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El precio de bitcoin fue el primero en recuperarse tras el impacto sufrido por el caso FTX.
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Los usuarios del exchange ahora tienen más esperanzas de recobrar parte de su dinero.
El 11 de noviembre de 2022 el ecosistema de bitcoin experimentó un momento histórico pero muy desagradable. FTX, uno de los exchanges de criptomonedas más grandes del mercado, se declaró en quiebra.
Tras la crisis que antecedió el colapso, en esa fecha se hizo oficial la solicitud de amparo según el Capítulo 11 del Código de Quiebras de los Estados Unidos. Bajo la mirada estupefacta del mundo Sam Bankman-Fried (alias SBF) renunciaba a su cargo como director ejecutivo de FTX Group, siendo sustituido por John J. Ray III.
El colapso dio entrada a un profundo y oscuro invierno en el mercado de las criptomonedas, con pérdidas que se calculan en miles de millones de dólares para clientes del exchange y cientos de empresas ligadas a la plataforma. Esto, al tiempo que un grupo de reguladores tomó el caso como bandera para alimentar sus críticas a la industria.
También hubo repercusiones intangibles, igual de devastadoras. Entre ellas, el daño reputacional que generó desconfianza sobre el funcionamiento del ecosistema de bitcoin.
Un año más tarde, muchas cosas han cambiado. Algunas de ellas hasta pueden considerarse positivas. Aunque el recuerdo de lo que pasó con FTX quedará siempre grabado en la memoria de muchos, como ejemplo de todo aquello que jamás se debería repetir.
Veamos a continuación cuáles han sido algunos de esos cambios.
La recuperación del mercado como muestra de confianza en bitcoin
Para el 11 de noviembre de 2022 el precio de bitcoin experimentó una de sus caídas más estrepitosas. Tras haber perdido cotización meses antes, entre otras cosas por el caso Terra, el valor de la moneda digital llegó a mínimo de USD 15.782 el 21 de noviembre de ese año. Algo no visto desde finales de 2020.
El hecho abrió las puertas a uno de los criptoinviernos más prolongados en la historia de este mercado, poniendo a pérdida a muchos inversionistas.
Un año después el precio de bitcoin está por encima de los USD 37.000, un alza de más de 130% en un año.
Y a pesar de que durante los dos meses finales de 2022 la tendencia era al descenso, ya para inicios de este año se hicieron evidentes las muestras de recuperación. El mercado de bitcoin fue perdiendo el miedo a que los efectos del caso FTX se hicieran virales, para retomar el valor que tenía antes del colapso.
La macroeconomía, el interés popular por las nuevas aplicaciones que se implementaron en la cadena de bloques y el creciente número de inversionistas institucionales, han jugado un rol en el aumento de la cotización. Ante lo que pasó con FTX, mucha gente valoró más a bitcoin y a su red.
«El precio de Bitcoin, ya sea 200.000 o 400.000, no se deberá sólo a la especulación; será porque la gente ve el valor de la utilidad de Bitcoin», dijo Jason Fang, socio director de Sora Ventures.
Fang cree que las ganancias futuras serán ante todo un testimonio de la fortaleza de la tecnología de Bitcoin. Parte de la ventaja, afirma, es su descentralización. Como comentó el presidente salvadoreño Nayib Bukele ante el colapso del exchange: «FTX es lo opuesto a Bitcoin».
Comenzó una búsqueda de mayor transparencia que aún continúa
Uno de los principales cambios causados por la quiebra de FTX se gestó dentro de las empresas del sector.
Los exchanges de criptomonedas, puestos en la mira de todos, al sentirse cuestionados y en peligro de perder la confianza de sus clientes auparon la presentación de las llamadas pruebas de reserva (PoR), que consisten en la publicación de datos comprobables de la liquidez de una plataforma financiera.
Su objetivo es verificar que los fondos con los que cuenta un exchange son suficientes para cumplir con sus compromisos y deudas, sin necesidad de echar mano del saldo de sus usuarios. Uno de los delitos que cometió Sam Bankman-Fried en FTX y que lo llevó a la debacle, al desviar más de USD 8.000 millones del dinero de sus usuarios.
Al ser vistas como una herramienta que permitían mostrar públicamente que no había desvío de fondos, las pruebas de reserva comenzaron a presentarse poco después de la caída de FTX.
Binance, Kraken y Coinbase estuvieron entre los primeros que las presentaron a sus usuarios y al público en general. Luego, el sitio web CoinMarketCap comenzó a publicar las pruebas de reserva de los exchanges que le proveían estos datos.
Un año después, las PoR se han sistematizado como uno de los elementos que conforman las finanzas de los exchanges. Y aun cuando se califican como un avance en la búsqueda de transparencia, no han estado exentas de cuestionamientos.
Las críticas apuntan que, en muchos casos, consisten únicamente en una lista de wallets que los exchanges presentan como propias, sin mencionar ni siquiera sus pasivos. Se piensa además que, con estos datos, no hay forma de saber que el saldo que muestran garantiza la integridad de los fondos.
Por otro lado, se aplaudió que muchas plataformas recurrieran a auditores externos, aunque al mismo tiempo se cree que todo el proceso implica la intermediación de terceros, yendo en contra de la filosofía de Bitcoin.
El procedimiento también fue criticado por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), señalando que no es suficiente para mostrar transparencia y liquidez.
Como consecuencia, los exchanges siguen dedicados a buscar nuevos mecanismos para actualizar el sistema de pruebas de reserva, incluyendo procesos automatizados para el rastreo de datos.
Los gobiernos recuerdan a FTX e insisten en la regulación de bitcoin
Uno de los efectos más notorios de la caída de FTX es la forma cómo el evento fue evaluado por los reguladores, haciendo evidente su desconfianza en el sector y reforzando las creencias que acusan a las criptomonedas de promover actividades delictivas.
Las respuestas regulatorias no se hicieron esperar, pues muchas ya venían en marcha debido al alto nivel de adopción de bitcoin. Gobiernos de todas partes han anunciado y promulgado proyectos de ley que prometen «acabar con el lejano oeste de las criptomonedas».
Eso fue lo que dijeron los miembros del Parlamento Europeo cuando aprobaron el Reglamento para el Mercado de Criptoactivos, conocido como MiCA. Durante la votación de la ley en abril de 2023 los discursos recordaron a FTX, señalando que la nueva normativa evitaría la repetición de estos casos.
FTX fue parte importante del debate donde se aprobó la Ley MiCA para la Unión Europea.
De ahí que las propuestas de la regulación giren en torno a la creación de un registro único de exchanges, con la exigencia de presentar constantemente datos de la contabilidad y de separar los activos de las empresas de los fondos de los clientes.
Estas exigencias se replican en la mayoría de las propuestas regulatorias, incluyendo las de América Latina. Está contemplado hasta en el proyecto de ley aprobado en Brasil.
El escrutinio sobre los exchanges ahora es mayor y a pesar del tiempo transcurrido, persiste el temor de que otros «Bankman-Fried» abusen de la confianza de sus clientes.
La recuperación total de la confianza en estas plataformas depende mucho de la integridad que mantengan en los tiempos venideros, demostrando a los reguladores que lo que pasó con FTX no fue norma sino la excepción.
Avanzan esfuerzos por recuperar las pérdidas y pagar a las víctimas
Un año más tarde, existe la posibilidad de que el patrimonio de FTX devuelva el 90% de los fondos robados a los clientes, algo impensable en noviembre de 2022.
De acuerdo con los anuncios del Comité Oficial de Acreedores de FTX se aspira que los usuarios del quebrado exchange reciban parte de su dinero para mediados de 2024.
Todo ello, como parte de un proceso de reestructuración que ha sido bastante complejo, tal como explica el abogado John J. Ray III, actual CEO de FTX.
El trabajo ha consistido en la venta de algunos de los bienes en manos de la empresa y hasta en la liquidación de criptomonedas. Se habla hasta de reabrir la plataforma, pero aún falta mucho por hacer, reconoce Ray III.
La tarea de recabar más de USD 8.000 millones perdidos ha sido difícil. Al final, no podremos suplir todas las pérdidas, y posiblemente nunca recuperaremos todo el dinero gastado.
John J. Ray III, CEO de FTX
Un juicio que busca enmendar los errores
Una parte importante de los acontecimientos se centró en lo que ocurría con Sam Bankman-Fried y el grupo cercano que lo acompañó en las malas prácticas cometidas en el exchange.
En medio de dudas y rumores por la falta de rápidas acciones legales, el empresario finalmente fue detenido primero en Bahamas y luego en Estados Unidos.
A diferencia de los miembros de su círculo cercano, que prefirieron declararse culpables, SBF optó por un juicio en el que quedó muy mal parado y fue declarado culpable de fraude y otros seis cargos.
La decisión del jurado, emitida a pocos días de cumplirse el año de la debacle, fue calificada como “justa” por la comunidad que sigue indignada. Bankman-Fried ahora está a la espera de un segundo juicio y de una sentencia que podría superar los 110 años.
Las implicaciones de este proceso legal aún están por verse. Para muchos es muestra de que el sistema legal que tardó en detectar el delito, el periodismo que enalteció la imagen de SBF, y la propia industria de bitcoin pueden enmendar sus errores.