El Banco Central de Francia publicó un comunicado oficial sobre las criptomonedas en el que fijó postura sobre el tema. Además, la autoridad exigió a las autoridades del país que desarrollen una regulación que brinde mayores índices de protección a los usuarios de este tipo de instrumentos financieros.
El Banco, tras admitir que de una u otra forma las criptomonedas se han abierto paso en lo que ellos llaman «la economía real», reconoció también en su publicación el potencial de los criptoactivos como medio de inversión y financiación con la aparición de las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO).
Sin embargo, a pesar de estos elementos positivos, la institución insiste en que las criptomonedas suponen altos riesgos para los inversionistas y sus usuarios en general, por lo que insistió en la necesidad de instaurar un marco regulatorio de mayor rango y firmeza.
Es importante tomar en cuenta que para el Banco de Francia, las criptomonedas no son monedas de curso legal y destacó su volatilidad, la «falta de valor intrínseco» y la ausencia de supervisión y regulación como algunos de los puntos débiles de estos instrumentos.
Adicionalmente, la entidad francesa recalcó que este tipo de activos “no dependen de ningún subyacente real” y “se emiten en términos de poder de cómputo, independientemente de las necesidades de la economía y sus intercambios, lo que no les permite asignar un valor intrínseco”.
Además, como intermediarios de intercambio, los criptoactivos son mucho menos efectivos que la moneda de curso legal, puesto que (i) la volatilidad de su precio hace que sea cada vez más difícil su uso como medio de pago; (ii) conducen a costos de transacción que son desproporcionados para operaciones minoristas simples; y (iii) no ofrecen ninguna garantía de reembolso en caso de fraude.
Banco de Francia
Por otro lado, para el máximo ente financiero de Francia, la única moneda legal del país es el euro y los criptoactivos no se reconocen como moneda de curso legal, ni como medio de pago; de manera que ningún comerciante está obligado a aceptarlos como medios de pago. Para la institución, las criptomonedas tienen las características de una burbuja especulativa y comparan el comportamiento del bitcoin con la tulipomanía del siglo XVII.
En ese sentido, el Banco agrega que las criptomonedas tampoco cumplen con la definición de medios de pago en el sentido del Código Monetario y Financiero, ni con la definición de dinero electrónico: “como resultado, y a diferencia del dinero electrónico, los criptoactivos no gozan, dentro de la Unión Europea, de una garantía legal de reembolso en ningún momento y a valor nominal en caso de pago no autorizado”, aclara la publicación.
Mayor regulación
Tras la exposición de los peligros asociados a los criptoactivos, el Banco expresó la necesidad de que se establezca con urgencia una nueva regulación, destacando cuatro razones principales: la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, la protección de los inversionistas, la preservación de la integridad de los mercados y las repercusiones que podría tener el aumento del uso de criptomonedas en torno a la estabilidad financiera.
Esta regulación deberá regir en los servicios ofrecidos por plataformas de intercambio de criptoactivos, que desempeñan el papel de intermediario entre el comprador y el vendedor. Además, “el Banco de Francia y la ACPR abogan por una extensión del marco regulatorio aplicable a los beneficios asociados con los criptoactivos”.
Para complementar, el Banco propone la supervisión de las inversiones en criptoactivos y que el marco regulatorio contemple una limitación de la posibilidad de que ciertas compañías reguladas (bancos, compañías de seguros, compañías de administración, etc.) se relacionen con estos instrumentos financieros. Lo cual, según el comunicado, podría empezar con una prohibición de los depósitos y préstamos en criptoactivos.
Ademas, la institución contempla la necesidad de una colaboración interinstitucional de alcance internacional, a fin de “garantizar una mejor eficacia de la regulación”. Una iniciativa que viene impulsada especialmente por la naturaleza no material de las criptomonedas, su practicidad a la hora de brindar servicios monetarios transfronterizos y la búsqueda de establecer un reglamento uniforme y acorde a las leyes de distintos países.
Recordemos que la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) de Francia publicó un comunicado oficial en el que expresó que los productos derivados de criptomonedas, como los contratos a futuro, serán comerciados bajo los permisos pertinentes y no podrán ser publicitados a través de servicios en línea. Lo que nos muestra que no es primera vez que las instituciones del país galo tocan el tema de la regulación de criptoactivos.