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Según el BIS, su meta es ponerse a tono con el desarrollo tecnológico financiero.
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Analistas ven estos planes como parte de una “agenda oculta” del BIS.
Con el reciente anuncio de la apertura de nuevos centros de innovación en Europa y Norteamérica, el Banco de Pagos Internacionales (BIS) parece haber puesto un pie en el acelerador para mantener bajo su control los avances en torno a las monedas digitales de banco central (CBDC).
El objetivo del BIS es poner en funcionamiento, en el transcurso de los próximos dos años, nuevos centros en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y varias ciudades de Europa. El plan para crear estos centros fue anunciado el pasado mes de junio. Se realiza en colaboración con la Reserva Federal de EE.UU., el Banco de Canadá, Banco de Inglaterra, Banco Central Europeo (BCE) y cuatro bancos centrales escandinavos (Dinamarca, Islandia, Suecia y Noruega).
La puesta en marcha de esta serie de centros forma parte de una estrategia macro que el BIS comenzó a trazar a mitad del año pasado para la creación de hubs de innovación en todo el mundo. La apertura de los primeros centros se anunció en octubre de 2019. Se activarán con la cooperación del Banco Central de Suiza y las autoridades monetarias de Hong Kong y Singapur.
De acuerdo con los señalamientos que la Junta del Banco de Pagos Internacionales hizo para el momento de su creación, el papel de estos hubs sería el siguiente:
Identificar y desarrollar una visión profunda de las tendencias críticas en la tecnología que afectan a la banca central; desarrollar bienes públicos en el espacio tecnológico orientado a mejorar el funcionamiento del sistema financiero mundial; y servir como punto focal para una red de expertos del banco central en innovación.
BIS
Con la expansión de estos centros el BIS pretende estar al día sobre los avances tecnológicos con potencial para hacer más eficientes servicios financieros de los bancos centrales. Estos adelantos toman en cuentan los avances en materia de blockchain, parte de la tecnología Bitcoin. Investigan particularmente a las monedas digitales de banco central (CBDC o Central Bank Digital Currencies).
BIS niega a las criptomonedas, pero Libra activó sus nervios
En aras de cumplir con la meta de aprovechar los avances tecnológicos, el BIS reconoce el papel que desempeña el sector financiero privado en el impulso de innovaciones financieras. Por ello, al momento de lanzar el hub pone énfasis en el desarrollo de nuevos servicios FinTech y el uso de blockchain en todo el mundo.
No obstante, considera que «los esfuerzos del sector privado serán más efectivos si la infraestructura dura y blanda del sistema financiero mundial respalda esta innovación, promueve la resiliencia y ayuda a nivelar el campo de juego en el que competir». Considera, asimismo, que estos adelantos podrían aumentar la eficacia de los bancos centrales.
De esta forma, el BIS manifiesta su interés en que los bancos centrales tengan una mayor participación en la innovación tecnológica en marcha, bajo el riesgo de quedar rezagados.
Se menciona en específico un gran interés por los adelantos alcanzados a partir de la “integración del dinero del banco central digital en una infraestructura de tecnología de contabilidad distribuida”, refiriéndose con ello a la cadena de bloques.
«El Hub de Innovación del BIS fomentará la colaboración entre los bancos centrales y, por extensión, ayudará al sector privado a aprovechar plenamente las grandes oportunidades de esta tecnología», concluye el organismo internacional en su comunicado de octubre de 2019.
Sin embargo, todas estas informaciones son vistas bajo una óptica distinta por otros sectores, en especial dentro del ecosistema de las criptomonedas. Esto en virtud de que el lanzamiento del centro de innovación de BIS se hizo poco después de la divulgación de las primeras informaciones sobre el proyecto Libra, de Facebook.
Varios medios de comunicación han hecho eco de este planteamiento, según el cual el plan del BIS solo pretende tener bajo control el desarrollo de las CBDC. Evitaría con ello que la irrupción de nuevos actores en el panorama financiero mundial ponga en juego el poder de los bancos centrales.
Surgió así dentro de la opinión pública la narrativa de que las criptomonedas como Bitcoin, junto a las propuestas privadas de monedas digitales y de nuevas stablecoins, han sido clave para estimular la emisión de CBDC.
Pero este planteamiento ha sido negado por el BIS, firme en su discurso de que su interés se basa solamente en la innovación tecnológica.
La emisión de CBDC no es tanto una reacción a las criptomonedas y las propuestas de stablecoin del sector privado, sino más bien un esfuerzo tecnológico enfocado de los bancos centrales para perseguir varios objetivos de política pública a la vez.
BIS
BIS muestra sus verdaderas intenciones: no morir
La respuesta que ofrece el BIS para explicar su renovado interés por las CBDC, representa una explicación alternativa a la lectura que han hecho periodistas, expertos y banqueros a la aceleración repentina de proyectos pilotos, contrataciones, estudios y grupos de trabajo en torno a este tipo de monedas.
Es así como antes de junio de 2019 se había producido un estancamiento en el desarrollo de la mayoría de los proyectos relacionados con monedas digitales de banco central. Una investigación publicada en este medio, en noviembre de 2018, daba cuenta de la falta de concreción de tales planes.
En consecuencia, a pesar de la insistencia del organismo internacional en decir que su interés por las CBDC tiene como base única la búsqueda de avances tecnológicos, las informaciones publicadas en medios de comunicación muestran de forma distinta sus planes. Esto tomando en cuenta otros hechos ocurridos en el ámbito financiero, como el anuncio de la criptomoneda de Facebook.
En este sentido, vale revisar la cronología de noticias publicadas pocos meses después de que se hiciera público el proyecto de Libra (en junio de 2019). En ese periodo los bancos centrales de varios países expresaron sus inquietudes y opinaron en contra del plan de Facebook.
En septiembre de 2019 altos funcionarios de 28 bancos centrales se reunieron en un foro mundial para discutir las iniciativas de stablecoins, convocados por el BIS. De acuerdo a los reportes publicados en CriptoNoticias, allí debatieron sobre los riesgos que plantean proyectos de monedas ancladas como Libra, para la estabilidad financiera.
Otro hecho contradictorio es el cambio de pensamiento de los funcionarios del BIS sobre las CBDC, que se hizo evidene en el transcurso de unos meses.
Para marzo de 2019, tres meses antes de que Facebook revelara a Libra, el gerente general del BIS, Agustín Carstens, dijo en un discurso que los bancos centrales «no estaban viendo valor» en las CBDC. Para julio del mismo año había cambiado de tono, al declarar a los medios que la emisión de CBDC podría llegar «antes de lo que pensamos»
Se observa así un giro importante en las posturas, aunque las investigaciones previas del organismo sobre las CBDC ponían énfasis en el temor de los bancos centrales a perder el control sobre la política monetaria mundial con el uso de estas monedas digitales.
El nuevo discurso del BIS se sostuvo incluso con el cambio de dirigencia. En enero de 2020 Benoit Coeure asumió como jefe del Centro de Innovación del BIS. El exmiembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, en 2018 había calificado a Bitcoin como «el engendro maligno de la crisis financiera».
Llamado a crear monedas digitales ante crisis del sistema de pagos
La situación actual de las CBDC es distinta. Ahora el BCE apoya la creación de un euro digital, mientras China avanza en la creación de un yuan digital. Además, los últimos dos informes anuales del BIS (junio 2019 y junio 2020) tienen capítulos completos dedicados al tema de las CBDC y los pagos digitales.
Particularmente, el informe del BIS de este año destaca por hacer un llamado a acelerar la emisión de este tipo de monedas. Cita de forma directa el surgimiento de nuevos actores como la criptomoneda de Facebook, Bitcoin y el crecimiento de las empresas FinTech.
En el documento se expone explícitamente el temor de los bancos centrales a perder el manejo de la infraestructura de pagos a nivel mundial, convocando a la implementación de una estrategia conjunta. Por ello, la creación de nuevos centros de innovación del BIS en Europa y Norteamérica parece responder al llamado de acelerar la emisión de CBDC.
Uno de los aspectos llamativos en este informe es el reconocimiento de la existencia de problemas en los sistemas de pago. Un panorama en el cual las criptomonedas han permitido «poner estas dificultades en la cima de la agenda política», admite el BIS.
El efecto del coronavirus y la transición hacia una sociedad sin efectivo
Los problemas en el sistema de pagos se han exacerbado este 2020 por el miedo que manifiesta el público de contagiarse de coronavirus, a través de la manipulación de dinero en efectivo.
La situación ha generado una sustancial baja en el uso de efectivo debido a la expansión del virus en 2020, de acuerdo a lo que se afirma en una publicación del blog financiero Zero Hedge el 7 de julio. De ahí que los pagos digitales, bajo el control de los bancos centrales, sean vistos por el Banco de Pagos Internacionales como la solución al problema.
El artículo, firmado bajo el seudónimo de Tyler Durden, habla sobre un proceso de transición hacia una sociedad sin efectivo, como parte de una «agenda oculta» del Banco de Pagos Internacionales.
Desde mi perspectiva, para el año 2025 se comenzarán a introducir CBDC, inicialmente junto con efectivo. Pero el objetivo a largo plazo es que la abolición de todos los activos financieros tangibles sea reemplazada por riqueza intangible. El BIS intentó transmitir en su informe anual que un CBDC demostraría ser un «complemento digital al efectivo físico». Quizás para empezar, pero nadie debería engañarse a sí mismos para creer que el efectivo tiene un futuro sostenible si se ofrecen CBDC al público en general.
Tyler Durden
El autor apunta que uno de los principales objetivos de los planificadores globales es enfocarse en el sector de las personas no bancarizadas, aquellas que existen fuera del sistema financiero y «comercian anónimamente». Se trata de «una quinta parte de la población mundial que los bancos centrales están tratando de traer a su mundo a través de una construcción digital única».