Hechos clave:
-
Las tecnologÃas disruptivas mejoran a un ritmo más acelerado que las necesidades de los usuarios.
-
Las computadoras, los teléfonos e incluso Internet fueron descartados en un inicio como juguetes.
¿Para qué necesito una computadora si tengo una máquina de escribir? ¿De qué me sirve el correo electrónico si utilizo fax? ¿Para qué se necesitan los teléfonos celulares si se encuentra en todas partes teléfonos públicos? En los años 90 estas preguntas eran comunes y razonables, puesto que las tecnologÃas en boga satisfacÃan nuestras necesidades más inmediatas. 30 años después, podemos asegurar que la vida laboral y personal ha mejorado considerablemente gracias a la introducción de estos inventos.
Resulta difÃcil en la actualidad imaginarse una vida sin teléfonos inteligentes, computadoras o acceso a Internet. Estas tecnologÃas nos han permitido comunicarnos con mayor facilidad, acceder a nueva información de forma instantánea y generar nuevas formas de recreación. Lo que somos hoy en dÃa se lo debemos en parte a la interacción que tenemos con estos productos.
Sin embargo, nuestra forma de pensar y valorar los avances tecnológico no ha cambiado. No resulta extraño escuchar en reuniones familiares, redes sociales o incluso en boca de expertos en laguna materia esta pregunta: ¿para qué voy a tener bitcoins si existen las monedas nacionales o el oro? Estamos frente a un deja-vu, ¿no? Pues, según el académico y consultor de negocios, Clay Christensen, este es un mal que aqueja a todas las tecnologÃas disruptivas.
¿Qué pasa con lo disruptivo que tarda en llegar?
En su artÃculo TecnologÃas Disruptivas: atrapando la ola, Christensen señala que algunos adelantos tecnológicos se van actualizando a un ritmo mucho mayor que las necesidades de sus usuarios. El académico propone ver los productos como procesos. En este sentido, al momento de su lanzamiento puede que una tecnologÃa no sea accesible para toda la población, que sus caracterÃsticas sean incomprendidas o que su propuesta no solucione problemáticas inmediatas.
Chris Dixon, inversionista y cofundador de Hunch, apunta que esta naturaleza de las tecnologÃas disruptivas hace que la economÃa de Internet cambie radicalmente cada década. Las empresas más influyentes de hace 10 años atrás pueden ya no existir en la actualidad o haber quedado relegadas por propuestas que en un principio no fueron tomadas en serio. Son pocas las excepciones.
«La razón de que las nuevas cosas de gran envergadura se escabullan de los titulares es que la siguiente gran cosa siempre empieza siendo descartada como un juguete», afirma Dixon, basándose en el planteamiento de Christensen. Por ejemplo, el primer teléfono solo podÃa transmitir voces a dos o tres kilómetros de distancia, por lo cual la empresa Wester Union decidió no adquirirlo por falta de utilidad en el sistema ferroviario. Aunque en un principio el invento fue descartado, porque resultaba ser cómo un juguete, con el pasar de los años se convirtió en uno de los avances más importantes del siglo pasado.
Christensen subraya que la clave del éxito está en cuán rápido puede mejorar la tecnologÃa y cuán versátil es ante los cambios. Si un producto puede mejorar constantemente, se puede hacer más útil a los ojos de los usuarios.
Bitcoin está atrapando la ola
Bitcoin surgió como un secreto hace 10 años atrás. Un grupo reducido de usuarios en Reddit, la Deep Web y los cypherpunks estuvieron al tanto de su lanzamiento en el 2009. En los años subsiguientes empezaron a surgir empresas de minerÃa, startups y casas de cambio. La aparición de nuevas fuentes de trabajo confirmó que Bitcoin estaba dejando de ser un invento marginado y desconocido para el 2012.
El ecosistema estaba creciendo sin lugar a dudas. Sin embargo, para una buena parte de la sociedad Bitcoin era (y es aún) un juguete hecho a la medida de los criptoanarquistas. Un sueño loco, utópico, de alguien que lleva demasiado tiempo trasnochado y sufre de paranoia estatal. Por si fuera poco, Bitcoin no parece ofrecer solución a una necesidad tangible. Después de todo, el oro sigue cumpliendo a dÃa de hoy su función de resguardo y las monedas fiducidiarias, de intercambio de valor.
Entonces, ¿qué ofrece Bitcoin? A mà parecer esta tecnologÃa tiene un paso ganado hacia el futuro, ya que se ha adelantado a una necesidad que muchos todavÃa no identificamos. En la sociedad en la que vivimos, las autoridades han perdido credibilidad y la información personal es utilizada como arma. Debido a ello, la privacidad y la transparencia son bienes cada vez más preciados. SÃ, Bitcoin puede ser utilizado para el resguardo de valor y también es una moneda; pero su punto fuerte está en su capacidad de ofrecer una transparencia y privacidad que no alcanzan otros sistemas de intercambio valor.
Aún falta camino para decir que Bitcoin realmente cambió las reglas del juego y revolucionó la manera en que vivimos. TodavÃa muchas personas no lo consideran una invención importante, pero con el pasar de los años cada vez más empresas y universidades coinciden en que vale la pena investigar sobre el desarrollo de las criptomonedas. La adopción de Bitcoin puede ser imparable si la comunidad se compromete a hacer las cosas bien y si apuesta por mejorar su funcionamiento. Proyectos como Lightning Network y los intercambios atómicos, asà como el desarrollo de monederos más resistentes y fáciles de utilizar, permiten una mayor adopción y utilidad de Bitcoin. Allà está la clave del éxito.
Descargo de responsabilidad:Â los puntos de vista y opiniones expresadas en este artÃculo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.