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El organismo pide una regulación internacional más estricta para la industria de las criptomonedas.
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Asegura que los residentes de países desarrollados usan menos bitcoin y otros criptoactivos.
«Encontramos que el uso de criptoactivos está significativa y positivamente asociado con una mayor percepción de corrupción y controles de capital más intensivos». Así lo señala el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe en el que analiza los resultados de una encuesta a 110.000 personas sobre el uso de bitcoin (BTC) y otras criptomonedas.
Sorprendentemente, el estudio se centró en cómo los activos digitales pueden ser usados en países corruptos, y no en el progresivo aumento de su uso como cobertura ante el elevado índice de corrupción.
Con la idea de determinar qué es lo que se esconde detrás de la popularidad de bitcoin y otras criptomonedas, el FMI encuestó a miles de personas en 55 países. Y, más tarde, en su informe «Cripto, corrupción y controles de capital: correlaciones entre países», determinó que uno de los aspectos clave es que, en países con estrictas restricciones de capital, la cantidad de usuarios de criptomonedas está aumentando.
En tanto que, «los residentes de países en los cuales el sector financiero tradicional está bien desarrollado pueden tener menos necesidad de criptomonedas», apunta el organismo en el documento.
Luego agrega que la protección de datos personales que ofrece la red de bitcoin, la convierte en un recurso potencial para ocultar los flujos financieros ilícitos, incluidas las ganancias obtenidas de la corrupción.
Recordemos que en la red de bitcoin es posible que dos partes intercambien sus criptoactivos sin la intervención de un tercero y sin que ambas revelen su información personal. En especial porque, cuando se habla de la primera de las criptomonedas, los usuarios participan en la red encubriendo su verdadera identidad. Esto sucede bajo un seudónimo que no es más que el conjunto de números y letras aleatorias que conforman su dirección pública.
Sin embargo, la protección de la privacidad que ofrece bitcoin no es algo con lo que han estado de acuerdo muchos gobiernos, instituciones y empresas privadas que vienen combinando esfuerzo para desanonimizar las transacciones.
Precisamente, el FMI se suma a esta causa al argumentar que se requiere una regulación internacional más estricta para la industria de las criptomonedas. Con ello, pide que se extreme la vigilancia que ya hacen en la red de bitcoin empresas como Chainalysis, Blockseer, CipherTrace y Elliptic, entre otras.
Su idea es que se profundice el análisis de las cadenas de bloques para rastrear la información que está públicamente disponible. Son métodos que utilizan los gobiernos y sus agencias de seguridad para mantener la vigilancia en el ecosistema.
Redoblar la vigilancia en la blockchain de bitcoin significa que incrementará el control sobre los usuarios con la «regla de viaje» del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Esta normativa obliga a los exchanges y otros prestadores de servicios de la industria de las criptomonedas a intercambiar datos personales de los clientes si el monto de la transacción supera los USD 1.000. Esta medida también está por implementarse en la Unión Europea con una nueva normativa que el Parlamento está evaluando.
Bitcoin, la tabla de salvación para todos, incluso para Estados Unidos
El FMI, un organismo basado en el sistema fíat, parece estar muy dedicado a lo que acontece en el ecosistema de las criptomonedas, al punto que se concentra en determinar cómo son usadas para enmascarar dinero ilícito. Sin embargo, le resta peso a la inflación, una palabra que está cada vez más presente en la comunidad que gira en torno a bitcoin y otras criptomonedas.
Como lo reportó CriptoNoticias recientemente, la palabra inflación estuvo muy presente en el evento Bitcoin Conference celebrado la semana pasada en Miami. Allí, el cofundador del banco de criptomonedas Galaxy Digital, Mike Novogratz dijo que bitcoin debería ser un derecho humano para que las personas puedan almacenar el fruto de su trabajo.
Mientras, Ricardo Salinas, el tercer hombre más rico de México, tiene esperanzas de ver al mundo bitcoinizado, con todos protegiéndose de la inflación y refugiándose en la criptomoneda pionera.
Pero más allá, Matthew Pines, autor de un documento de 59 páginas realizado para el Instituto de Políticas de Bitcoin, presentó un análisis de los desafíos que enfrenta el dólar y las oportunidades que presenta la pionera de las criptomonedas. Para él, es más que evidente que el actual sistema monetario de reserva de petrodólares se está desgastando. «Este sistema funcionó durante un tiempo, pero ya no sirve a nuestros intereses», señala.
Luego, afirma que «es de nuestro interés nacional [en Estados Unidos] estratégico considerar seriamente cómo bitcoin puede desempeñar un papel clave en un modelo alternativo que ayude a preservar nuestra posición global y contrarrestar los planes malignos de nuestros adversarios».
Pines destaca que el actual sistema del dólar se está convirtiendo en una amenaza para la seguridad económica de Estados Unidos y advierte que esto va en contra del estribillo típico que se enfoca en que es posible imprimir la moneda de reserva mundial, tanto como sea posible, y recibir bienes y servicios reales a cambio. Parece un buen trato, pero no lo es exactamente.
Sin embargo, desde su punto de vista, China ya descubrió cómo darle la vuelta a ese sistema, así que, para debilitarlo, compra nuestros bienes raíces, acciones y tierras de cultivo con esos dólares.
Por lo tanto, hemos intercambiado la propiedad de nuestros activos duros y productivos con China a cambio de bienes consumibles y perecederos. Esto no coloca exactamente a EE. UU. en una gran posición desde la cual proyectar fuerza en un período de gran competencia de poder
Matthew Pines, en el informe para el Instituto de Políticas de Bitcoin
Pines asegura que bitcoin puede cambiar esto y puede ayudar a los Estados Unidos a «no simplemente luchar contra las acciones de retaguardia para preservar su estatus en el orden global heredado».
En su lugar, EE. UU. puede utilizar «enfoques no tradicionales que nos den una ventaja asimétrica, aplicando estrategias que nuestros adversarios no han anticipado, que los pongan a la defensiva, obligados a responder a nuestra iniciativa».
«Bitcoin podría ayudar a revitalizar nuestra economía nacional, recuperar la iniciativa estratégica y reforzar el orden internacional basado en reglas globales sobre el cual se asegura la prosperidad de nuestros ciudadanos», dice Pines.
En ese sentido, en el documento, Pines invita al Tesoro de Estados Unidos a desprenderse del dólar como activo de reserva de valor, «que no es lo mismo que abandonar el dólar, porque esta manera seguirá siendo un medio de cambio y unidad de cuenta». Por ello, lo que sí cree es que será importante «reconocer la insostenibilidad del sistema actual y explorar alternativas que preserven nuestra posición en el orden económico mundial».
Los adversarios están tratando de cambiar el orden monetario internacional, dice Pines, y se están posicionando para lo que viene después. Por lo tanto, bitcoin, como mínimo, debe actuar como un activo de respaldo, en caso de que Estados Unidos necesite imprimir demasiado debido a una crisis de confrontación.
Él argumenta que Estados Unidos posee una clara ventaja dado que una cantidad tan grande de bitcoin está en manos de los residentes de Estados Unidos, «así que nos beneficiaremos desproporcionadamente de su monetización».