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Las autoridades de Turquía ordenaron la confiscación de bienes de Sam Bankman-Fried.
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La Unidad de Inteligencia Financiera inició averiguaciones contra FTX el 14 de noviembre pasado.
La Unidad de Inteligencia Financiera de Turquía, MASAK, abrió una investigación judicial contra el ex CEO del colapsado exchange de bitcoin (BTC) y criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried (alias SBF), por las acusaciones de fraude. Por ello, le confiscó sus bienes en ese país.
En un comunicado de prensa publicado esta semana, MASAK precisa que, tras una «fuerte sospecha de delito», se iniciaron las averiguaciones contra SBF, quien «controla directa o indirectamente a las personas con las que FTX está asociado en nuestro país».
Las investigaciones se hicieron por «diversos delitos precursores en el Código Penal Turco», así como por «lavar el valor de los activos derivados del delito» en los cuales habría incurrido el empresario que levantó el imperio de FTX.
«Como resultado, se abrió una investigación judicial contra el sospechoso y se aplicó una medida de confiscación de bienes», dice el comunicado de MASAK, una unidad dependiente del Ministerio de Finanzas de Turquía. Esta oficina también investigará a otras personas y empresas que estén asociadas a FTX, como instituciones financieras y otros proveedores.
La MASAK recordó que el 14 de noviembre pasado ya habían abierto averiguaciones, pero contra la empresa FTX. En detalle, esa agencia se encargó de examinar los detalles de las operaciones de la compañía, así como las transacciones y actividades de los operadores en Turquía. Eso fue en momentos en que el exchange emprendió su desplome, hace un par de semanas.
Tales averiguaciones determinaron que los fondos de los usuarios de FTX TR no estaban completamente asegurados y que no se «holdeaban debidamente». Asimismo, dejaron ver que la compañía malversó los fondos de los clientes, transfiriéndolos a terceros. Y también revelaron que hubo manipulación del mercado «en contra de su operación normal».
FTX TR, la filial del exchange en ese país, está dentro del grupo de 130 compañías ligadas a la matriz de FTX que se declaró en bancarrota el pasado viernes 11 de noviembre, luego de que arreciara el desplome del que fue uno de los exchanges más grandes del mercado. Esa filial fue dirigida por un ejecutivo que antes trabajaba en Binance y que tenía operaciones asentadas en Turquía.
La investigación contra SBF en Turquía no es la primera. La empresa también es objeto de averiguaciones en oficinas federales de los Estados Unidos, tales como la Comisión de Bolsa y Valores (SEC), el Departamento de Justicia (DoJ) y la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos (CFTC).
Asimismo, el caso es objeto de investigación de la rama de crímenes financieros de las Bahamas, tal como lo reportó CriptoNoticias en días pasados.
A SBF se le señala de haber utilizado los fondos de los usuarios del exchange FTX para financiar a su otra empresa, Alameda Research, que habría entrado en insolvencia por la caída del mercado a inicios de este 2022.
Si se confirmara que SBF incurrió en delitos y violó la ley de valores de los Estados Unidos, el empresario pudiera enfrentar hasta dos décadas tras las rejas, según un par de abogados.