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Con el caos apoderándose del mundo, las estructuras de poder se debilitan y no parece haber salida.
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Una nueva historia está surgiendo con los movimientos sociales que se extienden por América Latina.
El caos se está apoderando del mundo, al menos eso es lo que muestran las noticias con miles de disturbios en todo el planeta por los efectos de la inflación, la impotencia de los consumidores, la guerra, la pobreza y las divisiones ideológicas extremas. ¿Será que no hay esperanza? La respuesta parece ser positiva por múltiples movimientos ciudadanos que ponen de manifiesto que el cambio mundial está en marcha y bitcoin (BTC) forma parte de ello.
Lo que está pasando es que la Tierra se cae a pedazos por las crisis climática, sanitaria y económica que avanza sin obstáculos. Significa que se está desmoronando el sistema instaurado por los más ricos y poderosos, esos que ya tienen un puesto asegurado en un cohete espacial para huir del planeta cuando llegue el momento final.
Para el resto de la humanidad solo parece haber una vía posible para evitar su propio exterminio: «transformar al mundo moldeado por los caprichos de los multimillonarios de Silicon Valley», como señalan Jon Alexander y Ariane Conrad, autores del libro Citizen o Ciudadanos.
Lo que argumentan Alexander y Conrad es que las sociedades actuales necesitan una nueva narrativa, es decir, que se deshagan de las historias que presentan al autoritarismo y al consumismo como la línea a seguir.
Este modelo, diseñado por las estructuras de poder, se vende a sí mismo como garante de las libertades personales. Pero la realidad es que la experiencia, para la mayoría, es de exclusión: un mundo de ricos y pobres, tal como lo exponen los escritores en un artículo recientemente publicado por BBC.
Sumisos, consumidores o bitcoiners, ¿cuál vía seguir?
En el libro Citizen, Jon Alexander y Ariane Conrad señalan que hasta ahora lo que ha ocurrido en el mundo es que una máquina bien engrasada, llamada sistema tradicional, ha venido empujando a la mayoría a ser súbditos o sumisos, por un lado, y consumidores por otro.
Los primeros son aquellos que aceptan el trato que les ofrece el llamado «hombre fuerte» o rico. Mientras que por el otro lado todos son consumidores librando una batalla intensa por los recursos cada vez más escasos. Soñando con los lujos que gozan los que tienen más dinero.
Sin embargo, para dejar atrás a ese modelo instaurado por los que ejercen la autoridad, «lo que sigue es la abdicación del poder personal, la elección de asumir la responsabilidad y reconocer que como ciudadanos podemos valernos por nosotros mismos», indican los autores.
Se trata de tomar una tercera vía, la que ellos llaman «futuro ciudadano», similar a lo que en CriptoNoticias conocemos como bitcoiners.
Un bitcoiner es una persona empoderada con bitcoin, quien además es anti establishment, antisistema y anti Estado, apegadas a la descentralización. De igual manera son seres que canalizan el poder económico directamente hacia ellos mismos, y que trabajan en comunidad para operar como un fantasma fuera de la maquinaria del Estado.
Serás capaz de ver el futuro según cómo definas tu rol en la sociedad
Alexander y Conrad dicen que aprovechar el futuro dependerá de que veamos y aceptemos una historia más amplia de lo que somos ahora como seres humanos.
En ese sentido, quienes se identifiquen como consumidores y operen como súbditos o sumisos de las instituciones de poder, seguramente permanecerán en ese rumbo destructivo para una sociedad libre y abierta.
Por el contrario, los ciudadanos del futuro ya comenzaron a resquebrajar el sistema tradicionalmente instaurado con múltiples proyectos en todo el mundo.
Como ejemplo, los autores del libro Citizen mencionan el caso de la plataforma de democracia participativa de la ciudad de Reikiavik, capital de Islandia. A través de ella cientos de ciudadanos opinan sobre el rumbo que debe tomar el gobierno local.
Igualmente exponen el cooperativismo de plataformas como Airbnb y Uber con los ciudadanos, fórmula con la que enfrentan a sus competidores y les ganan la batalla a grandes empresas.
Según lo señalado por Alexander y Conrad el nuevo paradigma es conectar, integrarse en comunidad y colaborar para reconstruir el mundo. Por lo tanto, la participación ciudadana está surgiendo en todas partes, aunque de manera oculta.
No están visibles porque «las instituciones refuerzan sus propias narrativas, tomando el oxígeno de la imaginación, haciéndolas parecer como las únicas posibilidades», dicen los escritores.
«Pero ese es el futuro de las fugas marcianas, los multimillonarios con un poder desproporcionado y la desigualdad extrema», tal como agregan Alexander y Conrad.
También ven otro futuro, uno que definen como orwelliano y es el que corresponde a las personas que se quedarán como súbditos o consumidores. Son los que seguirán a los líderes de poder haciendo todo lo que se les ordene.
Ciudadanos del futuro: con bitcoin y viviendo en ciudadelas
Como ya lo mencionamos anteriormente en este artículo, aunque Alexander y Conrad no hablan de bitcoin, su descripción de los ciudadanos del futuro concuerda con los bitcoiners que viven en las ciudadelas de Latinoamérica y África.
Son personas que ya vivieron como súbditos y como consumidores, pero que ya pasaron por un proceso de transformación ahora que poseen bitcoin. Ya no obedecen ciegamente a las instituciones centralizadas, ni las aceptan como única fuente de verdad.
Los ciudadanos del futuro no son seres que solo rechazan, sino que formulan propuestas y soluciones para resolver los problemas. Asumen responsabilidades y crean oportunidades significativas para que cada miembro de la comunidad contribuya.
Debemos dar un paso al frente y participar. Como escribió el arquitecto y diseñador pionero Buckminster Fuller: Nunca se cambian las cosas luchando contra la realidad existente. Para cambiar algo, hay que crear un nuevo modelo que haga obsoletos los modelos existentes.
Jon Alexander y Ariane Conrad, autores del libro Citizen.
De acuerdo a lo que venimos publicando en CriptoNoticias, con las ciudadelas de bitcoin un nuevo movimiento social se ha puesto en marcha en varios países de Latinoamérica de la mano de ciudadanos que han dejado de ser sumisos y netamente consumidores para transformar su futuro.
En Centroamérica, por ejemplo, estas comunidades que se están empoderando con BTC son reflejo de la bitcoinización que está en marcha.
En Perú, la organización no gubernamental (ONG) Motiv ya está impulsando a 16 economías basadas en bitcoin. Creen que su movimiento otorga la oportunidad de prosperar y sobrevivir emancipando a las personas de la opresión del Estado.
Otro movimiento social está surgiendo en Brasil con la idea de darle oportunidad a los excluidos por el sistema financiero tradicional. Desde el año pasado, el proyecto Bitcoin Beach de Brasil está educando a la población sobre el uso de bitcoin demostrándo que la criptomoneda pionera impulsa la transformación de sus vidas.
Asimismo, en Costa Rica Bitcoin Jungle promueve una economía circular basada en primera de las criptomonedas. Mientras que en Guatemala un proyecto comunitario tiene planes de minar bitcoin para salvar al lago más bello del mundo.