La Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela aprobó el día de ayer el Decreto Derogatorio del Régimen de Ilícitos Cambiarios propuesto por el presidente Nicolás Maduro. La decisión del gobierno venezolano de derogar dicha Ley marca un precedente en Venezuela, luego de 15 años de restricciones en el libre acceso a monedas extranjeras como el dólar estadounidense. El nuevo rumbo que ha tomado el ejecutivo llega en medio de un escenario de hiperinflación, escasez de medicinas y alimentos; un coctel que dejará una contracción económica del 18% para el 2018, de acuerdo a estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ante este panorama de permitir que los “actores económicos”, como las empresas privadas o particulares, puedan dirigirse a las casas de cambio para comenzar a realizar operaciones legales, surgen múltiples interrogantes sobre su mecanismo y de cómo esta nueva realidad puede afectar a la comunidad bitcoiner venezolana.
Más allá de las dudas sobre qué tipo de tasa de cambio se utilizará, qué pasará con las subastas convocadas por el Banco Central de Venezuela a través del Dicom o la nula participación de los bancos en esta parcial apertura, las interrogantes surgen sobre qué papel podrían jugar las criptomonedas en el país.
Resguardo ante un bolívar débil
Las condiciones financieras de la nación han servido como un catalizador en el empuje que han experimentado los criptoactivos en Venezuela. Miles de personas han acudido al criptomercado durante años como una alternativa para resguardarse ante las vulnerabilidades del bolívar y del dinero fiat en general. De consolidarse una supuesta libertad cambiaria surgen varios escenarios en el mundo de las criptos.
El primero podría ser que los usuarios venezolanos realicen con mayor libertad sus operaciones y comiencen a salir de las “sombras”, luego de años de estar resguardados. Aunque en el país existen portales como Localbitcoins, en donde se realizan a diario miles de operaciones de intercambio entre bolívares y BTC, esta decisión del gobierno serviría para que los inversionistas consideren la posibilidad de adquirir también moneda extranjera para sus operaciones y diversificar sus portafolios.
Esta hipótesis, que ya se practica de forma individual con el mercado paralelo del dólar, surge debido a lo anunciado por el vicepresidente de economía, Tareck El Aissami, quien aseveró que “el nuevo esquema será alimentado por los particulares, pues los recursos del Estado serán destinados a la inversión social”.
Es decir, cada empresa privada o particular debe generar sus propias divisas, solo que ahora las partes involucradas podrán canjear sus dólares o bolívares a través de las casas de cambio autorizadas sin estar cometiendo un delito. Esto arrojaría una tasa de cambio implícita que marcaría el rumbo de este mercado.
Hay que recordar que actualmente existe otra tasa de cambio oficial, aparte de la del Dicom, establecida por el Estado. Se trata de la empleada para la recepción de remesas internacionales y que actualmente se ubica en 2.900.000 bolívares por dólar.
Otro escenario a considerar es que muchas personas se han involucrado con las criptomonedas para escapar de la hiperinflación. Si se regulariza un mercado en donde las empresas o los particulares puedan comprar o vender dólares, existe la posibilidad de que más personas apuesten por tener dinero en mano, o tal vez en una cuenta bancaria en dólares, y no en una cartera de criptomonedas. Esto sería también un resguardo y alimentaría la confianza de los usuarios al contar con un mayor margen de maniobra al tener otro recurso para movilizar fondos.
También existe la posibilidad de que se incremente la comercialización de productos y servicios a través de moneda extranjera, sin que las partes involucradas sean “penalizadas”. Esto es algo que ya ocurre tradicionalmente con bienes inmuebles o vehículos. Sin embargo, cada vez es más común la venta de artículos de aseo personal, comida o la prestación de servicios a cambio de dólares en efectivo o criptomonedas.
De hecho, existen reportes de prensa que confirman que ya hay panaderías o farmacias que han ampliado sus opciones de pago con criptomonedas o dólares. A pesar de que el gobierno anunció una nueva reconversión monetaria a partir del 20 de agosto y un anclaje del bolívar con el Petro, con otras medidas económicas que vienen en camino, el mercado podría ir desplazando al bolívar como moneda de uso si no se ataca el principal problema macroeconómico: la hiperinflación. Es allí en donde la parcial apertura cambiaria estaría perdiendo sentido y el uso de las criptomonedas se consolidaría.
Escepticismo y realidad
La política cambiaria de Venezuela ha pasado por numerosos mecanismos que han procurado mantener un control sobre las divisas. De hecho, representantes del gobierno como Aristóbulo Istúriz, actual ministro para las Comunas, aseveró en octubre de 2016 lo siguiente: “si quitamos el control de cambio nos tumban, el control de cambio aquí es una medida política no una medida económica. Esa es la verdad y nosotros no nos podemos dejar tumbar”.
Con esto como contexto, los bitcoiners ven con escepticismo los anuncios hechos por el ejecutivo. Al menos así lo ve “Juan” quien se gana la vida a través del intercambio de criptomonedas.
Desconfío un poco, ya que algo similar ocurrió cuando se creó la Superintendencia de Criptoactivos de Venezuela y no se llegó a nada para los mineros. Pienso que este tipo de anuncios conllevan un trasfondo que desconocemos. Los intercambios de criptomonedas no se van a detener, van a seguir aumentando en las plataformas y hasta en otros sitios donde se comenzarán a ver más anuncios. La realidad es que la formalidad del país se destruyó y los sueldos han quedado en el piso.
%22Juan%22, bitcoiner
“Juan” destaca que las medidas aisladas como esta no son la solución. No obstante, considera que es “posible que la cotización del dólar baje un poco ante la supuesta presencia de nuevos ofertantes”.
Los economistas también han dado su opinión sobre los anuncios y las perspectivas que se asoman en el horizonte. Uno de ellos ha sido Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, destacó este viernes que la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios no resolverá la crisis económica.
“La medida no es una eliminación del control de cambio, sino que da cierta apertura, en este marco, para que las empresas puedan realizar sus operaciones. Es positivo que esta Ley sea derogada para que las operaciones de compra-venta entre los privados sean reconocidas. Eso no significa que esto sea la solución de los problemas y que se vaya a salir de la crisis”.
Los especialistas recalcan que mientras no exista una unificación de la tasas, la distorsión seguirá profundizando los problemas en el país, que también incluyen el aspecto monetario, el tema fiscal y de productividad.
Mientras los hechos siguen su desarrollo, los intercambios de criptomonedas en Venezuela continúan incrementándose. Los venezolanos, al igual que la mayoría de los latinoamericanos, seguirán cambiando dinero fiduciario por bitcoins, ethers o cualquier otra criptomoneda, ya que son consideradas como su principal arma de defensa ante los episodios de inestabilidad política y económica de la región.
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