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Transparencia, privacidad e igualdad son algunos de los principios de la comunidad de Bitcoin.
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Las tecnologías se constituyen en base al comportamiento e ideología de la comunidad que las usa.
La humanidad es uno de los recursos más valiosos que posee el hombre y Bitcoin lo comprueba. Esto parece muy obvio, pero resulta que muchas veces olvidamos el poder de transformación y la responsabilidad que tenemos como individuos. Las tecnologías no cambian al hombre —o al menos no lo hacen por arte de magia—, sino más bien son aquellas personas que crean y usan dichas tecnologías las que transforman a la sociedad.
Esta realidad se ha hecho aún más clara para mí, luego de leer la anécdota de otro internauta en Reddit. El usuario, doubledowndope, contó que hace dos años atrás recibió 1 BTC de forma accidental. ¿Suena muy bien recibir dinero de gratis, no? Sin embargo, este usuario demostró que no todas las veces se gana cuando otro pierde.
El internauta relató que en el 2017 realizó su primera compra de bitcoins en la ciudad de Tucson, Arizona. Luego de comunicarse con el vendedor por LocalBitcoins, había quedado con él en un café local para saldar la compra-venta. Doubledowndope daría USD 3.000 en efectivo por el precio de 1 BTC. El intercambio se terminó realizando en un automóvil, sin testigos para no levantar sospechas.
Pero, al final de la tarde al monedero llegaron dos bitcoins por el precio de uno. ¿Qué había ocurrido? El llavero procesó dos veces la transacción sin detectar error alguno.
Doubledowndope comentó que el vendedor llamó angustiado pocas horas después del intercambio, tratando de comprobar si efectivamente habían llegado 2 BTC a la dirección y si podían ser retornados. Todo estaba a favor del comprador, quién podía simplemente decidir no devolver el dinero transferido. Habían intercambiado los bitcoins por efectivo sin ningún intermediario de confianza, así como tampoco existen leyes en Estados Unidos que amparen una transacción de ese tipo.
Sin embargo, este usuario de Reddit decidió devolver el dinero. Para él la honestidad y, por ende la transparencia de Bitcoin, era un bien más valioso que esa criptomoneda adicional. «Para cualquiera que se pregunte por qué devolví ese 1,07 BTC. Bitcoin no se trata solo de valor, riqueza o poder, se trata de personas. Las personas son más importantes», señaló.
Debido a ello, incluso cuando el precio de bitcoin está por encima de los 8.000 dólares hoy en día, el internauta asegura no arrepentirse de su decisión.
La gente es la clave
Las palabras de este anónimo resonaron en mi mente. «Las personas son más importantes». No se trata del poder, o de las riquezas, ni siquiera de la tecnología por más segura y confiable que sea. Al final, solo el ejemplo y la iniciativa del hombre puede cambiar su destino.
Soy fiel creyente de que la aparición de Bitcoin puede marcar un antes y un después en la historia moderna. Su capacidad de descentralizar el poder permite formas de gobernanza mucho más democráticas en Internet. Mejora considerablemente los paradigmas de comunicaciones seguras y privacidad, propuestos por anteriores tecnologías. Asimismo, su registro público inmutable promueve una sociedad más transparente, en la cual no se confía hasta verificar la información.
En este sentido, podemos asegurar que Bitcoin es ese enorme grano de arena —o todo un litoral— que empuja al hombre a transformar sus modelos de gobierno, interacción y socialización. Pero, nada de ese golpe contracorriente podría ser posible sin la idea puesta en práctica de uno o varios hombres. Es decir, gracias a Satoshi Nakamoto y aquellos que contribuyeron en la creación de Bitcoin.
Los cypherpunks, ese particular grupo de los 90, conformado por científicos, criptográfos y entusiastas que creían en un Internet más privado y libre, sentó las bases de lo que es hoy en día conocemos como Bitcoin. Pero, Bitcoin pudo haber sido otra cosa o más de lo mismo.
Sus creadores pudieron desarrollar una tecnología que permite censurar a unos pocos, que distribuye el poder entre una cúpula, que asegura la riquezas en mano de los poderosos. Sin embargo, debido a que está constituido bajo los principios de la igualdad, la privacidad y la descentralización, se ha convertido en un arma de resistencia.
La humanidad es la nueva tendencia
La tecnología no es la que está transformando a la sociedad, sino aquellos pocos que han decidido pensar fuera de lo establecido. La gente que crea y usa estas nuevas tecnologías aporta todos los días lo que ellos quieren para el futuro. Doubledowndope es un rebelde, puesto que pensar en el otro en un mundo donde todos velan por sus intereses, es un acto de rebeldía.
Y cuando me refiero a humanidad hablo de esa potencialidad que tenemos todos nosotros, más allá de la educación y los comportamientos culturales. La Real Academia Española la define como una sensibilidad o compasión ante el otro, pero también creo que es una sensibilidad con nosotros mismos y nuestro futuro.
La comunidad bitcoiner parece querer apostar por un futuro más humano, en donde el derecho y la responsabilidad no sean privilegios o condenas. En donde cada individuo pueda ser responsable de sus decisiones y crear una sociedad (o tecnología) que se parezca a lo que él piensa y cree.
José Ramos, conferencista de la Universidad Victoria de Australia, apuntó en una de sus publicaciones que «las tecnologías son lo que el humano es». Es decir, son creadas y usadas a su imagen y semejanza. Considero que tecnologías como Bitcoin nacen de esa consciencia de que el ser humano es honesto y sensible, pero también egoísta y avaro de poder. Debido a ello, ofrecen una respuesta a ese choque de realidades.
La historia de Doubledowndope me recuerda la importancia del recurso humano en las tecnologías, un aspecto que solemos olvidar cuando hablamos de avances en este sector. Al final, por más impresionante que sean las ideas del hombre, sin el enfoque y el objetivo correcto no llevarán al fin más justo.
Un ejemplo de ello son las investigaciones sobre fisión nuclear, las cuales se convirtieron en la base para la creación de la bomba atómica. Ante una ciencia que puede ser utilizada para fines no altruistas, lo único que le queda al hombre es seguir apostando por tecnologías más humanas.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.