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Si la Fed insinúa recortes de tasas de interés en el futuro cercano, bitcoin reaccionaría al alza.
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El mercado moderaría su entusiasmo si la Fed se muestra más conservadora de lo esperado.
Durante la semana pasada, bitcoin (BTC) volvió a llenar de esperanza a sus inversionistas.
Para el 2 de mayo, el precio de BTC superó los USD 97.000, alcanzando —tal como lo reportó CriptoNoticias— niveles que no se veían desde hace más de 2 meses.
De todos modos, la moneda digital creada por Satoshi Nakamoto sigue lejos de su máximo histórico cercano a los USD 110.000, al que llegó el 20 de enero, día de la asunción presidencial de Donald Trump, en Estados Unidos.
En el siguiente gráfico, provisto por TradingView, se observa cómo se ha movido el precio de bitcoin desde el 1 de enero de 2025:
Entre los factores que respaldaron este movimiento se destaca el avance en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Indicios de diálogo bilateral entre ambos gobiernos redujeron la tensión por la «guerra arancelaria» y ofrecieron señales positivas para los mercados globales.
Otro elemento relevante ha sido el comportamiento de los grandes tenedores de BTC, conocidos como “ballenas”. Estos actores clave en el mercado volvieron a una situación de ganancias, lo que refuerza el panorama alcista y el optimismo general en el mercado.
Asimismo, el precio ha superado la media móvil de 111 días —entre USD 93.000 y USD 97.000—, lo que sugiere una etapa de consolidación con potencial para una ruptura al alza. No obstante, superar los USD 98.000 se perfila como una condición clave para habilitar una suba sostenida hacia nuevos máximos.
A todo esto hay que añadir que la semana pasada los ETF de bitcoin al contado tuvieron flujos de capital neto positivo, por más de USD 1.800 millones. Debido a que estos fondos están respaldados por el activo subyacente, tal movimiento en el mercado ha colaborado con la subida del precio de bitcoin.
En el ámbito institucional, continúa la acumulación de bitcoin por parte de compañías como Strategy (ex MicroStrategy). El 2 de mayo, CriptoNoticias informó que Michael Saylor, CEO de la empresa, anunció una nueva fase de compras de BTC, anticipando un fuerte repunte en su cotización. Esta postura refuerza la confianza institucional en BTC, especialmente en un entorno de expansión monetaria global.
CriptoNoticias reportó que, durante abril, alrededor de una decena de empresas de todo el mundo realizaron compras de BTC, lo que incrementó la demanda de este activo financiero.
Un entorno macroeconómico favorable
El desempeño reciente de BTC está estrechamente ligado al contexto macroeconómico. En lo que va de 2025, el incremento de la liquidez global ha favorecido a los activos considerados «de riesgo», incluido BTC.
Además, analistas anticipan que, si las negociaciones entre EE. UU. y China concluyen con un acuerdo comercial, bitcoin podría escalar hasta los USD 150.000 fácilmente, una proyección ambiciosa sustentada en el crecimiento de la inversión institucional y su posicionamiento como cobertura ante la inflación.
En línea con esta visión, Hashdex declaró que BTC representa una “alternativa moderna” al oro, con perspectivas de apreciación en el mediano plazo.
Expectativas para esta semana: las miradas puestas en la Fed
Más allá del ruido geopolítico, la guerra de aranceles y las negociaciones comerciales entre potencias, el evento clave que acapara la atención de los mercados esta semana es la próxima decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) el 7 de mayo sobre su tasa de interés de referencia.
Si bien no se esperan grandes sorpresas en esta reunión —el consenso anticipa que la Fed mantendrá su política monetaria sin cambios—, los inversores están atentos a cualquier señal que anticipe un posible giro en el corto o mediano plazo.
Para bitcoin, ese matiz en el tono del comunicado puede marcar la diferencia entre una pausa y una nueva ola alcista.
Recordemos que BTC, aunque concebido como una alternativa al sistema financiero tradicional, no opera en una burbuja aislada. El hecho de que esté actualmente entre los 10 activos financieros más valiosos del mundo hace que su comportamiento esté cada vez más vinculado al entorno macroeconómico global y, en particular, a las decisiones de política monetaria que toman los bancos centrales.
La Reserva Federal de Estados Unidos tiene un rol protagónico, no solo por la magnitud de la economía que regula, sino porque el dólar sigue siendo la moneda de reserva mundial y su tasa de interés actúa como referencia para los flujos de capital globales.
Cuando la Fed mantiene las tasas altas, el costo del dinero se eleva. Esto desalienta el endeudamiento y reduce la liquidez disponible en los mercados. En ese entorno, los activos considerados “de riesgo” —como las acciones tecnológicas, las criptomonedas y bitcoin— tienden a perder atractivo frente a instrumentos más conservadores como los bonos del Tesoro estadounidense.
Por el contrario, cuando la Fed baja las tasas o da señales de que podría hacerlo en el corto plazo, el panorama cambia radicalmente. Se abarata el crédito, aumentan los flujos hacia activos con mayor potencial de apreciación y crece el apetito por inversiones no tradicionales. En ese contexto, bitcoin suele beneficiarse como reserva alternativa de valor y como activo con potencial de crecimiento.
En lo inmediato, la expectativa es que la Fed mantenga sin cambios su tasa de referencia en el rango actual de 4,25% a 4,50%.
La postura de la Fed ha sido clara en los últimos meses: mantener una actitud de “esperar y ver” mientras se evalúa el impacto de los recientes cambios en la política comercial estadounidense.
Desde abril, los nuevos aranceles impulsados por el presidente Donald Trump han introducido un factor de incertidumbre que podría alterar el equilibrio entre inflación y empleo, los dos pilares del mandato dual de la Fed. Aunque los datos más recientes indican que la inflación se mantiene contenida y el mercado laboral sigue firme, los efectos de los aranceles podrían sentirse más adelante, especialmente en forma de aumentos de precios y enfriamiento de la actividad económica.
Si eso ocurriera, la Fed enfrentaría un dilema complejo: ¿priorizar la estabilidad de precios o sostener el empleo? Ante un escenario de estanflación (inflación elevada combinada con estancamiento económico), cualquier movimiento podría agravar uno de los problemas. Por eso, por ahora, el banco central prefiere mantenerse al margen.
En este contexto, aunque no se espera una reducción inmediata de tasas, la conferencia de prensa posterior a la reunión será clave. El presidente de la Fed, Jerome Powell, podría ofrecer pistas sobre el rumbo de la política monetaria en los próximos meses.
Cualquier mención a los riesgos asociados a los aranceles o al impacto negativo en el consumo podría interpretarse como una apertura hacia una postura más flexible. Del mismo modo, si Powell destaca la solidez de los datos actuales y la necesidad de prudencia, el mercado podría leerlo como una señal de continuidad del actual nivel de tasas, al menos por algunas semanas más.
Para bitcoin, este equilibrio es especialmente delicado. Una Fed más relajada podría liberar una nueva ola de capital hacia activos alternativos. Pero una postura más dura —por ejemplo, si se insinúa una extensión del ciclo de tasas altas— podría frenar momentáneamente el entusiasmo en el mercado de las criptomonedas.
Si la Fed mantiene las tasas pero insinúa recortes en el horizonte cercano, es probable que bitcoin reaccione con un nuevo impulso al alza. Esta posibilidad, combinada con otros factores ya mencionados —como la reactivación de las compras institucionales, la entrada de capital a los ETF y el debilitamiento del dólar por expansión monetaria—, podría preparar el terreno para que BTC supere los USD 98.000 y busque nuevos máximos.
Por el contrario, si el mensaje es más conservador de lo esperado, y la Fed expresa preocupación por los efectos inflacionarios de los aranceles, el mercado podría moderar su entusiasmo. En ese caso, BTC podría entrar en una fase de consolidación más prolongada mientras espera datos más concluyentes.