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Si la red de BTC se vuelve inactiva, los mineros no obtendrán buenas ganancias por comisiones.
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Minar a pérdida podría no ser tan malo como parece, según Fidelity.
El panorama de Bitcoin está cambiando con la participación de los inversores tradicionales, con sus productos negociados en bolsa (ETP) y sus fondos cotizados (ETF). Y esta participación no solo está afectando el precio de BTC. Analistas, también tradicionales en su enfoque como Fidelity Investments, consideran que estos inversionistas también modificarán el comportamiento y las dinámicas de la red de Bitcoin y su minería.
¿Cómo? Los inversionistas tradicionales traen al mundo de Bitcoin viejas costumbres. Por ejemplo, las de confiar en custodios e invertir en el mercado de valores. Una y otra solución tienen el mismo resultado: alejar a los inversionistas de la red de Bitcoin, afectando la actividad y sostenibilidad económica de la red.
Una, la custodia, delega la tenencia de las monedas a una institución calificada. Así, una fracción del suministro de BTC, que en situaciones normales debería estar disperso en múltiples direcciones individuales, está centralizada en las manos de una sola institución, específicamente en unas pocas direcciones bajo su control.
La costumbre de invertir en el mercado de valores, por otro lado, alejan al inversionista de BTC de la red de Bitcoin, debido a su preferencia por los derivados financieros, los cuales son meros productos de inversión; mientras bitcoin es una moneda dura con propiedades dinerarias serias, como su adopción, fraccionabilidad, escasez, etc.
Con estos derivados, el inversor puede exponerse al precio de bitcoin sin necesidad de manejar el activo nativo ni exponerse a las barreras tecnológicas y curvas de aprendizaje de su protocolo. Se expone al precio, en cambio, comprando y vendiendo contratos anclados al precio de BTC, ofrecidos por instituciones de servicios financieros.
De acuerdo con Fidelity, esta transición a opciones financieras tradicionales como ETF seguirán creciendo en 2025, alejando a una fracción de inversionistas de la red de Bitcoin.
¿Qué consecuencias tendrá esta migración para la red de Bitcoin?
Si lo que predice Fidelity se hace realidad, y esta migración fuera de la red Bitcoin crece de forma masiva, las consecuencias para la red Bitcoin son altamente predecibles.
Por un lado, la actividad en la red disminuirá significativamente. Esto significa que Bitcoin acogerá menos transacciones, pagos de comisiones y direcciones activas de las que acoge (que no son demasiadas) en esta fase de ciclo por diversas razones.
Un comportamiento así lanzará a Bitcoin todavía más lejos de su motivo de incepción: ser una red de pagos P2P. En cambio, se consolidaría como un banco descentralizado mundial que da acceso a las direcciones de Bitcoin solo a sus exclusivos propietarios, de forma directa y sin intermediarios como exchanges.
Las transacciones entre direcciones serán más raras; naturalmente, porque las wallets funcionarán a modo de bóvedas de seguridad para que los titulares de estas atesoren sus monedas. Las transacciones visibles seguirían sirviendo para liquidar las tenencias de Bitcoin hacia dinero fíat, o para gastos o donativos puntuales, pero estos serían menos comunes.
Hablando con propiedad, estos cambios de dinámicas en la red no significan nada por sí mismos. Adquieren significado cuando se entiende que los cambios de dinámica producidos por los inversionistas tradicionales afectarán a la figura principal de la red de Bitcoin: los mineros. Porque los mineros de bitcoin no estarán eximidos. Quizá sean, de hecho, los principales afectados.
En un escenario así, donde la red pierde fuerza y actividad, los fondos que ingresarán por comisiones de transacciones serán más bajos. Los mineros aún contarían con los subsidios de bloque. Pero recordemos que estos se pican a la mitad cada cuatro años (halving).
Excepto si las subidas de precio de bitcoin compensan los gastos o si un fenómeno como Ordinals revive la actividad en la red, la minería de BTC será cada vez menos rentable en un escenario donde se pagan menos comisiones y se obtienen menos monedas por minar un bloque.
Costos de producción como los conseguidos por CleanSpark, capaces de minar un BTC por 34.000 dólares, son una anomalía al momento de la redacción en la industria. Actualmente, el precio promedio por minar un bloque de bitcoin es superior a los 83.000 dólares. ¿Qué pasará cuando, en un mercado bajista, el costo de minar un BTC sea mayor a su precio de mercado?
La minería de bitcoin no sería una actividad rentable, ¿y qué?
Esto quiere decir que, si las comisiones por transacción no son ayudadas por usuarios en la red de BTC, bastarían un par de mercados bajistas y otro par de recortes de las recompensas de bitcoin a la mitad para que muchos mineros queden fuera del juego de forma definitiva.
En un escenario así, muchos de ellos apagarán sus máquinas. Otros, sin embargo, minarán a pérdida. O así lo imagina la empresa Fidelity, quien considera que la minería de bitcoin podría empezar a ser dominada por actores más pesados y grandes. No ya mineros solitarios, pequeñas y medianas células de trabajo y empresas públicas; sino países, gobiernos, estados-naciones, a quienes no les importaría que la minería de BTC no fuese rentable siempre y cuando la red les reporte algún provecho.
Solo la minería privada a pequeña y mediana escala requiere de incentivos económicos como los que ofrece el protocolo de Bitcoin. En el futuro, sin embargo, los mineros participarían en la prueba de trabajo con el único incentivo de proteger la red principal de bitcoin, donde tienen guardadas sus monedas, inclusive si esto produce márgenes negativos.
Además, un tercero que sea un exchange o custodio tendría un incentivo sustancial para proteger la red de Bitcoin, incluso si eso significa minar con pérdidas. Hay muchas naciones, instituciones y corporaciones que se benefician de Bitcoin, y no de la minería. En cambio, estas entidades guardan, usan y ofrecen la moneda digital de diversas maneras. Por lo tanto, la minería para proteger la red podría verse como un costo operativo.
Fidelity Digital Assets, equipo de investigación.
La minería de bitcoin sufriría un cambio radical en un escenario así. Dominada por pequeños o grandes actores, la falta de rentabilidad de la minería de BTC no supondría un cataclismo, sino un simple reajuste de expectativas sobre la actividad.
La minería pasaría de ser considerada una forma de producción industrial y digital rentable a una modesta actividad de rutina y mantenimiento de una red económica vital, con sus costos asociados.
Este cambio de perspectiva crearía mineros, nuevos y viejos, más resilientes, según Fidelity, y “cualquier bitcoin extraído en este escenario sería visto como una ventaja, no como una necesidad” por instituciones, bancos, aseguradoras, mineros solitarios y empresas públicas.