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La computación cuántica podría romper el cifrado de seguridad de las claves privadas de Bitcoin.
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Satoshi Nakamoto tendría más de 1 millón de BTC, valuados en alrededor de 100.000 millones de USD.
El surgimiento de la computación cuántica supondría la creación de algoritmos capaces de romper los esquemas criptográficos actuales de la red Bitcoin (BTC), incluyendo las wallets con BTC de Satoshi Nakamoto. Las tenencias de Nakamoto se encuentran diseminadas en direcciones antiguas que utilizan uno de los primeros formatos de direcciones de Bitcoin (pay-to-public-key, por sus siglas en inglés «P2PK«).
La computación cuántica utiliza los principios de la mecánica cuántica, como la superposición y el entrelazamiento, para procesar información de maneras que las computadoras clásicas no pueden.
Aunque el escenario de un ataque cuántico masivo parece todavía lejano, en la teoría, una computadora cuántica lo bastante avanzada podría ejecutar algoritmos que podrían vulnerar los cifrados de Bitcoin, como el SHA-256 y el ECDSA (Elliptic Curve Digital Signature Algorithm o en castellano Algoritmo de Firma Digital de Curva Elíptica).
En este sentido, CriptoNoticias reportó que, para Paolo Ardoino, CEO de Tether, la empresa emisora de la stablecoin USDT, «cualquier BTC en billeteras perdidas, incluido las de Satoshi (si no está vivo), será hackeado y puesto nuevamente en circulación».
La situación de las wallets antiguas, como la de Satoshi Nakamoto
Los bitcoins atribuidos a Satoshi Nakamoto están estimados en más de un millón de BTC, conforme a datos de la plataforma de análisis on-chain Arkham. Esos fondos equivalen a más de 100.000 millones de dólares al momento de este artículo.
Los BTC de Nakamoto se encuentran, probable y mayoritariamente, en direcciones antiguas, en uno de los primeros formatos de direcciones de Bitcoin (pay-to-public-key, por sus siglas en inglés «P2PK«).
En P2PK, la clave pública ya está visible antes de que los BTC sean gastados. Esto significa que estos BTC están actualmente en peligro potencial, porque ya se conoce la clave pública asociada a esas direcciones.
En contraste, en formatos posiblemente más seguros como P2PKH (Pago a Hash de Clave Pública) o SegWit, la clave pública no se expone hasta que los BTC son gastados. Es decir, mientras los fondos permanezcan inactivos en estas direcciones, su clave pública sigue oculta en forma de un hash, ofreciendo seguridad adicional.
Si Nakamoto usó direcciones P2PK, su clave pública ya está visible en la red, lo que significa que, un computador cuántico lo suficientemente potente podría, en teoría, revertir el hash de una clave pública expuesta y calcular su clave privada, permitiendo que un atacante tome control de los BTC de esa dirección.
Asumiendo que el creador de Bitcoin esté muerto y ninguna otra persona o fundación tenga acceso a esos fondos, nadie podría migrarlos a wallets resistentes a ataques cuánticos. Estos UTXO (salidas no gastadas) inactivos durante años podrían ser blanco de ataques si, hipotéticamente, se lograra derivar la clave privada de la pública.
¿Cuán real es este riesgo hoy?
Actualmente Bitcoin usa dos tipos de criptografía: SHA-256 para el hashing de bloques y la generación de direcciones a partir de las claves públicas; y ECDSA, que es el cifrado que emplea Bitcoin para firmar transacciones y garantizar la seguridad de las claves privadas (incluyendo direcciones P2PK, P2PKH o SegWit).
La clave pública se usa para generar la dirección de Bitcoin y la clave privada para firmar transacciones que gastan los BTC asociados a esa dirección.
Las transacciones en Bitcoin consisten en probar que quien gasta fondos conoce la clave privada de una clave pública. Mientras la clave pública no se revele, sería difícil para un atacante derivar la clave privada.
Así, la seguridad de ECDSA depende de la dificultad de realizar ciertos problemas matemáticos, incapaces para las computadoras clásicas, como el logaritmo discreto sobre curvas elípticas.
El algoritmo Shor de la cuántica, una posible amenaza
El Algoritmo de Shor ejecutados en computadoras con capacidad cuántica podría potencialmente resolver esos problemas matemáticos que defienden a Bitcoin.
Shor podría realizar la factorización de números enteros grandes y la computación del logaritmo discretoy encontrar las claves privadas que protegen las wallets antiguas como la de Satoshi Nakamoto.
Si alguna vez surgiera una computadora cuántica lo bastante potente, los bitcoins de Satoshi (al igual que otras direcciones viejas sin dueños o con claves olvidadas) estarían en peligro de ser gastados sin autorización.
Por el momento, no se conoce ninguna computadora cuántica capaz de quebrar ECDSA a gran escala. El salto tecnológico necesario es enorme, según Adam Back, fundador de Blockstreams y muchos analistas. La tasa de error de los qubits (unidad de procesamiento) existentes en cuántica dificulta la ejecución estable de algoritmos como el de Shor.
Mientras tanto, sabiendo que Bitcoin es un sistema de código abierto, en el que Nakamoto previó los peligros como la cuántica, desarrolladores podrían implementar firmas post-cuánticas antes de que los computadores cuánticos alcancen niveles preocupantes.