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El Ejército usaría Locate X, un producto que también utiliza el Servicio Secreto.
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Los militares se enfocarían en dos aplicaciones destinadas para la población musulmana.
El Ejército de Estados Unidos estaría comprando datos de localización de diversas aplicaciones móviles, para rastrear el movimiento de ciudadanos en todo el mundo. Así lo indica un reporte de Motherboard, ala dedicada a tecnología de la revista Vice.
El texto, publicado este lunes 16 de noviembre, expone cómo las fuerzas militares estadounidenses estarían accediendo a datos sensibles de los ciudadanos, utilizando dos modalidades: un producto desarrollado para el Ejército y la compra de datos a una empresa que los recibe directamente de las aplicaciones.
Una de las modalidades descritas es el acceso a datos a través del US Special Operations Command (USSOCOM) y la empresa Babel Street, con su producto Locate X. El USSOCOM es una rama del ejército enfocada en el terrorismo, los grupos insurgentes y el reconocimiento especial. Con acceso a Locate X, el Ejército accede a datos para usarlos en operaciones especiales en el extranjero, señala Motherboard.
El artículo cita el testimonio de un exempleado de Babel Street, según el cual «los usuarios del producto pueden dibujar una forma en un mapa, ver todos los dispositivos en los que Babel Street tiene datos en esa ubicación y luego seguir un dispositivo específico para ver dónde más ha estado».
Además, se menciona que a pesar de que los datos de Locate X son en principio anónimos, quienes lo utilizan tienen los mecanismos y herramientas suficientes para conocer la identidad de los usuarios.
Podríamos desanonimizar absolutamente a una persona [los empleados de Babel Street] jugarían con eso, para ser honesto.
Exempleado de Babel Street citado por Motherboard.
El caso de Babel Street no es nuevo. Tal como reportamos en CriptoNoticias en agosto pasado, el Servicio Secreto también usa los servicios de esta empresa para espiar a usuarios de aplicaciones móviles.
Compra de datos en todo el mundo
El otro mecanismo de acceso a datos es la compra directa de estos. En ese caso, los militares estadounidenses pagan a la empresa X-Mode, que obtiene datos de ubicación de las aplicaciones. Luego de recibidos, X-Mode vende sus datos a contratistas del Ejército, lo que da acceso a las fuerzas militares, añade el reporte.
Según la investigación, que cita fuentes anónimas con conocimiento de las actividades del Ejército y las empresas implicadas, los militares se enfocan particularmente en dos aplicaciones usadas por millones de musulmanes.
Una de las apps, con cerca de 100 millones de descargas en varios sistemas operativos, establece recordatorios para oración y contiene el Corán; otra es una aplicación de citas dedicada a ciudadanos musulmanes. Además de esta, se mencionan otras apps de citas distribuidas por países como Turquía, Egipto y Colombia.
Otras aplicaciones mencionadas por el informe sirven para el rastreo de tormentas, la búsqueda de empleos y hasta un asistente de tareas el hogar con la que se puede aprender a instalar repisas, por ejemplo.
Aunque el reporte menciona a la población musulmana y los países antes nombrados, esta práctica podría aplicarse a cualquier país en el que el Ejército estadounidense o algún otro quiera tener incidencia.
Privacidad bajo ataque
No es una novedad que fuerzas militares, policiales y de espionaje rastreen a los ciudadanos. Y que lo hagan con datos que se generan directamente de los teléfonos móviles puede facilitarles el trabajo. Con esos datos, pueden trazar patrones de comportamiento y hasta enlazar la actividad de distintos ciudadanos entre sí.
Para protegerse de este tipo de espionaje, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) tiene sus propias recomendaciones. Aunque no era intención de la NSA advertir de estos riesgos a la población, un protocolo destinado a sus agentes se hizo de conocimiento público en agosto pasado.
Básicamente, la NSA recomienda mantener apagados los servicios de GPS, radio, bluetooth e incluso el internet de los móviles siempre que no estén siendo utilizados. En cuanto a las aplicaciones, la misma agencia aconseja restringir en la mayor medida los permisos de acceso a datos privados. Como vemos con el caso de X-Mode, esos datos tienen un precio y compradores no faltan.
A la par de esas recomendaciones, la propia agencia de seguridad quiere aumentar su potestad de espionaje sobre los ciudadanos. Como reseñó este periódico a comienzos de noviembre, la NSA mantiene una férrea lucha por incrementar el uso de «puertas traseras» que le den acceso oculto a los datos privados de los usuarios.