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Mumtaz ve a Solana como una apuesta para revivir los ideales de Satoshi Nakamoto.
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El ingeniero categoriza las criptomonedas de tres formas: comerciales, de casino y cypherpunk.
Para Mert Mumtaz, ingeniero de software y CEO de Helius —una plataforma de infraestructura para desarrolladores en Solana—, bitcoin y el ecosistema de las criptomonedas han perdido contacto con su esencia original. Según advierte, el sector necesita «volver a ser cypherpunk», recuperar los ideales de libertad y autonomía que inspiraron a Satoshi Nakamoto y dieron origen a la industria.
En una reflexión reciente, Mumtaz distingue tres clases de criptoactivos: comerciales, de casino y cypherpunk. Cada uno encarna una manera diferente de concebir y aplicar la tecnología, aunque, según advierte, solo uno de ellos conserva el espíritu fundacional que dio origen a la industria.
El especialista sostiene que la primera categoría está integrada por stablecoins, los tokens respaldados por activos del mundo real (RWA) y las soluciones adoptadas por instituciones financieras.
«Estas criptomonedas utilizan la tecnología para aumentar la eficiencia de las finanzas: pagos más rápidos, liquidaciones instantáneas y una API universal para el dinero», explica Mumtaz.
Aunque el empresario reconoce que de este grupo han surgido avances positivos, advierte que también implica alejarse de los ideales que dieron origen a la industria. «Existen muchos puntos críticos de control relativamente invisibles de los que la mayoría aún no es consciente», señala. Cita entre ellos el hecho de que las stablecoins pueden ser congeladas o sufrir censura.
El segundo bloque, definido por el propio Mert como «criptos de casino», es dominado por proyectos especulativos y estrategias de arbitraje regulatorio. Mumtaz cree que es un entorno «demasiado salvaje para las instituciones, pero tampoco se alinea con los ideales originales de la criptografía».
En palabras del CEO de Helius, este tipo de iniciativas se mueven principalmente por el interés económico, más que por una visión tecnológica o ideológica.
«La mayoría de los involucrados aquí solo busca ganar dinero. No tengo nada en contra de eso mientras no se dañe a otros, pero no es algo que me interese personalmente», afirma.
La llama que encendió la criptoindustria
Como último grupo, Mumtaz destaca la tercera clase de criptoactivos: los «criptocypunk», aquellos que, a su juicio, están casi extintos. Sin embargo, fue la chispa que dio origen a todo el movimiento a partir de la creación de Satoshi Nakamoto.
Satoshi fue un cypherpunk. Los cypherpunks usan la criptografía y el código para construir sistemas de libertad: libertad frente al exceso del Estado, libertad de expresión y el derecho a transaccionar.
Mert Mumtaz, CEO de Helius
Mumtaz lamenta que este ideal se haya desvirtuado y confundido con comportamientos criminales, como las actividades ilícitas en la darknet, que «solo degradan los principios de libertad por un falso golpe de dopamina virtual».
El CEO considera que la atención mediática y el capital se han concentrado en las dos primeras clases, dejando a los cypherpunks en un segundo plano. Aun así, insiste en que una industria sin este componente es algo desvirtuado.
Señala, por tanto, que el problema de fondo no radica en la tecnología, sino en la forma en que se ha comunicado su propósito: «Ha sido una cuestión de educación y de cómo se cuenta la historia».
Aun así, mantiene una visión optimista. «Vamos a corregir esto y a hacer que ‘crypto’ vuelva a ser cypherpunk», promete. Según Mumtaz, ese espíritu ya está presente en proyectos como Zcash y, pronto, «volverá a encenderse en todo el ecosistema».
También agregó que «la mayoría de las redes de criptomonedas se han concentrado fuertemente en las primeras dos categorías, por lo que han descuidado la vertiente cypherpunk». Aunque reconoce que no puede influir en otros proyectos, asegura que sí puede generar cambios en Solana: «Haremos que Solana sea mucho más cypherpunk de ahora en adelante».
Todo esto forma parte de un debate sobre el rumbo de bitcoin que ilustra la tensión entre su espíritu original y la realidad actual del mercado.
Según reportó CriptoNoticias, analistas como Scott Melker han señalado que algunas de las primeras ballenas, que adquirieron BTC con visión libertaria y de soberanía financiera, han empezado a vender o transferir sus posiciones. Tal hecho genera inquietud sobre si el activo ha sido en parte cooptado por quienes originalmente buscaba desafiar.
