-
El rechazo a las monedas digitales de banco central no solo proviene de ciudadanos comunes.
-
Hasta miembros de bancos centrales ven en las CBDC “la solución a un problema que no existe”.
No solo son los miembros de la comunidad de las criptomonedas y ciudadanos comunes los que rechazan las monedas digitales de banco central (CBDC). También políticos y hasta banqueros muestran sus reservas por los efectos de este tipo de monedas en la vida de las personas y en el sistema financiero.
Hasta ahora la mayoría de los gobiernos y, sobre todo, los dirigentes de bancos centrales hablan de las ventajas que ofrecen las CBDC. Pero, un grupo de ellos asegura que también representan problemas para los gobernantes y los mismos banqueros.
Entre los peligros citados se encuentra el hecho de que las CBDC podrían desencadenar corridas bancarias. Esto sucede cuando los clientes retiran sus depósitos del sistema bancario, debilitando la posición financiera de los bancos.
Así lo han manifestado algunos legisladores de Reino Unido, alarmados ante el posible avance del proyecto Britcoin, la CBDC de ese país. Un panel en el Parlamento declaró que el Banco de Inglaterra debería pensar que los riesgos para el sistema bancario y la privacidad pueden superar los beneficios.
En un informe publicado a inicios de diciembre, titulado «La libra digital: ¿Sigue siendo una solución en busca de un problema?», se muestran los resultados de una encuesta aplicada por el Comité de Tesorería de la Cámara de los Comunes. Con base en las respuestas, el Parlamento mostró escepticismo sobre el trabajo del Banco de Inglaterra.
Las personas que respondieron a nuestra encuesta destacaron riesgos para la estabilidad financiera. Uno de los más citados fue el de la desintermediación. En períodos de tensión en los mercados financieros, se podría acelerar el retiro de depósitos en libras esterlinas, generando lo que se conoce como una corrida bancaria.
Comité de Tesorería de la Cámara de los Comunes
El Banco de Inglaterra, que aún no ha tomado una decisión final sobre si seguir adelante con el plan, asegura que si la introducción de CBDC sigue unos principios básicos, se abordaría este riesgo.
Dado que la mayoría de las CBDC están centralizadas, en lugar de descentralizadas como ocurre con bitcoin (BTC), los emisores de la moneda digital pueden agregar o eliminar dinero de la cuenta de cualquier persona, con solo apretar un botón.
Fabio Araujo, economista del Banco Central de Brasil, destaca que, a diferencia del ecosistema de criptomonedas en el que los usuarios son dueños de sus activos y nadie puede bloquear sus operaciones, con las CBDC se pueden bloquear los retiros.
Araujo reconoce que, en un momento dado y por diversas razones, puede producirse una corrida bancaria en la que los usuarios deseen retirar masivamente la moneda digital.
Para evitar esos escenarios, se prevén «límites y restricciones al flujo de conversión hacia y desde las CBDC», señaló.
Se trata de un mecanismo que pone en marcha otra situación, la cual también genera temor y rechazo. Pues la CBDC facilitaría el proceso de congelar o incautar los recursos financieros de las personas.
El impacto en las finanzas no es predecible, dicen en Reino Unido
Aun si se mitiga el peligro de corrida bancaria, la Cámara de los Comunes cree que llevará tiempo entender el impacto de las CBDC en la estabilidad financiera y en la economía en general.
«Pedimos al banco a que proceda con cautela en cuanto al avance del proyecto britcoin», dijo Harriett Baldwin, presidenta del Comité del Tesoro, mostrándose poco convencida de la propuesta.
Es así, como en el informe persisten las dudas sobre la forma que en estas monedas cambiarían la estructura financiera. Se alega al respecto, el desconocimiento sobre las repercusiones derivadas de gastos en los hogares, inversiones, reservas bancarias, tasas de interés y servicios del sector financiero.
También se menciona el peligro de que suba el interés sobre los préstamos y se genere inestabilidad financiera. De ahí que el Comité no tenga claro el real alcance de las CBDC. «Hay que protegerse contra los riesgos en su diseño fundamental», insisten.
La circulación del dinero en efectivo también está en juego. Las cifras de UK Finance, una asociación de empresas financieras, sugiere que hasta 900.000 personas en Gran Bretaña utilizan efectivo.
El mismo miedo se siente en España y otros países donde se usa mucho el efectivo. Baldwin insiste en que no se puede dejar atrás a esas personas. «Insto al Banco a que evalúe si realmente se necesita una CBDC».
La oposición al euro digital es más política que económica
La incertidumbre que mencionan los opositores a la libra digital de Reino Unido, también la enfrentan los que rechazan el euro digital, la CBDC de la Unión Europea (UE). Proyecto ante el cual muchos no están seguros de cómo responder.
En este caso, los bancos centrales de la UE, acostumbrados a desplegar argumentos técnicos o económicos, se enfrentan a una oposición más política. Aquí las preocupaciones giran en torno a la privacidad y el poder del gobierno. Se pinta a las CBDC como parte de un programa amplio y orquestado de control estatal.
Destacan entre los opositores Joana Cotar, miembro del parlamento alemán, que tiene desplegada una campaña para alertar sobre el peligro de las CBDC.
«Si los políticos dicen que no te vigilarán con las CBDC, no les creas», expresa Cotar ante colegas y medios. Agrega que este plan de control es aceptado por la directiva del Banco Central Europeo porque «lo necesitan para sobrevivir», alega la diputada. «Siguen adelante con el euro digital, a pesar de que algunos sectores consideran que no es necesario».
La idea ha sido apoyada por Burkhard Balz, exdiputado del Parlamento Europeo a quien el euro digital le genera más preguntas que respuestas. El exmiembro de la junta directiva del Banco Central de Alemania rechaza la posibilidad de que la CBDC esté disponible para extranjeros. «Podría resultar en una revaluación de la propia moneda, afectando la soberanía monetaria».
Mientras tanto, los defensores del euro digital enfrentan todas estas críticas y llaman la atención sobre las «especulaciones y extraños rumores» que se esparcen en torno a las CBDC.
«La idea de la creación de una moneda digital se está convirtiendo en una enorme creencia acerca de que hay un complot para controlar el mundo y la vida de los ciudadanos», cuestionó el gobernador del Banco Central de Bélgica, Pierre Wunsch. «Está claro que no es un debate racional», agregó.
Su homólogo austriaco, Robert Holzmann, piensa que el problema es la falta de una narrativa positiva. «Falta una historia convincente para el euro digital, algo que podamos poner frente a la gente», comentó.
Pero entre los detractores se hallan diputados de la UE, como el holandés Marcel de Graaff y muchos otros que comparten la idea de que el euro digital permitirá al gobierno coaccionar a los ciudadanos.
Y aunque las preocupaciones de De Graaff y de Joana Cotar lucen exageradas para los presidentes de los bancos centrales, son muchos los legisladores que manifiestan puntos de vista negativos, que van desde la oposición a la apatía. Recuerdan que, desde el sector bancario han criticado desde hace años a las CBDC, advirtiendo sobre una posible inestabilidad financiera.
En un debate reciente en el Parlamento Europeo, Markus Ferber y Joachim Schuster, representantes de los dos partidos más grandes, volvieron a preguntar cuál sería el objetivo del euro digital.
El rechazo ha sido más fuerte entre los políticos de EE. UU.
La política anti-CBDC también ha estado presente en el otro lado del Atlántico. Aspirantes a la presidencia de Estados Unidos, como Robert F. Kennedy Junior y Ron DeSantis, presentan a las monedas digitales como herramienta de vigilancia y control social.
Como gobernador de Florida DeSantis llegó al extremo de prohibir el uso de estas monedas. El funcionario celebró una conferencia de prensa en la que se paró en un podio etiquetado como «El dólar digital del Gran Hermano», proclamando que Florida será un estado libre de CBDC.
Con base en estos argumentos han surgido proyectos de ley anti-CBDC. El senador de Texas, Ted Cruz, se sumó al creciente grupo de políticos que apoyan estas regulaciones, reintroduciendo una legislación en el Senado que prohibiría una CBDC.
Son varios políticos estatales enfocados en estas acciones. La tendencia se reforzó con la introducción de la «Ley Estatal contra la Vigilancia de la CBDC» del congresista Tom Emmer, un proyecto de ley que prohibiría a la Reserva Federal emitir un dólar digital.
A esto se añade la decisión de la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, de vetar el proyecto de ley 1193 de la Cámara de Representantes, que habría enmendado las disposiciones del Código Comercial Uniforme del estado.
«El proyecto de ley adopta una definición de ‘dinero’ para excluir a las criptomonedas. Pero estas revisiones incluyen a las CBDC y permitirían su uso como dinero», explicó la gobernadora Noem, sumándose a una polémica que cada día gana más participantes.
Avanza así en varias partes del mundo el debate generado por las monedas digitales de banco central. Y mientras el rechazo sigue creciendo en todos los niveles, organismos internacionales y más de 100 gobiernos de todo el mundo siguen adelante con sus planes de crear sus CBDC. Los resultados aún están por verse.