¿Qué es un ETF?
Los fondos cotizados en bolsa, también conocidos por sus siglas en inglés ETF, son uno de los productos financieros de mayor comercio en los mercados a nivel internacional. Los ETF son fondos que se pueden negociar en la bolsa de valores como si se tratase de una acción. Es decir, son productos financieros híbridos, ya que poseen características propias de un fondo de inversión y operan como una acción.
Por ejemplo, los ETF suelen estar compuestos por canastas de valores. Un término que hace referencia a que estos productos ofrecen la posibilidad de invertir en más de un activo a la vez. O sea, son una especie de portafolio diversificado.
Otra característica común de los ETF es que abren sus negociaciones todos los días cuando las bolsas inician actividades. Sin embargo, no se puede negociar en estos mercados las 24 horas del día, porque el mercado suele cerrar a las 5 y media de la tarde.
Los fondos cotizados también son productos financieros tradicionales. Y con esto nos referimos a que su comercialización está regulada por autoridades gubernamentales. Sin embargo, no suelen ser mercados exclusivos, ya que sus cotizaciones se hacen generalmente en mercados secundarios accesibles a pequeños inversionistas.
Otra peculiaridad de los ETF es que por medio de este instrumento se pueden comerciar toda clase de activos de forma subyacente. Desde inversiones tradicionales, tales como los índices de empresas en NASDAQ y S&P 500, hasta materias primas como el petróleo, el maíz o el oro; los ETF están diseñados para rastrear el valor de dichos activos y replicarlo en su propio mercado.
Los bonos, las tecnologías y las criptomonedas también son algunos de los activos que pueden componer una canasta de ETF y anclar su valor.
El contenido de este artículo estará principalmente enfocado en los ETF de criptomonedas, que es uno de los nichos que más ha despertado interés en los últimos años y sigue dando mucho de qué hablar por las implicaciones que podrían tener en mercados como bitcoin.
¿Cómo es un ETF de Bitcoin y otras criptomonedas?
Todos los fondos cotizados en bolsa guardan características similares entre sí, a pesar de que estén subordinados a activos muy distintos. Debido a ello, los ETF de bitcoin y otras criptomonedas también están diseñados para rastrear el valor de bitcoin en tiempo real y replicarlo en su propio mercado.
Esto permite que un inversionista pueda conseguir exposición sobre un activo sin tener que interactuar directamente con él. Esto significa que aquellos que compran ETF de Bitcoin no están adquiriendo directamente bitcoins, sino solo participaciones en un fondo que administra bitcoins. O sea, no son propietarios de las criptomonedas, pero si pueden generar ganancias con las variaciones de su precio.
La mayoría de los ETF están respaldados de forma física. La firma de corretaje, o la entidad financiera encargada del ETF, es quién tiene la custodia sobre los bitcoins adquiridos. Dicha característica puede ser muy conveniente para aquellos que no quieren aprender todos los detalles técnicos y de uso que vienen junto a la compra de criptomonedas.
Por ejemplo, si desea comprar o vender BTC en casas de cambio del ecosistema, el usuario deberá aprender cómo crear un monedero, cómo resguardar sus bitcoins y los pormenores de las direcciones de una blockchain. No obstante, con un ETF de Bitcoin sólo necesita comprar el producto en un mercado tradicional y se consigue exposición a la criptomoneda.
Otro elemento destacable de los ETF de Bitcoin y otras criptomonedas, como XRP y ETH, es que permite a los operadores obtener exposición a bitcoin en mercados tradicionales y regulados. A diferencia de las casas de cambio de activos criptográficos, las bolsas de valores y las empresas que emiten ETF son constantemente supervisadas por las autoridades financieras. Asimismo, muchos de estos productos necesitan previa autorización de los reguladores para poder salir al mercado.
Esta característica suele conferir a los inversionistas una mayor seguridad ante posibles situaciones de fraude y manipulación de precios en bitcoin. Asimismo, debido a que se tratan de mercados supervisados, hay una mayor orientación fiscal y regulatoria que la que existe actualmente en la industria de criptomonedas. En este sentido, algunos inversionistas pueden preferir un producto financiero más estable y conocido, antes de lanzarse a comercializar en casas de cambio cuyo marco regulatorio se encuentra menos claro.
Por último, pero no menos importante, los ETF de Bitcoin también pueden estar diseñados como un fondo de múltiples activos. Es decir, además de bitcoin, el ETF puede estar anclado al precio del ETH, XRP, el oro o dinero fíat. Esto significa que, al comprar una participación en el fondo, el inversionista ha diversificado su portafolio de inversiones entre distintos activos. De esta manera, se mitigan las posibilidades de perder dinero cuándo alguno de estos activos pierde valor.
Origen de los fondos cotizados en bolsa
El nacimiento de los ETF tal y como los conocemos
Antes de adentrarnos en la historia de los fondos cotizados para activos criptográficos, es importante explorar el origen mismo de los ETF como productos financieros. Y es que su creación se remonta a poco más de unos 30 años, cuando en 1989 se intentó cotizar el primer ETF en la Bolsa de Valores de Chicago.
El fondo rastreaba y comercializaba acciones del índice S&P 500, métrica que mide el desempeño de las 500 empresas más grandes de los Estados Unidos. Sin embargo, la idea no llegó muy lejos, puesto que un tribunal federal de Chicago determinó que el ETF funcionaba como contratos de futuros. Y, debido a este dictamen, dicho fondo tenía que ser negociado en una bolsa de futuros y no de valores.
Tuvo que transcurrir un período de tres años para que Estados Unidos tuviese su primer ETF comercial. La firma State Street Global Investors lanzó el S&P 500 Trust ETF a finales de enero de 1993, mejor conocido como SPDR o la «araña». Este fondo es hasta el día de hoy uno de los más comercializados de la historia, así como sentó un precedente para la conformación de un nuevo mercado financiero.
Para el año 2021 se estima que el mercado de ETF de Estados Unidos se conforma por más de 2.000 productos. Asimismo, se calcula que en un período anual las empresas de corretaje negocian con ETF por un valor superior a 5,83 billones de dólares americanos. Una cifra que devela la popularidad de estas herramientas financieras, así como el flujo de dinero institucional que pueden movilizar los ETF.
ETF de Bitcoin en EE. UU: una historia de rechazos
A pesar de que la historia de los ETF inicia en Estados Unidos, los fondos cotizados en bolsa para criptomonedas no han gozado de la misma suerte en estas tierras. Ante la estricta mirada de los reguladores, han sido más de una docena las propuestas de ETF que han sido rechazadas por las autoridades americanas desde el año 2017.
Los primeros en proponer la creación de un fondo cotizado para Bitcoin son los gemelos Winklevoss, fundadores del exchange de criptomonedas Gemini. La idea era que el proyecto llevara por nombre «Winklevoss Bitcoin Trust» y fue presentado por primera vez en el 2015 ante inversionistas, captando la atención de la bolsa Bats BZX Exchange que introdujo una solicitud para cambiar las leyes de valores con el objetivo de permitir la comercialización del ETF.
La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), entidad encargada de la aprobación de los ETF, emitió un comunicado para marzo del 2017 desestimando la posibilidad de lanzar un ETF para Bitcoin. La autoridad afirmaba que existía dificultad para prevenir la manipulación en el mercado de criptomonedas, así como aseguraba que dicho ecosistema no estaba regulado y se podían incurrir en fraudes. De esta manera, se rechazó la primera propuesta de ETF de criptomonedas para la bolsa estadounidense.
No pasó mucho tiempo para que la SEC se negara a aprobar un plan similar presentado por la bolsa NYSE Arca, quienes solicitaban incluir el ETF para Bitcoin de la empresa Solidx. Asimismo, un fondo cotizado en bolsa diseñado por el fondo Grayscale de Barry Silbert también fue rechazado, aunque la empresa ya administraba su propio fondo de bitcoins para inversionistas institucionales.
La razón de las autoridades para desestimar los ETF de Bitcoin partía de la idea de que el mercado de criptomonedas no estaba lo suficientemente regulado. Una opinión que también contribuyó al rechazo de otras nueve solicitudes introducidas para el año 2018. Empresas como ProShares, Direxion y Granite Shares estaban comprometidas con captar la atención de nuevos inversionistas interesados en bitcoin con un fondo cotizado en bolsa, pero las solicitudes fueron negadas alegando una posible manipulación en los precios de la criptomoneda madre.
El 2019 no fue un mejor año para los ETF de Bitcoin en Estados Unidos. Empresa como Ervin, Bitwise y VanEck plantearon la creación de sus propios fondos cotizados, pero la Comisión de Bolsa y Valores insistió en que el mercado institucional aún no estaba preparado para la volatilidad de bitcoin. No obstante, el tono de las autoridades dejó de ser tan desfavorable hacia el mundo de las criptomonedas, e incluso se reportó que el regulador había recibido comentarios positivos de mano de expertos para la aprobación de estos ETF.
Ante un posible cambio de narrativa y el aumento de interés institucional por Bitcoin, en los últimos años se ha discutido la posibilidad de que la directiva de la SEC termine por aprobar eventualmente un ETF para este mercado. Analistas del sector financiero señalan que para el 2021 han aumentado las posibilidades de que la autoridad apruebe alguna de las solicitudes para el lanzamiento de estos productos.
El ETF de VanECK es el que más ha captado atención del público, debido a que ha conseguido el apoyo de firmas de custodia como State Street y la Bolsa de Valores de Chicago, CBOE; esta última ha enviado incluso cartas a la autoridad para la aprobación del producto. No obstante, existe mucha expectativa actualmente en el mercado, mientras cada vez más inversionistas institucionales se atreven a apostar por bitcoin.
¿Por qué la SEC no aprueba un ETF de Bitcoin?
La principal razón que estaría detrás de las constantes negativas de la SEC a los ETF de Bitcoin es la falta de regulación en el mercado de criptomonedas, tal y como hemos mencionado anteriormente. Aunque los activos criptográficos han sido un foco de discusión en el Congreso de los Estados Unidos, aún no existe un marco regulatorio unificado y estable en todo el territorio para la supervisión de sus operaciones.
Debido a esta realidad, en los años 2017, 2018 y 2019 la Comisión de Bolsa y Valores argumentó que podría ser contraproducente el lanzamiento de un ETF que no cumpla con las normativas básicas para el funcionamiento óptimo en los mercados bursátiles. La autoridad señaló que la aprobación de un ETF de Bitcoin no es consistente con la ley de la bolsa, puesto que la misma está «diseñada para prevenir actos y prácticas fraudulentas y de manipulación».
La volatilidad del precio de los activos criptográficos también ha sido uno de los elementos que más preocupa ha preocupado a la autoridad en los últimos años. El mercado de criptomonedas tiende a tener variaciones de precio de forma más constante que otros activos del mercado, por lo que algunos expertos consideran que la mayoría de los inversionistas no están preparados para hacer frente a los riesgos de pérdida que tendría un ETF de Bitcoin.
No obstante, el panorama de los ETF de Bitcoin en Estados Unidos parece estar cambiando. Expertos como Cathie Wood, directora ejecutiva de Ark Investment Managment, señalan que una postura conservadora y poco entendimiento sobre el funcionamiento de los criptoactivos son unas de las razones que ha perjudicado la aprobación de un ETF en tierras norteamericanas.
En este sentido, Wood afirmó que la conformación de una nueva directiva para la SEC en manos del nuevo presidente Joe Biden podría ayudar a la aprobación del primer fondo cotizado de bitcoin en tierras americanas. Y, debido a ello, se ha planteado la posibilidad de que a principios de mayo del 2021 la autoridad pueda tener una respuesta positiva al ETF de la firma VanEck.
La tierra de los ETF de Bitcoin es Canadá
Mientras Estados Unidos aún se debate en si aprobar o no un fondo cotizado en bolsa para Bitcoin, las autoridades canadienses tomaron la delantera y ahora lidera el mercado con tres ETF para la criptomoneda madre. Asimismo, también existen planes para cotizar productos similares basados en ether, la criptomoneda de Ethereum.
Los tres productos financieros han sido aprobados por la Comisión de Valores de Ontario (OSC), entidad que se ha encargado de la supervisión de su funcionamiento. El primer ETF aprobado fue en febrero del 2021, identificado con el símbolo BTCC y administrado por la firma canadiense Purpose Investments. El fondo se cotiza en la Bolsa de Valores de Toronto (TSX), registrando en el transcurso de un mes unos 11.445 BTC bajo su custodia, tal y como ha reportado CriptoNoticias.
Otros dos ETF se cotizan en la Bolsa de Valores de Toronto para marzo del 2021. Uno ha sido emitido por Evolde Fund Group, bajo el símbolo EBI, y se comercializa tanto en dólares americanos como canadienses. El otro ETF es administrado por la firma CI Global Asset Manager, es el último en conseguir la aprobación de la OSC y se identifica en la bolsa de Toronto como BTCX.
¿Cómo funcionan los ETF?
Tal y como hemos mencionado anteriormente, los ETF son fondos que se comportan como acciones. En este sentido, su funcionamiento tiene ciertas similitudes con estos dos productos financieros. Los proveedores del ETF son quienes se encargan de constituir y custodiar todos los activos subyacentes que conforman su fondo, siendo estos los únicos propietarios de los bienes allí depositados.
El proveedor también se encarga de diseñar al ETF con la capacidad de rastrear el precio de los activos bajo su custodia. Por ejemplo, un ETF de Bitcoin se encarga de monitorear los cambios de precio de la criptomoneda minuto a minuto, replicando dicho valor en su propio fondo.
Sin embargo, una característica particular es que los ETF pueden negociarse a precios determinados por su propio mercado, los cuales pueden diferir del activo original debido al flujo de demanda y a la diversificación de sus inversiones.
La custodia de los activos se lleva a cabo generalmente en físico, siendo estas las reservas que respaldan la valoración del fondo. Asimismo, la empresa que emite el ETF es la que se encarga de vender las acciones de dicho fondo a los inversionistas institucionales e individuales, permitiéndoles así percibir ganancias por las variaciones de precio del activo subyacente.
Al igual que una acción cotizada en la bolsa, las participaciones de un ETF se pueden negociar en el trascurso de un día. Los inversionistas solo tienen que esperar a que abra el mercado bursátil para empezar a comprar y vender acciones. Dicho mercado también tiene una hora de cierre, por lo que las negociaciones no están habilitadas las 24 horas del día, como si ocurre con un exchange de criptomonedas.
Además, el número de acciones en circulación puede cambiar a diario. Esto se debe a que los proveedores están en un continuo proceso de crear nuevas acciones y rescatar otras existentes.
Otro punto importante de su funcionamiento, es que los ETF se negocian en mercados secundarios. Debido a ello, los inversionistas individuales pueden acceder a estas acciones sin necesidad de acreditarse ante una autoridad. No obstante, los inversionistas institucionales también juegan un papel clave en mantener la liquidez de los ETF, puesto que son las entidades que más acciones del fondo compran para luego canjear por cestas de valores subyacentes o viceversa.
A diferencia de la compra y venta de criptomonedas en un exchange, los ETF se negocian únicamente en mercados como NYSE o la Bolsa de Toronto. Es decir, estos fondos operan mayoritariamente en mercados regulados y supervisados por autoridades financieras.
Asimismo, todos los fondos cobran una tarifa por las operaciones y los gastos de custodia que generan las negociaciones de sus usuarios, un elemento que debe ser tomado en cuenta por quienes desean ingresar a este mercado.
¿Quién puede invertir en los ETF?
Una de las ventajas de los fondos cotizados en bolsa es que los inversionistas que acceden a estos mercados no necesitan estar acreditados ante una autoridad. Se trata de un producto abierto para el mercado de comerciantes minoristas.
Aquel que esté interesado en invertir en ETF sólo tiene que configurar una cuenta de corretaje en línea o descargar una aplicación de comercio para teléfonos móviles. Por ejemplo, para acceder al mercado de ETF canadiense se puede utilizar aplicaciones como Q uestrade, BMO o Qtrade Investor. Desde estas plataformas se pueden comprar y vender múltiples acciones, consiguiendo exposición tanto para fondos de criptomonedas como de otros activos del mercado.
¿Qué diferencias hay entre un ETF, un ETN y un fondo financiero?
Quien posee cierto conocimiento sobre el sector financiero y los mercados bursátiles sabrá que existen diversos productos de inversión que permiten a los usuarios lograr exposición en activos subyacentes. Para poner en contexto, los ETF son sólo una de las muchas herramientas conocidas en el mercado como «productos cotizados en bolsa» o ETP, los cuales poseen comportamientos similares entre sí.
El mercado de Bitcoin ya ha logrado captar capital institucional por medio de otros ETP en el mercado europeo o instrumentos financieros similares a los ETF, como lo son los fondos financieros. Por ejemplo, el fondo de Bitcoin de Grayscale ya posee bajo su custodia más de 650.000 bitcoins, convirtiéndose en la firma de cotización pública con mayor cantidad de criptomonedas bajo su custodia.
A pesar de que fondos como Grayscale permiten a los inversionistas acreditados acercarse a las criptomonedas, existen diferencias sustanciales entre estos productos y los ETF que hacen a estos últimos una herramienta muy deseada. En este apartado exploraremos dichas diferencias.
Fondos de Bitcoin vs. ETF
Nombres como Grayscale y 3iQ son ampliamente conocidos en el ecosistema de criptomonedas, ya que ambas empresas poseen dos de los fondos de bitcoin más importantes del mercado. Estas herramientas funcionan por medio de un proveedor que reúne el dinero de distintos inversores acreditados para invertirlo en una serie de activos o instrumentos financieros.
Los fondos de inversión son manejados por una sociedad administradora, quienes poseen custodia sobre los activos invertidos. Es decir, en esto se asemejan a los ETF, ya que es un proveedor quién adquiere los bitcoins para sus inversionistas y los custodia a su conveniencia. En ambos casos se trata de una compra indirecta de activos.
No obstante, a diferencia de los ETF que son un mercado abierto a todo tipo de inversionistas, los fondos de inversión están destinados principalmente para inversionistas acreditados. Es decir, aquellas personas que tengan ingresos anuales de al menos 200.000 dólares declarados ante las autoridades, según las leyes de Estados Unidos (varía por país).
Estos inversionistas acreditados son los únicos que tienen el derecho de participar en las colocaciones privadas diarias del fondo. Asimismo, tienen el compromiso de mantener esas acciones consigo por un período mínimo de seis meses. Luego de cumplido este lapso de tiempo, estas empresas o firmas personales pueden vender sus participaciones en mercados secundarios a inversionistas pequeños.
Aunque esto es lo que ocurre con el fondo de Bitcoin de Grayscale, algunos de estos instrumentos son sólo mercados cerrados. Por ejemplo, el fondo de 3iQ funciona en la actualidad únicamente para inversionistas acreditados, por lo que su demanda es muy exclusiva.
Asimismo, otra característica que los diferencia, es que los fondos de inversión suelen cobrar tarifas mucho más altas que los ETF (más del 10%). Su mercado también tiende a tener menor movimiento porque no todos los inversionistas participan en las colocaciones diarias, mientras que un ETF apenas abre el mercado bursátil cualquiera puede comprar o vender sin compromisos de mantener la acción consigo por un período de tiempo determinado
¿Por qué un ETN no es un ETF?
Cuando hablamos de productos cotizados en bolsa (ETP), existe una diferenciación entre los fondos cotizados en bolsa (ETF) y los certificados negociables en bolsa (ETN). Estos últimos han proliferado en los mercados bursátiles de Europa como vehículos de inversión para criptomonedas como bitcoin, ether y XRP.
Por ejemplo, en la bolsa de Frankfurt en Alemania, se cotizan un ETN del Grupo ETC y otro de VanEck respaldados en bitcoins. Los productos fueron lanzados en el transcurso del año 2020, y según investigaciones de BitMEX se han convertido en dos de los instrumentos financieros más destacados y populares del mercado.
Los ETN son descritos como una deuda (o bono) subordinada al activo que es emitida por una firma financiera, brindando así un servicio en donde los usuarios pueden recibir rendimientos de un producto como si se tratase de un fondo de inversión. Al igual que los ETF, estos productos se dedican a rastrear el precio de los valores subyacentes y representarlo en su propio mercado, pero lo hacen por medio de bonos y opciones que replican al subyacente.
No obstante, los ETN no son una acción como los ETF, ni tampoco una participación como los fondos. Se tratan de deudas, y por ello tienen una fecha de vencimiento que es cuando se liquidan en bolsa. Los usuarios pueden vender estos ETN antes de que se cumpla el tiempo de liquidación, pero no pueden extenderlo. Un comportamiento que no poseen los ETF, que no tienen un tiempo de negociación determinado.
De igual manera, al ser deudas, los ETN son un instrumento de inversión más riesgoso que los ETF. Las empresas que generan los ETN proponen que los mismos no sean una deuda de máxima prioridad, por lo que si dicha firma quiebra hay mayores posibilidades de perder la inversión que con un ETF. Debido a estas características suelen tener tarifas mucho más baratas que otros productos financieros, rondando entre el 2% y 0.95% por operaciones.
Ventajas de un ETF de Bitcoin
- Conveniente para usuarios inexpertos: invertir en un ETF de Bitcoin proporciona apalancamiento sobre el precio de la criptomoneda sin que el inversionista tenga que aprender sobre cómo funciona. De esta manera, no tiene que asumir los riesgos de la autocustodia, tampoco tiene que tener conocimientos sobre cómo operan los exchanges del ecosistema, ni cómo se envían y confirman las transacciones de bitcoin en la red.
- Diversificación de monederos: El fondo de un ETF puede contener más de un activo. Los inversionistas no tienen que comprar cada activo de forma individual para diversificar su cartera, sino que puede también estar resguardando sus ganancias con bonos, materias primas y acciones de empresa. Esto ayuda a mitigar las pérdidas que puede generar el mercado de criptomonedas por su constante volatilidad.
- Mayor estabilidad regulatoria y fiscal: Debido a que los ETF operan en mercados regulados, existe una mayor cobertura legal y entendimiento sobre cómo se declaran las ganancias generadas con este instrumento. Asimismo, estos productos son aceptados por la mayoría de paraísos fiscales y fondos de pensiones, un beneficio que no tienen las criptomonedas en todos los países.
Desventajas de un ETF de Bitcoin
- Comercio Limitado: Debido a que el ETF no es una criptomoneda, sino la acción de un fondo, el comercio con otros criptoactivos están totalmente limitado. Un inversionista no puede intercambiar un ETF de bitcoin por un ether (ETH) o un litecoin (LTC), pero si adquiere directamente esta criptomoneda puede hacer intercambios con cualquier activo criptográfico del mercado con tan solo acceder a un exchange.
- Gastos de gestión: Los proveedores que crean los ETF cobran comisiones por el mantenimiento del fondo, la custodia de los activos y un porcentaje de ganancias de tus operaciones. Debido a ello, los ETF suelen ser productos de inversión mucho más costosos que operar directamente con bitcoin.
- Inexactitud en el precio: Aunque los ETF rastrean el precio de bitcoin, la realidad es que estas acciones pueden no tener el mismo valor que la criptomoneda. Esto se debe a que el valor de los ETF puede variar dependiendo de la demanda de su propio mercado, así como también puede verse afectado por las múltiples posiciones que tiene en otros activos. Si se trata de un fondo diversificado —es decir, que tiene más de un activo subyacente — esto podría llegar a afectar el rendimiento que tenga dicha acción. Así como un portafolio diverso mitiga las pérdidas que puede generar un solo activo, también disminuye las posibles ganancias si dicho activo aumenta de precio abruptamente.
- Custodia centralizada: Otra característica que hay que tomar en cuenta antes de decidirse si comprar o no un ETF de Bitcoin, es que todos los activos subyacentes del fondo son propiedad del proveedor del ETF. Es decir, el inversionista tiene autoridad sobre los bitcoins que se encuentran en dicho fondo, únicamente de las acciones que ha comprado para conseguir ganancias con el aumento de su precio. En este sentido, se pierde la autonomía que, si brinda la compra directa de bitcoins, donde todos los activos adquiridos por el usuario son completamente suyos y quedan bajo su administración.