Muchas expectativas rodearon el surgimiento de Ethereum, al presentarse desde el inicio como una plataforma donde se podría hacer más que movilizar dinero. La visión de un joven bitcoiner sobre cómo sacar el máximo provecho posible a la cadena de bloques, se transformó en la segunda criptomoneda más poderosa y, según algunas opiniones, en aspirante natural a liderar el criptomercado. En el contexto de su aniversario, les contamos la historia de Ethereum, y los hitos resaltantes en su trayectoria.
Libro Blanco (White Paper)
La idea primaria para Ethereum fue publicada por Vitalik Buterin a finales de 2013, en un documento técnico (Libro Blanco). Este joven, que hasta ese momento fue un programador involucrado en el ecosistema Bitcoin, había notado el potencial de la criptografía para el desarrollo de aplicaciones descentralizadas. No obstante, su propuesta de crear un lenguaje de scripting para Bitcoin que hiciera esto posible, no tuvo resonancia suficiente. Fue entonces cuando se propuso el desarrollo de una red independiente, con su propia infraestructura, para el desarrollo de un criptoactivo y una cadena de bloques capaz de soportar aplicaciones descentralizadas.
En una entrevista publicada en 2016, Buterin dijo: «Pensé que [los desarrolladores de la comunidad de Bitcoin] no se estaban acercando al problema de la manera correcta. Pensé que iban detrás de aplicaciones individuales; estaban tratando de apoyar explícitamente cada [caso de uso] en una especie de protocolo de cuchillo de ejército suizo». Y agregó “[…] no creo que Bitcoin vaya a fallar, no creo que vaya a desaparecer, pero al mismo tiempo, es evidente que no será la columna vertebral de todo un mundo con absolutamente todo descentralizado corriendo sobre él de alguna forma u otra». Y es que Bitcoin, en realidad, fue desarrollado como una alternativa descentralizada a la industria financiera existente.
El equipo original de desarrollo de Ethereum estaba formado por Vitalik Buterin, Mihai Alisie, Anthony Di lorio y Charles Hoskinson. Los creadores la llamaron «Cryptocurrency 2.0» (criptomoneda 2.0). Fue concebida como una red de minería descentralizada y una plataforma de desarrollo de software, que entre otras cosas permitiría a las personas crear sus propias altcoins.
El anuncio
En enero de 2014, en el marco de la conferencia “North American Bitcoin Conference” en Miami, Vitalik Buterin presentó su nueva plataforma de criptomonedas, Ethereum. Justificó su proyecto aludiendo los “serios problemas de escalabilidad” que se presentan al construir sobre Bitcoin. En su intervención explicó que Ethereum es una plataforma que funciona sobre el concepto de contratos que actúan como un agente automatizado, y que cuenta con un lenguaje de scripting más poderoso para los desarrolladores. Recalcó que entre sus usos destaca la capacidad de construir monedas secundarias para fines muy especializados. «No tengamos una moneda. Tengamos 1.000 de monedas», dijo en aquel momento Buterin.
El desarrollo de la plataforma Ethereum estuvo inicialmente a cargo de una empresa suiza llamada Ethereum Switzerland GmbH. Durante junio de 2014, se creó la organización sin fines de lucro Fundación Ethereum, que se ocupa de apoyar el desarrollo de la plataforma.
Crowdsale u Oferta Inicial de Monedas
Finalmente, el 22 de julio de 2014 a la medianoche (CEST), Ethereum lanzó la preventa de su criptomoneda, denominado ether (ETH). El evento fue anunciado por el propio Vitalik Buterin a través de una publicación en el blog de Ethereum.
Los términos de la venta establecieron que el precio inicial de los tokens sería de 2000 ether (ETH) por 1 bitcoin (BTC), y que no podrían ser comercializados hasta que fuese minado el bloque génesis, en el invierno 2014-2015.
La respuesta fue tan positiva, que en las primeras 12 horas ya se habían vendido más de 7 millones de ether.
Al cierre del proceso de recaudación, Ethereum obtuvo más de 30 mil BTC, (valorados en 18,4 millones de dólares en aquel momento) por la venta de 60 millones de ETH.
Desarrollo de Ethereum
Gracias al éxito de la oferta inicial de ether, el desarrollo de Ethereum pasó a ser gestionado por una organización sin fines de lucro denominada ETH DEV, dirigida por Vitalik Buterin, Gavin Wood y Jeffrey Wilcke. Entre 2014 y 2015 el equipo liberó una serie de pruebas de concepto (PoC) para que la comunidad de desarrolladores las evaluara. Lograron mantener el creciente interés por la plataforma a través de publicaciones frecuentes en el blog y el subreddit de Ethereum.
En esta etapa, se invitó a los desarrolladores a probar los límites de la red, y se asignó un fondo para recompensar los registros de éxito. En este sentido, entró en operación la testnet Olympic y el programa Ethereum Bounty. También se llevaron a cabo pruebas de seguridad de todos los componentes críticos del protocolo, para lo cual Ethereum se apoyó en varias firmas especializadas, que estuvieron trabajando hasta mediados de 2015.
Ethereum Frontier y Homestad
La red de Ethereum Frontier se lanzó el 30 de julio de 2015, como un primer hito en el desarrollo de Ethereum. A partir de allí los desarrolladores comenzaron a escribir contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas para implementar en la red de Ethereum en vivo. Además, los mineros comenzaron a unirse a la red para ayudar a asegurar la cadena de bloques de Ethereum.
Un año después, el 14 de marzo de 2016, se lleva a cabo lo que se considera el primer lanzamiento «estable» en la historia de Ethereum, denominado Homestead. Esta actualización de la red ocurrió el en el bloque 1.150.000. A partir de allí, la cadena de bloques fue oficialmente calificada como «segura» por los desarrolladores.
DAO: del éxito a la controversia
Uno de los momentos más brillantes de la historia de Ethereum se produjo en abril de 2016, gracias a la materialización de una de las posibles aplicaciones de la blockchain: una Organización Autónoma Distribuida (DAO). Fue creada por la startup alemana Slock.it, con la finalidad de construir una empresa de capital riesgo sin personas, donde los inversionistas tomaran todas las decisiones a través de contratos inteligentes.
La oferta inicial de moneda del proyecto DAO abrió el 30 de abril y para el 21 de mayo ya había recaudado $150 millones, provenientes de 11.000 inversionistas. Hasta el momento, esta había sido la mayor recaudación colectiva (crowdfunding) en la historia.
Este hecho representó para Ethereum una demostración de confianza en su protocolo.
Pero la alegría duró muy poco. Menos de un mes después el proyecto DAO fue atacado por delincuentes cibernéticos, aprovechando una vulnerabilidad que, por cierto, ya había sido advertida previamente.
Hackeo y Hard fork
El ataque se inició el 17 de junio de 2016, cuando los fondos del DAO comenzaron a ser desviados. Durante la maniobra, el atacante logró acumular alrededor de $50 millones en ether, según el cambio del momento. Los desarrolladores principales de Ethereum intervinieron para detener el ataque, y mover los fondos provisionalmente a otro contrato inteligente. Pero quedaba la duda si aún el hacker o hackers podían reclamar los fondos, ya que usaron una acción válida en el código para mover los retiros hacia otro DAO “hijo”.
La posible solución generó una controversia en cuanto a la inmutabilidad de la blockchain, ya que suponía una intervención para retroceder toda la red de Ethereum hasta el día anterior, y de ese modo eliminar el DAO “hijo” y pasar los fondos a un contrato inteligente que sólo se pudiera reembolsar a los inversionistas. Es decir, la solución implicaba realizar un “hard fork” (bifurcación fuerte) en la cadena de bloques. Esto no es más que la creación de una nueva versión de la red con reglas diferentes a las originales.
No obstante, la comunidad ethereum votó, y la mayoría estuvo de acuerdo en que se cambiara el código de Ethereum para devolver los fondos a los inversionistas.
Ethereum Classic
La aplicación del hard fork planteó un dilema en la comunidad de Ethereum, pues una de las premisas de la red descentralizada, es que los contratos inteligentes son irreversibles y la red inmutable.
En el caso DAO, aunque la mayoría consideró que las cadenas de bloques pueden y deben ser alteradas si hay suficientes personas de acuerdo, algunos desarrolladores mantuvieron la posición de que deben ser resistentes a la censura y estar libres de alteraciones.
Es por ello que una minoría, que no estuvo de acuerdo con la bifurcación, en lugar de hacer el cambio cuando Ethereum creó una cadena de bloques nueva, continuó minando la versión anterior de la cadena de bloques.
Efectivamente, “ethereum classic” es una versión paralela de la blockchain de Ethereum, donde el hard fork para rescatar los fondos de DAO nunca ocurrió.
Pero la bifurcación en el caso DAO no fue la única que obedeció a razones de seguridad. Más adelante, entre octubre y noviembre de 2016, se llevaron a cabo otras dos bifurcaciones de la red Ethereum, para enfrentar ataques DDoS. El último de estos hard forks se denominó “Spurius Dragon” y tuvo como finalidad limpiar varias transacciones, cuentas y contratos vacíos que fueron creados durante los ataques.
¿Problemas de escalabilidad?
En junio de 2017, dos ofertas iniciales de moneda lograron saturar la red de Ethereum, poniendo en evidencia que los problemas de escalabilidad no son exclusivos de Bitcoin. El primer caso se presentó durante la ICO de Brave, donde la demanda fue tal que recaudó 35 millones de dólares en solo 30 segundos. Como consecuencia, el retraso en la publicación de las transacciones en la red fue de varias horas.
De igual forma ocurrió unas semanas después con la oferta inicial de moneda de Status, cuyo proyecto alcanzó una recaudación de 91 millones de dólares. Varias horas después de culminada la ICO, la red de Ethereum seguía colapsada.
Metropolis
El 16 de octubre de 2017 se implementó Bizancio, como parte de la actualización definida en la hoja de ruta de desarrollo de Ethereum. Esta es una de las dos etapas en las que se divide Metropolis, la tercera de cuatro fases de desarrollo establecidas por los creadores de la red. La segunda etapa se denomina Contantinopla, la cual aún no está implementada.
Bizancio se realizó como parte del bloque 4.370.000, e implicó mejoras que incluyen la introducción de transacciones a través del protocolo zkSNARK, el retraso de la dificultad «bomba de tiempo», recibos del estado de la transacción, y actualizaciones de contrato inteligentes.
Marca histórica
En diciembre del 2107 aparecieron en el mercado los tokens no fungibles ERC721, que adquirieron su representación más popular en un producto denominado CryptoKitties, un juego donde se puede coleccionar, intercambiar y negociar gatitos virtuales. En pocas semanas, el éxito de este tipo de contrato inteligente congestionó la red Ethereum, pero el valor de cada coleccionable no se vio perjudicado por este acontecimiento inmediatamente.
Al contrario, muchos de estos coleccionables adquirieron precios estratosféricos, como uno vendido en 140 mil dólares para financiar un proyecto de arte.
Desde entonces otros contratos inteligentes con estas características han salido al mercado, demostrando la versatilidad para incorporar productos descentralizados en las redes de comercialización que cada día exigen más creatividad por parte de los diseñadores de juegos y artistas en general.
Pese a las dificultades confrontadas, el balance de Ethereum es positivo. Se ha mantenido como la segunda criptomoneda más importante por capitalización de mercado, y en enero de 2018 registró la valoración más alta de su historia. El 13 de enero, según CoinMarketCap, 1 ether llegó tener un valor equivalente a $1.432,88, y su capitalización rozó los $139 mil millones.
Aunque quedan cosas por resolver, Ethereum se ha hecho merecedor de la confianza de quienes buscan en blockchain una alternativa tecnológica. Un ejemplo claro es la Enterprise Ethereum Alliance, que surge en febrero de 2017 para desarrollo empresarial de aplicaciones en la blockchain de Ethereum.
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