Hechos clave:
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Hay estudios que defienden que la minería no es una amenaza para el medio ambiente.
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La generación de energía renovable usada para minar Bitcoin cayó a 25% en agosto de 2021.
La prohibición de China a la minería de Bitcoin (BTC) ha afectado, incluso, al medio ambiente. A partir de la embestida contra la industria, el procesamiento de la red ha incrementado la emisión de carbono, pues los mineros han tenido que recurrir a fuentes de energía generada por combustibles fósiles, dejando atrás las energías renovables que solían utilizar en territorio chino.
Así lo alega un reporte publicado en la revista especializada Joule, que destaca que la minería se ha vuelto más «sucia» tras la prohibición de China. En cifras, la generación de energía renovable usada para el procesamiento de la blockchain cayó a 25% en agosto de 2021, desde el 42% reportado en 2020.
Según Alex de Vries, uno de los autores del estudio, la minería de Bitcoin genera más de 65 megatones de dióxido de carbono (CO2) por año. Esto, explicó, es más de lo que produjo Grecia en 2019.
De Vries dijo que, a partir de la migración de los mineros a otros países como Kazajistán o Estados Unidos, estos comenzaron a utilizar otros tipos de materiales fósiles con mayor cantidad de carbono, es decir, más contaminantes y menos amigables con el ambiente.
Después de que los mineros de Bitcoin fueron expulsados de China, fueron forzados a migrar a países como Estados Unidos y Kazajistán y, desafortunadamente, esto condujo a una reducción en el uso de energías de fuentes renovables en la red. La conclusión es que la intensidad de carbono de la red ha aumentado.
Alex de Vries, investigador de la revista Joule.
Como se conoce, la minería de Bitcoin es una actividad que, a través de maquinaria especializada, se encarga de procesar la red blockchain, una tarea que se ejecuta hallando y resolviendo los bloques de la cadena. Esta actividad se lleva a cabo con energía eléctrica, la cual, como ya se dijo, puede utilizar fuentes amigables o no amigables con el ambiente.
En ese sentido, el investigador destacó que la minería incrementó su uso de carbono en casi un 17% desde que China prohibió la actividad en mayo de 2021. En ese momento, alegaron buscar la neutralidad de la emisión de CO2 para los próximos 40 años.
Contamina, pero no es amenaza para el ambiente
Si bien es cierto que la migración ha causado un incremento en la contaminación, según lo que explica este informe, también es verdad que la actividad no representa una amenaza para el medio ambiente, según otro estudio que enfrenta al presentado por Joule.
Este informe, reseñado por CriptoNoticias en septiembre de 2021, dejó ver que ni aun costando 10 billones de dólares por cada unidad, la minería de Bitcoin superaría el 1% del consumo energético total.
De hecho, sugieren que tras la migración de mineros, las emisiones de carbono a la atmosfera se redujeron de los 581 gCO2/kWh a 501 gCO2/kWh, una baja de apenas el 12%. Esto podría no estar directamente relacionado con la expulsión de los mineros.
Así, señalan que aunque la minería de Bitcoin sí es contaminante, no lo es en la forma exagerada como se suele apuntar en los medios de comunicación tradicionales.
Es sabido, por ejemplo, que en regiones como América Latina la minería se está ejerciendo a partir de energías renovables, como la energía hidroeléctrica. También, hay proyectos para minar con energía solar, como lo ha reseñado este medio.
Si se habla de Estados Unidos, que ahora mismo concentra la mayor tasa de hash mundial, hay empresas que se dedican a la actividad con energía nuclear, la cual es cero contaminante.
Tales generaciones son amigables con el ambiente, como se ha comprobado a través de estudios. Esto evidencia que, ahora mismo, hay una utilización mixta de energías para procesar la red Bitcoin, una actividad que garantiza la seguridad y mantiene vivo al ecosistema, sin que eso suponga una afectación al ambiente tan importante como la que generan, por ejemplo, los automóviles o las plantas petroleras.