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Los contratos inteligentes y las recaudaciones con criptomonedas se popularizaron en Ethereum.
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El fenómeno de las finanzas descentralizadas es otra de las innovaciones asociadas a esta blockchain
Este 30 de julio se cumplen cinco años del lanzamiento de Ethereum, una plataforma que surgió como propuesta de mejora ante los “serios problemas de escalabilidad” que se presentaban al construir sobre Bitcoin, según las palabras del cofundador de la plataforma, Vitalik Buterin.
El desarrollador expresó estas ideas en enero de 2014, en el marco de la conferencia “North American Bitcoin Conference” realizada en Miami, donde presentó el proyecto de la nueva plataforma de criptomonedas. No obstante, a cinco años de su lanzamiento, Ethereum presenta problemas similares de escalabilidad, por lo que se esfuerza en migrar a otra red con una nueva arquitectura.
En su intervención de 2014, Buterin explicó que Ethereum sería una plataforma que funcionaría sobre el concepto de contratos que actúan como un agente automatizado, con un lenguaje de scripting más poderoso para los desarrolladores. Recalcó también la capacidad de construir monedas secundarias para fines muy especializados.
Con este planteamiento Buterin ofreció una lista de descripciones que sirvieron de anticipo a la serie de innovaciones que han ganado brillo en el ecosistema de criptomonedas a través de Ethereum.
Entre las herramientas que se popularizaron con Ethereum -muchas de ellas ya existentes en Bitcoin- se encuentran los contratos inteligentes, las ofertas iniciales de monedas (ICO), las aplicaciones descentralizadas, los tokens no fungibles y las finanzas descentralizadas (DeFi).
A partir de estos desarrollos, en estos cinco años la plataforma ha dado origen a múltiples proyectos y se ha convertido en referencia dentro de la industria. Hablemos un poco sobre estas innovaciones.
Los contratos inteligentes
El concepto de contratos inteligentes (smart contracts en inglés) lo definió por primera vez el ingeniero informático y jurista norteamericano Nick Szabo en 1994, como “un protocolo informático capaz de ejecutar cláusulas de un contrato”. Se refirió con ello a los acuerdos que tienen la capacidad de cumplirse de forma automática una vez que las partes han acordado los términos.
Sin embargo, la tecnología de esa época no permitió la concreción de la idea. No fue sino hasta el nacimiento de Bitcoin, en 2009, cuando los contratos inteligentes cobraron vida.
A pesar de que el concepto era conocido desde el siglo pasado y forma parte del protocolo de la red pionera, la aplicación práctica de los contratos inteligentes adquirió notoriedad con su integración en Ethereum.
Para la implementación de estos contratos los creadores de Ethereum introdujeron el lenguaje de programación Solidity, lenguaje Turing completo que facilita programar un ordenador para realizar una variedad de operaciones. Esto permite que cualquiera pueda crear contratos inteligentes en la blockchain, solo escribiendo la lógica en pocas líneas de código.
Los contratos inteligentes pretenden hacer la vida diaria más sencilla, eficiente y menos costosa, al automatizar procesos comunes y eliminar los intermediarios que muchas veces retrasan los trámites.
Hoy día, son ampliamente utilizados en la mayoría de las redes de criptomoneda existentes, aunque siguen siendo una de las características más prominentes de Ethereum.
Los contratos inteligentes se han convertido en la base para el desarrollo de la mayoría de las innovaciones del ecosistema. Como veremos más adelante, están en casi todas las soluciones que se construyen encima de una blockchain.
De acuerdo a las estadísticas de Dune Analytics, una plataforma de análisis en línea, entre junio de 2019 y mayo de 2020 la cantidad de contratos implementados en Ethereum ha llegado a superar el millón por mes.
Ofertas iniciales de monedas (ICO)
La primera recaudación de fondos para la aplicación de un proyecto basado en blockchain fue MasterCoin, llamada ahora Omni, lanzada encima de Bitcoin. Sin embargo, con la creación de Ethereum este tipo de recaudaciones se hicieron más conocidas y ganó popularidad un término muy empleado actualmente en el mundo cripto: la Oferta Inicial de Moneda (ICO, por sus siglas en inglés).
El 22 de julio de 2014 Ethereum lanzó la preventa de su criptomoneda, denominada ether (ETH). Los términos de la ICO establecieron que el precio inicial de los tokens sería de 2000 ether por 1 bitcoin (BTC), y que no podrían ser comercializados hasta que fuese minado el bloque génesis.
Luego de vender a sus inversionistas unos 60.000 millones de tokens, se desarrolló todo el ecosistema Ethereum. Actualmente la plataforma se usa para lanzar otras criptomonedas.
A partir del token estándar ERC-20, definido por la Fundación Ethereum, cualquier desarrollador puede emitir sus propias versiones de token y recolectar fondos con una ICO. De esta forma, los recolectores establecen su estrategia de recaudación, la meta a lograr y reciben ETH a cambio durante la recolección. Con ese modelo de financiamiento, a través de Ethereum se han recaudado billones de dólares con las ofertas iniciales de monedas.
Las ICO generaron una especie de burbuja económica entre 2017 y 2018, cuando crecieron exponencialmente y alcanzaron el pico de su popularidad. A partir de 2019 la escalada se detuvo. El esquema que hizo a muchos pensar que se volverían ricos rápidamente y que derivó en varios proyectos fraudulentos, parece haberse desvanecido.
Es posible que la presión de las autoridades influyera en este descenso. Desde entonces, han surgido nuevos experimentos y dinámicas para el lanzamiento y financiación de proyectos de criptomonedas. Aun así, el modelo de las ICO sigue siendo válido, solo requiere una adecuada regulación.
Aplicaciones descentralizadas (dApps)
Las aplicaciones descentralizadas (dApps) son piezas de código escritas en contratos inteligentes que se comunican con la cadena de bloques y están programadas para controlar diversas acciones. Procesan la información externa que reciben, mientras los códigos se ejecutan en una red P2P (peer-to-peer).
El funcionamiento de una dApp depende de dos elementos: una red como Bitcoin o Ethereum y un ambiente de ejecución. La blockchain permite que la aplicación cuente con una infraestructura de red descentralizada, mientras el ambiente hace que las dApps puedan ser diseñadas y ejecutadas bajo un marco y comportamiento definido.
En este caso, el canal de comunicaciones es la cadena de bloques y allí se deja registro de cada operación que pasa por el contrato inteligente.
Particularmente, la infraestructura detrás de Ethereum se ha destacado por facilitar la creación de dApps de forma simple y rápida. De ahí que la masificación de las aplicaciones descentralizadas tuviese su máximo con la implementación de los contratos inteligentes en esta plataforma.
En estos 5 años de historia de Ethereum, el número de aplicaciones ha crecido sustancialmente. Ya son alrededor de 3.500 las aplicaciones, codificadas no solo en esta blockchain sino en otras plataformas como EOS, Tron, Neo y Steem.
A pesar de la competencia, la red mantiene su liderazgo en esta industria. Del total de aplicaciones descentralizadas, unas 1.959 (casi el 60%) están en Ethereum.
Sin embargo, los datos de este segundo trimestre de 2020 muestran un descenso tanto en el número de aplicaciones como en la cantidad de usuarios. El informe trimestral de dapp.com señala que los usuarios activos pasaron de 4,85 a 3,81 millones, y las nuevas DApps se redujeron de 135 a 99. En este mismo lapso Ethereum duplicó la cantidad de usuarios activos en las DApps que corren sobre su blockchain.
Tokens no fungibles (NFT)
Un token no fungible (NFT), también llamado token coleccionable, se define como un tipo de criptoactivo que se puede identificar de forma única durante su intercambio y circulación. Los NFT se diferencian de los tokens fungibles (FT) por ser activos indivisibles y únicos que se pueden mantener en una cadena de bloques. Ambos facilitan crear representaciones virtuales del mundo real.
Con el desarrollo del ecosistema de Ethereum y el avance de la creación de criptoactivos a través de contratos inteligentes, se propusieron normas para los NFT. Se partió del estándar ERC-20 como token fungible, para desarrollar el estándar ERC-721, la implementación más conocida de un NFT.
La propuesta fue planteada por Dieter Shirley en 2017, quien explicó que estos activos permiten que los contratos inteligentes funcionen como tokens únicos. También se intercambian de forma similar a los ERC-20.
Si bien los primeros tokens no fungibles existieron en Bitcoin, como los generados por la plataforma Counterparty, se hicieron más conocidos a finales de 2017 y principios de 2018, cuando la empresa Axiom Zen lanzó CryptoKitties en Ethereum. El juego permite adquirir, criar y buscar pareja a gatos virtuales con características únicas. El primer gato de la serie, Génesis, fue vendido por 247 ETH (USD 117.000).
El gran éxito de CryptoKitties dio lugar a numerosos juegos bajo la forma de aplicaciones descentralizadas sobre Ethereum y sirvió de inspiración a otros similares, basados en el mismo estándar, con variaciones en la asignación de los tokens únicos.
Debido a la popularidad de los juegos, el estándar NFT se actualiza con frecuencia. ERC-875 y ERC-998 son nuevas propuestas, basadas en ERC-721, que buscan mejorar la forma de hacer transacciones con estos tokens. El estándar ERC-1155, aprobado en 2019, ofrece la posibilidad de crear activos tanto fungibles como no fungibles.
En 2018 el mercado de NFT creció en 482%. La cifra bajó en 2019, con un crecimiento de 17%. Para inicios de 2020 se estimaba un avance de 50%, en cálculos de la firma NonFungible.
Finanzas descentralizadas (DeFi)
El mercado de las DeFi constituye el fenómeno del momento en el ecosistema de criptomonedas. Emerge como una alternativa a las finanzas tradicionales y a los servicios y productos financieros ofrecidos por los bancos.
Las DeFi se definen como un nuevo ecosistema financiero, descentralizado, global, transparente, resistente a la censura, sin intermediarios y de fácil acceso, donde cada usuario tiene control de sus activos.
La mayoría de las herramientas para poner en marcha estas plataformas son las innovaciones explicadas anteriormente. Los activos digitales, las dApps y los contratos inteligentes, junto a los protocolos y plataformas de intercambios descentralizados (DEX), son indispensables para el desenvolvimiento del mercado DeFi.
Ethereum es la blockchain asociada al nacimiento de estos productos, debido a que la stablecoin DAI (criptomoneda anclada a ETH), se convirtió en la base del sistema.
No obstante, dada la popularidad de las DeFi, otras plataformas están implementando este tipo de estos servicios. EOS, Tezos y Algorand son algunas de estas blockchains que incursionan en DeFi.
En un tuit reciente el cofundador de Ethereum y fundador de ConsenSys, Joseph Lubin, ofreció nuevos datos sobre el crecimiento de DeFi en Ethereum durante el segundo trimestre de 2020.
Según el reporte de Lubin los ETH bloqueados en DeFi registraron un incremento de 500.000 luego del lanzamiento del token COMP de la plataforma de préstamos Compound. La plataforma finaliza el segundo trimestre del año con un nuevo máximo histórico de 3,3 millones de ETH bloqueados.