Autoridades reguladoras de Francia han informado que algunas actividades asociadas a la compraventa de productos derivados de criptoactivos, como los contratos futuros, caen bajo la ‘Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros‘ (MiFID II, por sus siglas en inglés), por lo que requieren autorización. Además este tipo de productos no podrá ser ofrecido a través de servicios en línea, para cumplir de mejor manera con esta directiva, que rige en toda la Unión Europea.
Un derivado es un producto financiero cuyo valor se basa en el de otro activo, en este caso, en el de las criptomonedas. Así, las empresas interesadas en ofrecer opciones binarias, contratos de diferencia, contratos a futuro y otros derivados asociados a criptomonedas como Bitcoin deberán contar con los permisos pertinentes, otorgados por la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) del país, de acuerdo con un comunicado oficial publicado por dicho organismo.
En el comunicado, la AMF advirtió sobre esta decisión, tras analizar los productos que han sido ofrecidos por empresas como Plus500 Ltd. O IG Group Holdings Plc., según señaló Bloomberg.
Tras un análisis de la calificación legal de los derivados de criptomonedas, la AMF ha llegado a la conclusión de que las plataformas que ofrecen estos productos deben cumplir las normas de autorización y conducta empresarial, y que estos productos no deben publicitarse por medios electrónicos.
Según el ente regulador, el auge y exposición mediática que ha cobrado el mundo criptográfico ha hecho que algunas empresas ofrezcan un importante número de productos derivados, donde el valor subyacente es una criptomoneda. “La AMF concluye que un contrato de criptomoneda liquidado en efectivo puede calificar como un derivado, independientemente de la calificación legal de una criptomoneda”, enfatizó la Autoridad.
Es por ello que, dado que este tipo de productos están bajo el alcance de la MiFID, las plataformas en línea que ofrecen derivados deben obtener una autorización que cumpla con las exigencias de la legislación francesa y europea. “Estos productos están sujetos a las disposiciones de la ley Sapin 2, y especialmente a la prohibición de anuncios para ciertos contratos financieros”, se subraya en el anuncio.
La decisión de la AMF sigue a una serie de medidas tomadas por los países miembros de la Unión Europea (UE) en cuanto a los productos derivados comercializados a inversores minoristas.
Según Bloomberg, además, autoridades de la UE han considerado tomar un camino similar al de Estados Unidos y apostar por la prohibición de comercializar, distribuir o vender los productos a los inversores minoristas, haciendo énfasis en la volatilidad de estos productos y la posibilidad de grandes pérdidas para inversionistas incautos; y expresando preocupación por lo que podría pasar en la economía del viejo continente a consecuencia del desplome de este tipo de productos.