Hechos clave:
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Los estafadores obtuvieron 21 mil millones de wones (USD 18,7 millones).
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Al menos 56.000 personas en COrea del Sur fueron víctimas de la estafa.
Autoridades de Corea del Sur descubrieron una estafa por 21 mil millones de wones (USD 18,7 millones), obtenidos a través de la venta de una presunta criptomoneda, utilizando lo que denominaron como “investigador de inteligencia artificial”. Este sistema realiza un rastreo mediante palabras clave como “ponzi”, “prestamistas”, “reclutadores” y otras pistas.
La Oficina de Policía Judicial Especial de Seúl para la Seguridad Pública, que opera de forma independiente, capturó a los supuestos cabecillas de la organización, nombrados únicamente como Lee y Bae, reportó el medio local Korea JoongAng Daily este lunes 8 de abril. Las autoridades no dieron mayores detalles del sitio web usado para el robo.
En total, fueron afectadas unas 56.000 personas por el fraude. En su mayoría, personas mayores de 60 años, amas de casa y jubilados.
Hong Nam-ki, jefe de la división que investigó el caso, aseguró que el sistema basado en inteligencia artificial contribuyó a identificar patrones propios de los esquemas ponzi, el mecanismo utilizado por los estafadores durante seis meses, desde mayo del pasado año.
El programa también puede identificar patrones de publicidad e identificó la empresa en cuestión, que [fue capturada] con evidencia proporcionada por un informante no identificado.
Hong Nam-ki, jefe de división, Oficina de Policía Judicial Especial de Seúl para la Seguridad Pública
La estafa se dio a través de la venta de membresías de entre 330.000 y 990.000 wones (unos USD 865) en el sitio de compras. Igualmente, robaron los fondos de sus clientes mediante la venta de un supuesto token llamado M-coin.
El sitio recompensaba el reclutamiento de nuevos clientes por parte de los clientes existentes. Ofrecían comisiones por suscripción, además de ganancias y un incremento casi inmediato en el valor de M-coin, un token privado sin cotización en el mercado.
Hasta el momento, la estafa no había sido descubierta porque los responsables ocultaron datos contables e información de sus clientes en un servidor corporativo en Japón.
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