Hechos clave:
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Starknet es un claro caso de actividad "inflada" por un airdrop.
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Otras redes tuvieron más volumen de uso, como Dymension y Celestia.
El mundo de las criptomonedas está viviendo una nueva «temporada de airdrops». Las distribuciones gratuitas de tokens se repiten en muchas redes, que logran un volumen artificial de transacciones en torno al evento.
Los airdrops son una forma de promover el uso de una red o un protocolo mediante la promesa de recompensar a los usuarios con tokens de gobernanza. Cada protocolo establece diferentes requisitos para ser elegible, que van desde contar con una determinada cantidad de tokens en staking o superar un volumen de comercio especÃfico en la plataforma.
Como se ha contado en CriptoNoticias, hay gente que se dedica a «cazar» airdrops. Esto significa que van de protocolo en protocolo, moviendo sus criptomonedas y usando las diferentes funciones para hacer méritos y lograr premios en el airdrop.
Este método se denomina «farmear» airdrops, es decir, «labrar» un airdrop, como se hace en la agricultura. Pero también podrÃa considerarse que las redes «farmean» usuarios, considerando los importantes volúmenes de transacciones que alcanzan momentáneamente en torno al suceso. Un volumen que poco tiene que ver con la actividad regular del protocolo, casi como si fuera —sin serlo, igualmente— un pump and dump («inflar y tirar»), método conocido en los mercados para inflar artificialmente el precio de un activo para luego venderlo y generar ganancias.
Starknet, un caso reciente
Un caso ejemplar de lo que estamos contando es Starknet. Se trata de una red de segunda capa de Ethereum que, mediante una solución llamada rollup, permite agrupar transacciones de muchos usuarios para procesarlas juntas y, asÃ, abaratar comisiones.
Starknet distribuirá su token STRK este 20 de febrero. Para ser elegible, los usuarios debÃan cumplir con requisitos como haber usado Starknet más de 5 veces en total durante 3 meses separados o más, acumular transacciones por al menos USD 100 antes del 15 de noviembre de 2023 y tener como mÃnimo 0,005 ether (ETH) en la cuenta en esa fecha, entre otros.
Como es de esperar, muchos usuarios empezaron a usar el protocolo en los últimos meses con el afán de quedar entre los 1,3 millones seleccionados para el airdrop. En la semana previa al 14 de febrero, cuando se anunciaron los requisitos, el protocolo cuadruplicó su volumen de uso y llegó a las 4 transacciones por segundo (TPS) en promedio. Desde entonces, la actividad comenzó a caer y ya se acerca a sus cifras «normales», antes efecto airdrop.
Otros airdrops que «inflaron» redes de criptomonedas
Además de Starknet, podemos destacar algunos casos similares. Uno de ellos se comentó en este periódico, y es el de Celestia, una red del ecosistema Cosmos que tuvo su airdrop en noviembre.
En jornadas posteriores al lanzamiento del token TIA, Celestia procesó 350.000 transacciones. Sin embargo, el volumen cayó a menos de la mitad en pocos dÃas, incluso con el precio de TIA subiendo, impulsado por la tendencia alcista del mercado en general.
También pasó algo asà con Dymension, una criptomoneda que también pertenece a Cosmos y se enfoca en aplicaciones de escalabilidad (rollups, especÃficamente). El token DYM se distribuyó el 7 de febrero; hasta la fecha, la actividad de la red iba in crescendo. No obstante, tras el airdrop el furor disminuyó, como muestra la gráfica a continuación.
Este tipo de acontecimientos no son nuevos. En marzo de 2023, cuando Arbitrum —principal red de segunda capa en Ethereum— lanzó su airdrop, se reportó en este periódico un aumento significativo de los fondos depositados en ella y en otras segundas capas.
Falsos pumps and dumps, con un final diferente
Evidentemente, el que aquà narramos es un comportamiento que los airdrops no solo motivan, sino que hasta parecen buscar. Siguiendo la comparación —figurada, no literal— con el pump and dump, término que refiere a una práctica en la que un grupo de personas colabora para inflar artificialmente el precio de una criptomoneda, podemos ver una diferencia.
Mientras que los proyectos de tokens o criptomonedas suelen quedar abandonados y en desuso tras el dump, no sucede lo mismo con los airdrops, o al menos no siempre pasa. Casos como Arbitrum y Optimism, dos redes que aportan valor a los usuarios de Ethereum, demuestran que un descenso repentino de la actividad o del precio del token de gobernanza no marca una tendencia definitiva. Al final, la adopción termina prevaleciendo tras el airdrop si el proyecto es útil y valioso para las personas.