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Existen diversas razones para rechazar a Bitcoin y a las criptomonedas.
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No todas las críticas tienen el mismo valor y no todas son constructivas.
Si no te lo crees o no lo entiendes, no tengo tiempo de intentar convencerte, lo siento.
Satoshi Nakamoto
Entendemos por “nocoiner” a una persona que se opone, más o menos enfáticamente, a Bitcoin y las criptomonedas. El término no discrimina según las razones por las cuál lo hace, lo cual es el propósito de este artículo. Utilizando tipos ideales a la manera del sociólogo Max Weber, voy a describir los argumentos y perfiles más comunes que encontramos a este respecto.
Nocoiner escéptico
Empecemos por el más sencillo. El escéptico es un nocoiner al que simplemente no le convence la propuesta de valor de Bitcoin o no la entiende. Dentro de esta categoría existen montones de argumentos, algunos mejores que otros, pero la característica general es la duda radical acerca de Bitcoin, la sensación de que algo no cuadra.
Los cuestionamientos más comunes que hace este tipo de nocoiner son: “¿En qué se respalda?”, “¿Quién usa esto?”, “¿Para qué sirve si ya tenemos dinero y bancos?”, etc. Es la categoría que define a la gran mayoría de nocoiners y probablemente todos estuvimos en esta categoría en algún momento.
Creo que este tipo de nocoiner se puede subdividir en dos grandes grupos, que podría llamar los conformistas y los verdaderos escépticos. Si uno es un verdadero escéptico, es probable que estos cuestionamientos que se le dispararon acerca de Bitcoin en algún momento sean apuntados al sistema fiat, en cuyo caso es muy probable que se vuelva bitcoiner.
El conformista, en cambio, acepta el status quo tal cual es y no lo cuestiona, pero cuestiona a Bitcoin por transgredir este status quo. Este nocoiner sigue una mentalidad de rebaño, por lo cual es mucho más probable que termine aceptando usar Bitcoin o crypto simplemente porque todos a su alrededor empiecen a usarlos, sin mucha crítica.
Nocoiner ambientalista
En mi opinión, este nocoiner fue el más poderoso durante los primeros años de Bitcoin, sobre todo. Sus argumentos eran difíciles de refutar hasta hace no mucho, ya que tenían cierto respaldo científico y datos en los que apoyarse.
Sus argumentos tienen que ver, obviamente, con el daño ambiental, actual o potencial, de la prueba de trabajo. Por un lado, está el consumo de energía, por otro las formas en que se produce esa energía, y luego el problema de la basura electrónica (e-waste). Similar a lo que ocurre con el nocoiner escéptico, el ambientalista no tiene argumentos para defender el sistema fiat, pero lo acepta por ya estar instituido. Si es un ambientalista más radical, también es crítico con el sistema fiat y puede que tenga una agenda muy diferente para abordar los problemas ambientales.
En los últimos años, el consenso científico u opinión mayoritaria acerca del impacto ambiental de Bitcoin estuvo cambiando. De ser una tecnología que desperdicia un montón de energía con un propósito entendido como inútil (parte de escepticismo en este punto), pasó a ser una tecnología clave en el aprovechamiento eficiente de la energía y en la transición hacia energías renovables. La basura electrónica sigue siendo un problema, aunque no sea exclusivo de Bitcoin o el mundo crypto, sino más bien de toda la industria electrónica. El nocoiner, de todos modos, considera a Bitcoin un factor más de esta contaminación sin entender qué beneficio aporta a cambio. Solamente al entender la propuesta de valor frente al sistema fiat podría considerar el trade-off
Nocoiner privilegiado
Este es un nocoiner que difícilmente conoceremos en persona, salvo que frecuentemos espacios de la alta sociedad. El nocoiner privilegiado es alguien que está muy bien ubicado en el sistema fiat y por lo tanto tiene un gran interés en defenderlo. Representantes gubernamentales o de organismos internacionales, grandes banqueros, personalidades del mundo empresarial/financiero y muchos medios masivos de comunicación se ubican en esta categoría.
Sus argumentos son similares a los del escéptico; incluso aunque entiendan perfectamente la tecnología, simplemente amenaza sus privilegios y necesitan defender el status quo para mantenerlos. Muchas veces, al cumplir una función específica en el mundo fiat, plantean que todo el mundo crypto es innecesario porque ellos ya tienen todo bajo control.
Existe la posibilidad de que un nocoiner privilegiado se vuelva pro-Bitcoin o pro-crypto, al ver que puede ofrecerles una oportunidad de enriquecerse más o de mover mejor su capital. En general, los privilegiados del sector privado son más propensos a darse vuelta en este sentido, como en el caso de los grandes fondos de inversión. Los agentes gubernamentales e internacionales tienen más que perder y son menos propensos a aceptar el cambio que traen Bitcoin y crypto, pero ya sea por presiones electorales o por los propios mecanismos de teoría de juegos, llegan a aceptar esta tecnología como beneficiosa. Sin embargo, en general intentarán ejercer algún tipo de control o autoridad sobre la cadena de bloques.
Nocoiner justiciero social
En el polo ideológico opuesto al de los privilegiados del sistema están los Social Justice Warriors (SJW), un estereotipo de internet que refiere a estas personas que defienden toda causa progresista en las redes.
Sus argumentos muchas veces tienen que ver con lo que no hacen las criptomonedas, pero que a ellos les parece que deberían hacer. Por ejemplo, redistribuir el ingreso. Irónicamente muchas veces sus argumentos terminan siendo muy parecidos a los de sus enemigos, los nocoiners privilegiados. Esto tiene su razón de ser, dado que muchos nocoiners privilegiados son parte de instituciones que se supone que hacen lo que los justicieros sociales creen que debe hacerse. Existe también un gran factor de moralismo: los SJW muchas veces perciben al dinero como algo intrínsecamente “malo” y por lo tanto nada que innove en este campo puede traer algún buen resultado.
Junto a los ecologistas, ya que muchas veces sus causas van de la mano, son un grupo que sabe argumentar, pero el SJW es quizás incluso más dogmático y menos flexible. Así y todo, existen puntos de contacto entre su agenda y la propuesta crypto-bitcoiner, ya que todas vienen de corrientes de pensamiento radicales. Hay en parte una profecía autocumplida: su poco interés y antagonismo hacia las criptomonedas les lleva a ignorarlas, perderse la oportunidad de comprar temprano, y cuando su valor sube protestan porque otros si se enriquecieron al haber comprado temprano. Ahí dicen que solamente hace más ricos a los ya ricos, continuando el ciclo.
Nocoiner cryptobro
Aunque parezca un oxímoron, existen entusiastas de crypto que en realidad piensan y/o actúan en contra de los principios fundamentales del espacio. Lo que principalmente define a esta cepa de nocoiner es que están acá por la plata, no por las ideas, y por plata se entiende moneda fiat. Este nocoiner parece estar a favor, pero en realidad no aporta nada: solamente repite algunos eslóganes crypto-friendly, pero su único objetivo en el espacio es enriquecerse y volver al mundo fiat.
Este es un nocoiner difícil de abordar porque ya parece un convencido, o un convencido a medias, y porque no tiene un argumento en contra de crypto o Bitcoin, simplemente no confía o no le interesa realmente.
¿Qué hacer?
Existen nocoiners de distintos tipos, seguramente de más de un tipo a la vez. Satoshi es el primero en enfrentar a los nocoiners ni bien publicó su whitepaper en 2008 ¡y eran parte de la lista de distribución de cypherpunks! Esto nos muestra que quizás todos hemos en algún punto sido nocoiners de un modo u otro. Con esa idea y ese grado de humildad presente, podemos encarar mejor la cuestión nocoiner.
“Cada quien compra bitcoin al precio que merece”, una frase popular entre bitcoiners, implica que todos tenemos un momento en el que Bitcoin (o crypto en general) empieza a tener sentido, y que por nuestras características y circunstancias vamos a comprar a un precio que sea acorde (aunque no siempre satisfactorio).
“Divertite siendo pobre”, el gran finalizador de debates. Si bien Bitcoin y las criptomonedas se valorizan a partir de un efecto red, por lo que convencer a otros de comprar aumenta el valor de nuestras tenencias, los debates pueden llegar a ser tan confrontativos que ni siquiera querríamos que el adversario se beneficie de comprar el activo. El mercado, las finanzas, Bitcoin, en general benefician a los pacientes. La satisfacción de un “te lo dije” no va a ser inmediata, ni en el corto plazo. Quizás pasen años hasta que ese nocoiner te diga “tenías razón”, o quizás nunca lo diga, pero lo sabrá. De esto es en última instancia de lo que se trata la baja preferencia temporal, demorar el beneficio más y más, dejarlo añejar, para sacarle un mayor provecho en el futuro. HODL.
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