un activo subyacente —como una criptomoneda — bajo la creencia de que este subirá o bajara de precio, lo que le generaría ganancias.
A diferencia de una compra-venta tradicional, quien adquiere un CFD no está haciendo un intercambio directo de un activo base, sino que está percibiendo únicamente el diferencial del precio de dicho activo en dos periodos de tiempo distintos.
Es decir, en vez de comprar un monto en bitcoins como comúnmente se hace, el comerciante adquiere un contrato en donde se acuerda que percibirá la diferencia entre el precio de la criptomoneda al momento de adquirir dicho contrato y el precio de esa misma criptomoneda cuando el contrato se liquida.
Debido a que se trata de una apuesta, si el comerciante acierta en su predicción de que el precio del activo subirá o bajará, entonces la diferencia generada por el activo en ese periodo será depositada en su cuenta. Por ejemplo, si compró un contrato con bitcoin al precio de 55.000 dólares y este subió en un día a 57.000, percibirá 2.000 dólares de ganancias.
No obstante, si el precio se comporta de manera distinta y las predicciones son erradas, la diferencia de precio que generó el activo en ese periodo será debitada de su cuenta.
Contratos de futuros
En líneas generales, para entender que es un contrato de futuros, este puede ser definido como un producto derivado que permite a los traders especular en relación con el precio futuro de un activo. Al igual que los CFD, se trata de un acuerdo legal entre un comprador y emisor para liquidar una transacción comercial en una fecha determinada.
Estos contratos se pueden hacer con activos de cualquier tipo, pero en el caso de las criptomonedas bitcoin es uno de los valores más comercializados. Los contratos futuros de bitcoin se empezaron a negociar desde el año 2012, creciendo en demanda para el año 2014 con la incorporación de este producto en mercados como el CME Group. En este sentido, son uno de los tipos de derivados que más se ha utilizado en el mercado de criptomonedas para el trading.
Los traders acuerdan cómo se liquidará el contrato, se define el precio futuro del activo y en qué fecha expirará. Es importante señalar que esta fecha de vencimiento determina el último día en el que se puede practicar trading con dicho contrato; al expirar el comerciante cobra el último precio tradeado por el activo.
Pongamos un ejemplo: un comerciante ve que bitcoin se encuentra para el día de hoy en 55.000 dólares y quiere adquirirlo a ese precio, pero dentro de unos meses. A sabiendas de que el mercado fluctúa constantemente y puede seguir subiendo, pacta un contrato en donde se estipula que dentro de tres meses comprará estos bitcoins pero al precio de hoy.
La idea principal es resguardarse de la subida de precio, al comprar la criptomoneda a un precio más bajo en el futuro. Luego de pasados los meses, si el precio de BTC aumento a 60.000 dólares, el comerciante habrá ahorrado 5.000 dólares por cada bitcoin comprado. O sea, realizó una compra inteligente
Sin embargo, también puede ocurrir que el precio disminuya y caiga a 49.000 dólares por unidad, estaría pagando más por la criptomoneda en un futuro. Un revés que puede ocurrir y significaría pérdidas para el comerciante.
Contratos de futuros perpetuos
Los contratos de futuros perpetuos son otro tipo de derivado creado para especular con el precio de un activo con el paso del tiempo. Estos son muy similares a los contratos de futuros es varios aspectos, como es el caso de que el activo subyacente comercializado es retenido por una de las partes mientras se gana exposición a las variaciones de su precio.
Sin embargo, una de sus diferencias más notables, es que estos contratos no tienen fecha de vencimiento y los traders pueden mantener su posición cuánto tiempo deseen. En pocas palabras, estos contratos no expiran y, por ende, los usuarios pueden seguir utilizándolos y especular con el precio del activo subyacente sin preocuparse porque el contrato se liquide.
En este sentido, los contratos de futuros perpetuos tienen un funcionamiento parecido al mercado spot de criptomonedas. Los comerciantes no lo utilizan para comprar activos criptográficos a un precio más barato en el futuro, sino para poder aprovechar la volatilidad de su mercado sin tener que adquirir y manejar directamente estos activos. O sea, puedes generar ganancias con las subidas de mercado de bitcoin sin necesidad de tener un monedero con bitcoins.
Debido a que este es su objetivo comercial, dichos instrumentos financieros necesitan tener un comportamiento de precio muy similar al del mercado del activo subyacente que replican. Para evitar una disparidad con monedas como bitcoin o ether, estos contratos implementan una tasa de financiación que los mantiene acoplados al precio real.
La dinámica funciona de la siguiente manera: los compradores (posiciones largas) pagan la tasa de financiación a los vendedores (posiciones en corto) si el precio del futuro es superior al activo subyacente, lo que alienta a vender los contratos y que el precio disminuya. Por el contrario, si el precio del contrato disminuye y se desacopla del activo subyacente, entonces la tasa será pagada por los vendedores a los compradores. Esto incentiva la compra de posiciones largas, por lo que el contrato futuro perpetuo aumenta de precio y se equipara al activo subyacente.
Contratos de opciones
Un contrato de opción es un producto financiero que otorga a los traders el derecho, mas no la obligación, de comprar o vender un activo en el futuro a un precio determinado. O sea, el comerciante tiene la posibilidad de elegir si quiere comprar una criptomoneda en un futuro, o si más bien cancela la operación porque la misma no le favorece.
Estos derivados se dividen en dos tipos: las opciones call o de «comprar», las cuales apuestan a que el precio del producto aumentará; y las opciones put o de «vender», donde los comerciantes preveen que el precio bajará. Asimismo, algunos comerciantes pueden decidir comprar ambos para apostar a que el precio del activo subyacente se mantendrá estable.
Los contratos de opciones están conformados por varios elementos. Por ejemplo, poseen una prima, que es el precio con el que se negocia el contrato de opciones y cambia a medida que se acerca la fecha de vencimiento. Los compradores adquieren dicho contrato bajo ese valor, pagándose a los vendedores para abrir una posición en el mercado.
Asimismo, estos productos tienen un precio de ejercicio, que es el precio al que se comprará el activo subyacente cuando el contrato se liquide. Si el precio de ejercicio del contrato es más bajo que el del activo subyacente, entonces el comprador puede adquirir el activo con un descuento. Sin embargo, si el precio es más alto, el comprador tiene la opción de anular la operación y solo pagarle al vendedor la prima al vendedor.
Por ejemplo, una persona puede abrir una posición de call para bitcoin que se liquidará en el transcurso de un mes, apostando que el activo subirá de precio. En el transcurso de este período, si bitcoin entra en un mercado alcista, el comerciante solo debe esperar a que el contrato se liquide y comprar estos bitcoins al precio que tenía en el pasado. No obstante, si ocurre al contrario y el precio disminuye en ese mismo periodo, entonces tiene la posibilidad de anular el contrato y pagar únicamente la prima.
¿Qué es un Leveraged token?
El término «leveraged tokens» hace referencia a aquellos activos comercializables que proporcionan exposición con apalancamiento en el precio de una criptomoneda. A diferencia de otros productos financieros tradicionales, tienen una estructura más simple y los comerciantes no tienen que ocuparse de elementos como la financiación, liquidación o el colateral de estos derivados.
Se trata de un producto financiero que solo existe en las redes blockchain, siendo un instrumento financiero que nació gracias al comercio de criptomonedas. Fue introducido por primera vez por el exchange FTX, popularizándose con el paso del tiempo ya que permite tokenizar posicionas abiertas con apalancamiento incorporado. Es decir, brinda a los comerciantes la posibilidad de generar mayores ganancias con derivados de criptomonedas.
Y es que los leveraged tokens son derivados de derivados. Cuando anteriormente afirmábamos que se podía crear un derivado de cualquier tipo de activo financiero, también se contemplaba la posibilidad de generar derivados a base de otros instrumentos derivados. De esta manera, estos tokens en blockchain representan posiciones de futuros perpetuos de criptomonedas como bitcoin, ether y otros activos criptográficos.